"Me atra¨ªa escribir sobre lo que el terror tiene de humillaci¨®n"
Hay gente que ha nacido de pie, otros, atravesados, y otros, a¨²n no saben por qu¨¦ han nacido. Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n (Torrelavega, 1942) es de los primeros. Ha realizado 17 largometrajes, adapt¨® el Quijote para una serie de televisi¨®n, ha escrito varios guiones para otros directores y ha dirigido alguna obra de teatro. Tambi¨¦n ha sido militante del Partido Comunista hasta que se legaliz¨® en abril de 1977. En Vi¨¦rnoles (Cantabria), el Instituto de Ense?anza Superior lleva su nombre. A los 66 a?os anunci¨® que se retiraba del cine. Un a?o despu¨¦s escribe su primera novela, La vida antes de marzo, con la que acaba de obtener el Premio Herralde de Novela (Anagrama). Es, probablemente, uno de los autores debutantes de mayor edad y est¨¢ encantado de la experiencia.
"Con el 11-M el mal estaba llamando a la puerta y nosotros hemos abierto"
"Lo que ocurre en la novela es la fascinaci¨®n de la mosca por la ara?a"
Pregunta. Su ¨²ltima pel¨ªcula, Todos est¨¢n invitados, muestra la cobard¨ªa de la sociedad civil vasca ante el terror impuesto por ETA. En su primera novela, La vida antes de marzo, el brutal atentado del 11-M, sin ser protagonista de la trama s¨ª tiene una cierta importancia en la misma. ?Le obsesiona el terrorismo?
Respuesta. Todos estamos invitados se hizo como una especie de deber c¨ªvico, para que constara un determinado testimonio y una postura ante un terrorismo muy conocido, como es el de ETA y el silencio que la rodea. En realidad, es desagradable filmar o escribir cosas sobre el terrorismo. Ya tenemos bastante con las informaciones de la televisi¨®n o los peri¨®dicos. ?Por qu¨¦, adem¨¢s, hacer ficci¨®n sobre ello? No tengo una respuesta muy clara... pero, desde luego, no me voy a especializar en un tema que, en el fondo, me repugna.
P. Pese a todo, el 11-M es importante en la trama.
R. Bueno, el 11-M aparece muy al final. No puede considerarse que sea una novela sobre el 11- M. Aqu¨ª es un mero instrumento narrativo.
P. ?Y qu¨¦ le atra¨ªa del tema?
R. En el caso de La vida antes de marzo me atra¨ªa escribir sobre lo que el terror tiene tambi¨¦n de humillaci¨®n. Naturalmente, lo peor es la p¨¦rdida de la vida. Pero tambi¨¦n conlleva una especie de verg¨¹enza por el g¨¦nero humano al que pertenecemos. Tambi¨¦n me interesaba contar lo inesperado del suceso. El mal estaba llamando a la puerta y nosotros hemos abierto.
P. ?Cu¨¢l fue el origen de la historia?
R. Creo que primero fue el marco y luego el cuadro. Yo viajo bastante, y en esos viajes bebo en abundancia, cosa que no suelo hacer en estado sedentario. A veces te encuentras con desconocidos compa?eros que, para quitarse el miedo a volar o porque se aburren, te sueltan, tambi¨¦n bebidos, cosas que nunca han contado. En las largas traves¨ªas a¨¦reas escuchas a m¨¦dicos que te hablan de enfermedades mantenidas en secreto por los Gobiernos, a mujeres bell¨ªsimas que narran tranquilamente sus adulterios o a empleados de grandes bancos que confiesan las abominaciones que realizan por orden de sus jefes... A veces, el viaje es el relato y el relato es el viaje. Hay una relaci¨®n directa entre un viaje y un relato oral. As¨ª que lo primero que me vino a la cabeza fue una narraci¨®n que dura lo que el recorrido de un tren. En este caso, desde Bagdad -origen de cuentos maravillosos- a una ciudad atl¨¢ntica, Lisboa, un finisterre donde todo acaba y todo puede volver a empezar.
P. Lo que resulta infrecuente es que usted decidiera escribir su primera novela cuando, a una edad tard¨ªa, anunci¨® que se retiraba de la profesi¨®n del cine, oficio al que dedic¨® casi 40 a?os.
