Paulino Viota: "Arte es revelaci¨®n"

No es frecuente que un cineasta -y ya no digamos un cr¨ªtico- sienta una exaltaci¨®n pareja contemplando Una mujer de Par¨ªs y El hombre de la c¨¢mara; R¨ªo Bravo y El eclipse; V¨¦rtigo y Pickpocket. Es decir: que ame con p¨¢lpito semejante el llamado cine cl¨¢sico y/o comercial, y el llamado cine moderno y/o de autor. Pero es que Paulino Viota (Santander, 1948) no es un cineasta cualquiera sino un cin¨¦filo, en el sentido etimol¨®gico de la palabra, de los de antes. Gente que, en un mismo d¨ªa, pod¨ªa acudir a una exposici¨®n de George de La Tour; a una sesi¨®n doble tipo La edad de oro, de Luis Bu?uel, y Amanecer, de F. W. Murnau; y, por la noche, meterse entre pecho y espalda, un tomo de las obras completas de Mijail Bakunin, Noam Chomsky o Carl Jung. Casi nada.

"Bertolucci dijo que matar¨ªa por alguno de los 'travellings' de Godard"

Tras iniciarse de manera autodidacta con Las ferias ("un documental que rod¨¦, mont¨¦ y sonoric¨¦ yo solo", afirma), Viota realiza sus cuatro ¨²nicas pel¨ªculas hasta el momento: Duraci¨®n (1970); Contactos (1970, un mediometraje que llegaron a alabar dos figuras tan influyentes como No?l Burch y Henri Langlois, y que actualmente est¨¢ en el Servicio de Restauraci¨®n del Museo Reina Sof¨ªa); Con u?as y dientes (1978) y Cuerpo a cuerpo (1982). A partir de entonces Viota retom¨® su "orientaci¨®n primera": la de desentra?ar las pel¨ªculas que ama y revelar a los dem¨¢s sus maravillosos secretos. Pues para ¨¦l, "el cine, el arte, en general, es ante todo producto de una revelaci¨®n".

No es ¨¦sta la primera vez que Viota impresiona en A Coru?a. Hace apenas un a?o dio en el CGAI un curso inclasificable sobre los "Momentos estelares de los inicios de la historia del cine". Ahora, invitado por David Castro, coordinador del Aula de Cine e Imagen de la Universidad de A Coru?a, est¨¢ en Centro Cultural Riazor, hablando de su obsesi¨®n favorita: la obra de Jean-Luc Godard, a la que ya ha dedicado veinte a?os de su vida. "En realidad, el curso est¨¢ centrado en las dos primeras etapas de Godard: la inicial, digamos, cuando ejerci¨® de cr¨ªtico en los Cahiers du Cin¨¦ma, y la segunda, que abarca tantos sus cortometrajes y sketchs como los quince largometrajes que rod¨® en apenas siete a?os". Desde la m¨ªtica ? bout de souffl¨¦ (1960) hasta Week-End (1967), justo antes de comenzar su etapa mao¨ªsta. "Aunque atendiendo m¨¢s a las formas que a los contenidos, a los aspectos puramente visuales, est¨¦ticos". Esos por los que Viota considera a Godard un artista "extremadamente inteligente, terriblemente audaz, inconcebiblemente creativo". Un autor "verdaderamente irrepetible, pues no creo que haya ning¨²n otro director cuya obra haya tenido un desarrollo formal tan variado y extenso como la suya". "No me extra?a", concluye Paulino Viota, "que Bernardo Bertolucci comentase una vez que habr¨ªa matado por llegar a concebir algunos de los travellings de Godard, o que ¨¦ste se saltase los cr¨¦ditos en sus primeras pel¨ªculas, porque, seg¨²n ¨¦l, aquellas obras suyas eran tan, tan personales que al firmarlas habr¨ªa pecado de redundante".