Es c¨ªnico, es espiritual, es Van Rompuy
Maquiav¨¦lico, culto, sofisticado; el primer presidente de la UE se postula como un mediador ante los conflictos m¨¢s enconados
Herman Van Rompuy (pron¨²nciese Fan Rompoy), reci¨¦n elegido a sus 62 a?os presidente permanente de la Uni¨®n Europea, es hombre decidido, de pocas, pero definitivas palabras, que marca claramente el terreno, con un punto de humor si es necesario. "El sentido del humor ayuda mucho" tiene dicho. "Ayuda a relativizar los problemas". Tenerlo es tambi¨¦n una se?al de inteligencia que a ¨¦l nadie le niega, reforzada no pocas veces con un destilado de iron¨ªa y mordacidad.
El nuevo presidente de los presidentes y primeros ministros de la Uni¨®n es un hombre cerebral, de personalidad poli¨¦drica, parad¨®jico, relativista y c¨ªnico. ?No dijo aquello de que "hay que guardarse los principios para las grandes ocasiones"? Un pol¨ªtico puro y duro, no de la especie asilvestrada y navajera que tanto medra en Espa?a sino de la versi¨®n culta y maquiav¨¦lica que se da en otras latitudes. Educado en los jesuitas, licenciado en filosof¨ªa, doctorado en econom¨ªa dice tener a timbre de honor que le llamen jesu¨ªtico. Lo que para otros es sin¨®nimo de hipocres¨ªa y doblez, para ¨¦l lo es de culto a la raz¨®n.
Suele retirarse tres o cuatro veces al a?o a meditar a un monasterio
Lleg¨® a primer ministro filtrando una carta que hundi¨® a su predecesor
Intelectual cat¨®lico, Van Rompuy tiene publicado el libro El cristianismo, un pensamiento moderno y es un lector voraz de amplio espectro dentro de la calidad, que admira la integridad de Albert Camus o de Alexander Solyenitzsin y lo mismo se recrea con Jacques-B¨¦nigne Bossuet que con Andr¨¦ Malraux, con el superventas pl¨¢cido Eric-Emmanuel Schmitt que con el prosaico Alan Greenspan. Goza con Jean-Marie Gustave Le Cl¨¦zio y sus exploraciones de otros mundos que est¨¢n en ¨¦ste, quiz¨¢ como un modo vicario de escapar al absurdo y el ruido cotidianos.
Quienes le conocen le tildan de mis¨¢ntropo frustrado y, espiritual hasta la m¨¦dula, suele retirarse tres o cuatro veces al a?o a un monasterio. "La pol¨ªtica no es todo en la vida", ha dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n. "Para m¨ª las cuestiones sobre la vida y la muerte son m¨¢s importantes que la pol¨ªtica". Una buena lectura, una cerveza, algo de f¨²tbol, con el Anderlecht de por medio, algo de ciclismo y un jard¨ªn le bastan para ser feliz.
Probablemente ya los tenga y los haya le¨ªdo, pero la presidencia espa?ola que se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 1 de enero, el mismo d¨ªa que Van Rompuy asumir¨¢ la presidencia permanente del Consejo Europeo, le har¨ªa un regalo perfecto entreg¨¢ndole un Quijote y una antolog¨ªa de los m¨ªsticos espa?oles. La vida retirada de fray Luis de Le¨®n es un retrato de las aspiraciones de Van Rompuy. Pero deber¨ªan ser traducidos, porque el espa?ol no est¨¢ entre las cuatro lenguas que habla con naturalidad: neerland¨¦s, franc¨¦s, ingl¨¦s y alem¨¢n.
Hombre pol¨ªtico en una familia pol¨ªtica (un hermano, tambi¨¦n democristiano, como montaraz nacionalista flamenco; una hermana roja, y un hijo primog¨¦nito activo en las juventudes del partido), Van Rompuy ha recorrido por sus pasos contados todos los escalones hasta llegar a la c¨²spide, por m¨¢s que se resistiera a ser primer ministro hace casi un a?o y tuviera que intervenir el rey para forzarle a pasar el trago. A¨²n en el pasado verano se preguntaba: "?C¨®mo he podido yo meterme en esto?".
Era la penitencia por el pecado cometido. Porque santo, Van Rompuy no es. Maquiav¨¦lico no poco, como revela su propio rostro de aguda mirada azul y sonrisa mefistof¨¦lica. Lleg¨® a primer ministro tras empujar al precipicio a Yves Leterme mediante la filtraci¨®n de una carta que daba cuenta de las presuntas presiones del entonces jefe del Gobierno sobre los jueces en relaci¨®n con la crisis de Fortis, el gran conglomerado bancario belga aplastado por el marasmo financiero de 2008.
