Lady Ashton, la baronesa del curr¨ªculum vac¨ªo
La baronesa prosper¨® en el laborismo sorteando las luchas internas y asume su cargo sin experiencia diplom¨¢tica
Catherine Ashton se confesaba la primera sorprendida por su nombramiento como Alta Representante de la Pol¨ªtica Exterior de la Uni¨®n Europea ante los colegas que acudieron a un pub irland¨¦s de Bruselas para felicitarle, el jueves por la noche.
Tan s¨®lo horas antes, la comisaria brit¨¢nica hab¨ªa cancelado sus planes de trasladarse a Londres con el Eurostar tras recibir indicaciones de Downing Street. Ni su nombre aparec¨ªa en las quinielas, ni su bajo perfil pod¨ªa parangonarse con el peso de los otros candidatos, incluidos los de su propio pa¨ªs. Pero su condici¨®n de mujer, de socialista y de brit¨¢nica con supuestas credenciales europe¨ªstas acababa catapultando a esta pol¨ªtica incluso desconocida entre sus conciudadanos hasta uno de los puestos m¨¢s relevantes del nuevo organigrama europeo.
El MI5 catalog¨® a la joven Catherine Ashton de "militante comunista" Se conoce su afici¨®n a la cocina y al concurso The X Factor
Muchos contraponen a su reputaci¨®n de negociadora competente, de firme trabajadora entre bambalinas, la completa falta de experiencia en las lides de la pol¨ªtica internacional. Y, en un factor especialmente resaltado por la prensa de las islas, que nunca se haya sometido al veredicto de las urnas concurriendo a unas elecciones. Lo que s¨ª coinciden en reconocerle los analistas es la habilidad de Ashton para estar en el lugar correcto en el momento preciso.
Esta mujer de 53 a?os, descrita por sus amigos como un car¨¢cter templado capaz de lidiar con las situaciones m¨¢s conflictivas ("es una balsa de aceite en aguas procelosas"), ha protagonizado una activa vida pol¨ªtica en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, si bien en un plano muy discreto hasta a?os recientes.
Tras licenciarse en Econ¨®micas por la Universidad de Londres, trabaj¨® para la Campa?a por el Desarme Nuclear, un papel antimilitarista que puso su nombre en el punto de mira del MI5. Los servicios de inteligencia la catalogaron como "simpatizante comunista" por compartir piso con un afiliado al PC.
De aquellos a?os ochenta retuvo una posici¨®n de acerada defensa de las libertades civiles que a?os m¨¢s tarde le merecer¨ªa algunas enemistades en el seno del gobierno de Tony Blair, donde desempe?¨® puestos intermedios en Educaci¨®n, Asuntos Constitucionales y Justicia (a partir de 2002). A¨²n as¨ª, logr¨® prosperar en el Laborismo a base de mantenerse al margen de sus luchas intestinas.
Su ingreso en la C¨¢mara de los Lores, en 1999, le procur¨® el t¨ªtulo no hereditario de lady o baronesa, para el que adopt¨® el nombre de su localidad natal de Upholland (Lancashire, en el norte de Inglaterra). Ocho a?os m¨¢s tarde, el ya primer ministro Gordon Brown le designaba l¨ªder de la C¨¢mara Alta, un cargo que canaliza las relaciones del Gobierno con los lores y desde el que desempe?¨® un papel clave en la tramitaci¨®n y aprobaci¨®n del Tratado de Lisboa.
En octubre del a?o pasado, el reingreso de Mandelson en la escena pol¨ªtica brit¨¢nica convirti¨® a la baronesa en su sustituta como comisaria europea de Comercio Exterior, una promoci¨®n muy criticada por su notoria falta de experiencia. La valoraci¨®n que le ha merecido el ¨²ltimo a?o de trabajo en Bruselas ha sido discreta, aunque positiva.
Su nombramiento al frente de la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n Europea ha permitido que el grueso de brit¨¢nicos conozca su rostro por primera vez. M¨¢s tenida en cuenta hasta la fecha en los pasillos del poder de Londres ha sido la figura de su marido, Peter Kellener, antiguo periodista que hoy dirige una de las mayores empresas de sondeos del Reino Unido, You Gov.
El matrimonio (entre ambos suman cinco hijos) lleva una intensa vida social, aunque de los rasgos personales de la nueva Alta Representante apenas se conoce su afici¨®n a la cocina y su pasi¨®n por uno de los concursos m¨¢s populares de la televisi¨®n brit¨¢nica, The X Factor.
Su ascenso a primera l¨ªnea de la pol¨ªtica europea, que en general deja m¨¢s bien fr¨ªo al brit¨¢nico de a pie, ha sido recibido por la oposici¨®n conservadora con un mal¨¦volo aguij¨®n: "Pensar que empezamos con Blair y hemos acabado con Ashton...".
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