"La crisis golpea a quienes no la causaron"

Chile, Londres, Madrid, Roma, Lisboa... en menos de una semana. Se dir¨ªa que la primera mujer que dirige los Programas para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) -tambi¨¦n fue la primera que gan¨® unas elecciones para primer ministro en Nueva Zelanda- tiene que correr mucho para que la crisis econ¨®mica no se lleve por delante los Objetivos del Milenio: acabar en 2015 con la pobreza extrema que afecta a m¨¢s 1.000 millones de personas en el mundo o la escolarizaci¨®n universal en primaria, entre otros.

Helen Clark (Nueva Zelanda, 1950) saca un hueco al final de su jornada en Madrid -acaba de firmar un acuerdo por el que el Gobierno dar¨¢ al fondo de la ONU casi 400 millones de euros en tres a?os-, y busca paella en la carta. No hay, as¨ª que pide lo que m¨¢s se le parece, un arroz que compartir¨¢ con su asesora de prensa. El formato de esta p¨¢gina exige invitar a comer al entrevistado, y esta vez resulta un poco contradictorio hablar sobre el hambre en el mundo frente a un espectacular arroz con bogavante. Pero lo cierto es que quiz¨¢ esta cena es la met¨¢fora perfecta de las paradojas de un mundo en el que una crisis causada por los sistemas financieros de los pa¨ªses ricos -"de algunos de ellos", matiza Clark- golpea con violencia a los pobres. "Puede ser un poco frustrante que la gente que no hizo nada para causar la crisis la est¨¦ sufriendo todav¨ªa m¨¢s", dice Clark.

Es la primera mujer que dirige los programas de desarrollo de la ONU

Una crisis que ha mostrado lo que un "mercado desregulado puede hacer". El mercado puede crear riqueza, "pero su papel no es producir igualdad y justicia, s¨®lo crea ganadores y perdedores, por eso hay que poner sobre ¨¦l pol¨ªticas sociales". Ahora la cuesti¨®n es qui¨¦n debe llenar ese "agujero en el gobierno global". Tal vez la ONU, dice, pero una ONU que necesita adaptar al siglo XXI un Consejo de Seguridad del siglo XX con los pa¨ªses vencedores de la II Guerra Mundial y China. A Clark le gusta la idea de la canciller alemana Angela Merkel -con quien comparte silla en el Consejo de mujeres l¨ªderes mundiales- de crear un consejo de seguridad econ¨®mica. Otro reto.

Pero los retos no son nuevos para esta mujer que creci¨® en una granja, y que se afana ahora en destripar el bogavante con un artilugio met¨¢lico. Clark se inici¨® en la pol¨ªtica "en un momento en el que ten¨ªas que elegir entre tener una familia o dedicarte a tu carrera", dice. Tras 27 a?os en el parlamento neozeland¨¦s, tres mandatos como primera ministra y desde abril en uno de los puestos m¨¢s altos de la ONU, est¨¢ claro qu¨¦ eligi¨®. Aunque lo m¨¢s duro todos estos a?os ha sido "la falta de sue?o". "?Qu¨¦ d¨ªa es hoy?", pregunta en un momento de la cena.

Su trabajo en el PNUD se centrar¨¢ en acabar con la pobreza extrema, y la crisis no es el peor obst¨¢culo. "El calentamiento nos afecta a todos, pero el aqu¨ª y el ahora del desastre est¨¢ en los pa¨ªses pobres". Asegura que el cambio clim¨¢tico debe estar en el centro de las pol¨ªticas de cooperaci¨®n, y que es "el veh¨ªculo que puede llevar fondos extra a los pa¨ªses en desarrollo", para darles las herramientas para que su crecimiento sea verde. Apurado el caf¨¦ irland¨¦s con el que termina la cena, Clark se despide. Su siguiente jornada comenzar¨¢ -de nuevo hacia un avi¨®n- en apenas unas horas.