La justicia acab¨® por absolver a Leterme de las acusaciones de haber asesinado a Montesquieu lo que le permiti¨® volver al Gabinete con la cartera de Exteriores. Ahora est¨¢ abocado a recuperar la primogenitura gubernamental por la promoci¨®n europea de Van Rompuy. Ambos se aborrecen cordialmente.
La llegada de Leterme, azote de los franc¨®fonos, a la cabeza del Gobierno provoca temblores a esa minor¨ªa para la que Van Rompuy ha resultado bals¨¢mico en estos pasados once meses, precedidos del turbulento a?o y medio en que, con Leterme al tim¨®n, B¨¦lgica se ahogaba en el fango de las tensiones nacionalistas. De nuevo Maquiavelo. Porque en contra de la impresi¨®n reinante, Van Rompuy ha combatido en todas las batallas por la causa de Flandes y de los neerland¨®fonos y s¨®lo se ha librado de disputar la decisiva entorno a Bruselas por cuesti¨®n de calendario. Va a dejar la jefatura del Gobierno justo cuando ten¨ªa en el horizonte el nudo gordiano de Bruselas-Hal-Vilvoorde, la madre de todos los problemas identitarios belgas.
Su talento para salir laureado de la envenenada lucha entre neerland¨®fonos y franc¨®fonos se pondr¨¢ a prueba en el nuevo estadio europeo de los Veintisiete, cada uno "con su historia, su cultura y su modo de hacer las cosas", como dijo en su fino discurso del jueves. "Cada pa¨ªs debe salir vencedor de la negociaci¨®n. Una negociaci¨®n con vencidos es siempre una mala negociaci¨®n [...] Escuchar¨¦ a todos y velar¨¦ porque las deliberaciones den resultados para todos". Un facilitador, no un creador. El m¨¦todo comunitario o del m¨ªnimo com¨²n denominador goza de buena salud. Es lo que ha elegido la Uni¨®n para los dos pr¨®ximos a?os y medio.
"Espero con impaciencia su primera llamada". La primera llamada de Barack Obama. Van Rompuy fue el primero en responder a la pregunta a bocajarro de a qui¨¦n podr¨ªa llamar ahora Estados Unidos cuando quisiese hablar con Europa. La cuesti¨®n iba dirigida a todos los presentes: el presidente de turno de la Uni¨®n, el presidente de la Comisi¨®n y la ne¨®fita en asuntos mundiales Alta Representante para la pol¨ªtica exterior, adem¨¢s de al propio presidente permanente. Es la famosa pregunta de Henry Kissinger que siempre ha obsesionado a la Europa de voces y cabezas siempre cambiantes. La cuesti¨®n suscit¨® unos breves instantes de inc¨®modo silencio entre los cuatro interpelados, que Van Rompuy se lanz¨® a romper sin vueltas: "Espero con impaciencia su primera llamada".
Su respuesta fue acogida con risas por el auditorio, antes de que Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, presidente de la Comisi¨®n, interviniera para explicar prolijamente c¨®mo queda el nuevo cuadro y volver a colocar las cosas donde sol¨ªan: en la escena internacional la presencia de Europa seguir¨¢ sin ser claramente comprensible. Y ello pese a que "en materia de pol¨ªtica exterior, el presidente permanente representar¨¢ a la Uni¨®n a su nivel y en su calidad", como acaba de recordar en su discurso de aceptaci¨®n el flamante Van Rompuy. Por si alguien ten¨ªa dudas, remach¨® el presidente electo: "Por lo tanto estar¨¦ presente en las reuniones de las cumbres con nuestros socios en el mundo".
Pasi¨®n por los haikus
- Hay dudas bien fundadas de que con la nueva c¨²pula europea la Uni¨®n vaya a convertirse en el gigante pol¨ªtico en la escena internacional que dice querer ser. Pero la elecci¨®n de Herman Van Rompuy para la presidencia ha hecho que Jap¨®n vuelva admirado los ojos hacia la UE. El presidente electo practica con gusto la escritura de haikus, esos delicados micropoemas de tres versos no rimados y diecisiete s¨ªlabas (5+7+5) consustanciales al alma nipona.
- Cabello. El viento agita el cabello. Pasan los a?os, sigue el viento. Pena que no haya ya cabello.
- Tiempo. La vida es navegar en el mar del tiempo, pero s¨®lo el mar queda.
- Verano. Un verano de ensue?o es almorzar lentamente bajo un sol repleto.
- Van Rompuy dedic¨® un haiku tambi¨¦n al tr¨ªo entrante de presidencias rotatorias de la UE (Espa?a, B¨¦lgica y Hungr¨ªa): Tres olas arriban al un¨ªsono al puerto. El tr¨ªo est¨¢ en casa.
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