R. Nunca he querido ser un escritor ocasional, como tampoco hubiera querido ser un director de cine ocasional. O lo uno o lo otro. Se es escritor de noche y de d¨ªa, dormido o despierto, cuando est¨¢s escribiendo y tambi¨¦n cuando est¨¢s regando las plantas. Y lo mismo ocurre cuando eres director de cine. As¨ª que hasta que no dej¨¦ lo uno no emprend¨ª lo otro. Cuando de la editorial Anagrama me pidieron informaci¨®n para la solapa -la filmograf¨ªa, claro, porque bibliograf¨ªa propia no hay- propuse los datos de lo que yo ser¨ªa ahora si hubiera seguido mi dedicaci¨®n primera: escritor y profesor. Algo as¨ª como: "Profesor de Filosof¨ªa en Villarrubia de los Montes, tiene una obra sobre los amores juveniles de Men¨¦ndez Pelayo y otra sobre el primer Unamuno y el ¨²ltimo Hegel. No se le debe confundir con su primo, el director de cine del mismo nombre". Pero Herralde no quiso, claro. Como se ve, prefiero ser dos personas distintas que un solo Guti¨¦rrez verdadero.
P. ?Le result¨® muy duro escribir esta novela de 250 p¨¢ginas?
R. La verdad es que me lo pas¨¦ muy bien. Sent¨ªa alegr¨ªa, sensaci¨®n de poder... Tambi¨¦n me sent¨ª muy rejuvenecido: mi primera vocaci¨®n fue ser escritor, cuando a¨²n no hab¨ªa descubierto que las pel¨ªculas las hac¨ªa un director. Cuando la escrib¨ªa no quer¨ªa ponerle punto final, entregarla al editor. Pasaban las semanas y siempre encontraba un pretexto para seguir corrigiendo, o cambiar p¨¢rrafos de sitio. A diferencia del cine, s¨®lo dependes de ti mismo. No importa que llueva o granice, que el productor recorte el presupuesto o que el actor no se entienda con la actriz... Sobre todo, hoy en d¨ªa las negociaciones de financiaci¨®n, televisiones, ministerios, son muy largas. Me parece una tremenda p¨¦rdida de tiempo. Para m¨ª ha sido una sensaci¨®n nueva el conseguir avanzar en el trabajo sin depender de otros.
P. ?Y no a?ora su primer y dilatado oficio, el cine?
R. Del cine echo de menos al equipo de rodaje, al montador, al ayudante, la script... toda esa gente que cree en la pel¨ªcula y que se mata por ella. Hay mucha pasi¨®n en el cine. La literatura es un placer solitario. Hay que constatar que en nuestra juventud el cine nos inici¨® en el sexo. En las novelas hab¨ªa amor, pero en el cine descubrimos que el verbo se hac¨ªa carne. Creo que el motivo decisivo de mi retirada de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica fue el d¨ªa en el que me di cuenta de que el director que m¨¢s me gustaba era Tim Burton. Me pareci¨® que algo se me hab¨ªa roto por dentro: volv¨ªa a la ¨¦poca de los juguetes.
P. Usted afirma que su novela no lo es sobre el 11-M, pero en ella juega un papel importante y hay una notable documentaci¨®n sobre las costumbres islamistas...
R. El tema de la novela es el encuentro entre desconocidos, alguno de ellos peligroso, como los amigos "malos" de Pinocho. Por ejemplo, lo que le sucede a ?ngel, que, siendo adolescente, se ve metido sin querer, pero poco a poco a sabiendas, en una conspiraci¨®n islamista algo cutre, pero no por ello menos criminal. Lo que all¨ª ocurre es la fascinaci¨®n de la mosca por la ara?a y su p¨¢nico final. Algo as¨ª es lo que se cuenta en la La isla del tesoro con los piratas. La informaci¨®n sobre el islamismo terrorista no me fue dif¨ªcil, es bastante abundante, para m¨ª m¨¢s que suficiente. (El mejor libro que conozco es el de Manuel Marlasca y Luis Rendueles, Una historia del 11 M que no va a gustar a nadie). Lo que se me hizo m¨¢s arduo fue meter los datos reales en la ficci¨®n. Fui un par de veces a Asturias, habl¨¦, me inform¨¦. Visit¨¦ Mieres, Avil¨¦s... en fin, luego, en la novela, la cosa se queda en poco, pero te da seguridad. Lo mismo en Madrid, en Fuenlabrada. El sitio de V¨¦spero, en Asturias, est¨¢ inventado. En realidad, el 11-M casi no sale en el texto, ya que no trata de eso. S¨ª aparece la preparaci¨®n previa, las idas y venidas de ?ngel con los islamistas y los vendedores de dinamita, los traficantes y los polic¨ªas. El submundo. Pero el terrorismo expl¨ªcito s¨®lo es un 5% de la novela. Lo que m¨¢s abunda en el texto son padres, amantes, novias, vacas, cerdos y morcillas. La vida sobre la muerte.
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