"He matado mis sentidos"
Las cartas in¨¦ditas de T. S. Eliot descubren el sentimiento antisemita del escritor y dan detalles sobre su contradictoria existencia y su infeliz matrimonio
Los a?os que sucedieron a la publicaci¨®n de Tierra bald¨ªa (1922), obra que marca la madurez art¨ªstica de T. S. Eliot, entra?aron una tortura para el dramaturgo, cr¨ªtico y ante todo padre de la poes¨ªa moderna. Los dos empleos que requer¨ªa su sustento y la angustia ante los problemas psiqui¨¢tricos de su primera mujer, Vivien, se hab¨ªan traducido en una par¨¢lisis creativa que el escritor angloamericano detalla en sus relaciones epistolares con amigos, familiares y colegas. El segundo volumen de la dilatada correspondencia personal de Eliot, que acaba de ser publicado en el Reino Unido nada menos que 21 a?os despu¨¦s de la primera entrega, arroja nueva luz sobre la personalidad del escritor y desmiente, o al menos matiza, su reputaci¨®n de marido cruel e insensible que una obra de teatro y su posterior traslaci¨®n al cine contribuyeron a cimentar. Los prejuicios raciales expresados ocasionalmente en esas cartas s¨ª parecen avalar, en cambio, el sentimiento antisemita que algunos cr¨ªticos atribuyen al Nobel de Literatura.
El poeta nunca acudi¨® a visitar a su esposa Vivien al psiqui¨¢trico
Traz¨® una l¨ªnea entre "el hombre que sufre" y "la mente que crea"
La compilaci¨®n de ep¨ªstolas (The letters of T. S. Eliot: Volume Two, 1923-25) revelan la desesperaci¨®n y angustia de un escritor que siempre quiso trazar una gruesa l¨ªnea de separaci¨®n entre "el hombre que sufre" y "la mente que crea". ?A qui¨¦n pertenece el legado de un autor, una vez desaparecido? T. S. Eliot (St. Louis, Misuri, 1888-Londres, 1965) prohibi¨® a su segunda esposa y antigua secretaria, Valerie, 38 a?os menor, la difusi¨®n p¨®stuma de su correspondencia, aunque finalmente levant¨® ese veto con dos condiciones: que ella se ocupara personalmente de la selecci¨®n y edici¨®n, y que el material nunca se convirtieran en soporte de una biograf¨ªa. Valerie Eliot, hoy octogenaria, se ha saltado la primera demanda al confiar la edici¨®n del segundo volumen de cartas a un equipo de acad¨¦micos, encabezados por John Haffenden.
"He matado deliberadamente mis sentidos para poder seguir con esta vida que es s¨®lo externa", escribe al novelista John Middleton Murry (abril, 1925), ante quien confiesa haberse convertido en "una m¨¢quina". Eliot alud¨ªa a su detestado trabajo en el banco Lloyds de Londres que compaginaba con sus labores de editor de la revista literaria The Criterion y apenas le restaba tiempo para volcarse en su propia obra. Necesitaba ese pluriempleo para sufragar los cuidados de Vivien, la joven con la que se cas¨® en 1915 y que alterar¨ªa radicalmente su existencia, a causa de sus depresiones y cambios repentinos de humor, s¨ªntomas de una enfermedad de origen nervioso. La crueldad del sensible poeta hacia su pareja que recrea la pieza teatral Tom y Viv -estrenada en 1984 y luego un ¨¦xito cinematogr¨¢fico de la mano de los actores Willem Dafoe y Miranda Richardson- no se corresponde con el contenido de la correspondencia reci¨¦n publicada. Eliot describe su impotencia ante el sufrimiento de Vivien, pero declara un sincero deseo de salvar ese matrimonio infeliz en el que vive atrapado. La propia esposa escribi¨® a una criada como intermediara de una declaraci¨®n incondicional de amor al marido. La recopilaci¨®n de cartas abarca hasta 1925, a?o en que finalmente Eliot consigui¨® dejar el banco tras ingresar en la editorial Faber and Gwyer (la recopilaci¨®n incluye la carta con la nueva oferta de trabajo: 325 libras de salario como editor, y otras 150 libras en calidad de director). Despu¨¦s de 13 a?os, Viv era internada en un psiqui¨¢trico hasta su muerte (1947). Eliot nunca acudi¨® a visitarla, aunque siguieron casados.
Quiz¨¢ la publicaci¨®n de nueva correspondencia in¨¦dita -se anuncia un tercer tomo para dentro de dos a?os- aporte datos reveladores sobre ese periodo. Haffenden s¨®lo ha adelantado que el futuro libro incluir¨¢ correspondencia privada de Eliot con el acad¨¦mico americano Horace Kellen, donde se detalla c¨®mo ayud¨® a refugiados jud¨ªos a huir a Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. "Todos tenemos nuestras contradicciones", ha declarado al respecto Anthony Julius, autor de un controvertido libro que explora el sentimiento antisemita del autor en poemas como Gerontion o Sweeney among the Nightingales. (T. S. Eliot, Anti-Semitism and Literary Form, 1995). Aunque los argumentos de Julius no son aceptados un¨¢nimemente, las alusiones despectivas que Eliot hace de los jud¨ªos en el segundo volumen de ep¨ªstolas ("esa gente", "su instinto destructivo") parecen inapelables.
T. S. Eliot publicaba en 1944 la que muchos cr¨ªticos consideran su mejor obra, Cuatro cuartetos, y cuatro a?os m¨¢s tarde recib¨ªa el galard¨®n literario de la Academia Sueca.
Para impaciencia de los estudiosos de su producci¨®n y trayectoria, todav¨ªa restan 40 a?os de correspondencia (hasta su muerte, en 1965) pendiente de divulgaci¨®n en el mercado editorial. Los vol¨²menes compilatorios de cartas publicados hasta la fecha s¨®lo alcanzan hasta los tiempos en los que el escritor sent¨ªa contra¨ªdo su genio, pero una deliciosa perla delata que el mundo literario no estaba de acuerdo con esa percepci¨®n: a finales de 1925, recib¨ªa una copia de El gran Gatsby con una dedicatoria del propio F. Scott Fitzgerald que rezaba "Para T. S. Eliot, el m¨¢s grande de los poetas vivos".
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