Olas de asfalto para volar

Lo b¨¢sico es el ollie. Con este movimiento, un salto elevando la tabla para que se mantenga pegada a los pies del patinador, se pueden hacer todos los trucos. Y a partir de ah¨ª... pues toca caerse muchas veces, levantarse y volver a practicar. Es algo que tienen muy asumido las decenas de ni?os y j¨®venes que estrenaron ayer la primera skate-plaza de Madrid. Todo un sue?o para este colectivo, unas 5.000 personas en la ciudad, habituado a buscarse la vida para poder patinar.

"En Madrid no hay ning¨²n sitio para que practiquemos". La queja es un¨¢nime en la nueva plaza, en el parque de Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n (Tetu¨¢n). Los patinadores, desde peque?os de apenas 12 a?os a ya creciditos rondando la treintena, se congratulan por tener una instalaci¨®n nueva para deslizarse sobre sus tablas, pero no olvidan las dificultades con las que se encuentran para practicar su deporte favorito. "El lugar tradicional para el skate era la plaza de Col¨®n", explica Dani Rico, delegado en Madrid de la Asociaci¨®n Nacional de Skate. "Pero ahora all¨ª tampoco dejan, la polic¨ªa te multa por patinar".

Col¨®n era el lugar tradicional para practicar, pero ahora la polic¨ªa multa

As¨ª que a los skaters les toca irse a otras localidades de la regi¨®n, como Torrej¨®n, M¨®stoles o Tres Cantos, que s¨ª que cuentan con espacios dedicados al patinaje callejero. Eso, para los mayores que ya utilizan el coche, porque los m¨¢s j¨®venes se tienen que apa?ar en plazas como la de Hortaleza o la de Goya. "Pero llega la poli y te quita la tabla", se queja Miguel, Miki, de 13 a?os.

As¨ª que, inaugurada ayer la plaza, Miki y sus amigos no se lo pensaron y pasaron all¨ª la ma?ana. "Es de mucho nivel, casi para profesionales", comenta Pablo Bello. Con una gorra calada hasta sus inquietos ojos azules, Pablo asegura que le encantar¨ªa dedicarse al skate. "Ir a Am¨¦rica y que me pagaran por competir", explica ilusionado. Aunque, a sus 14 a?os, es consciente de que su sue?o "es muy dif¨ªcil", as¨ª que tiene claro que "lo primero es estudiar y luego sacar tiempo para el monopat¨ªn".

El grupo de amigos practica este deporte desde hace apenas un a?o, "probando y aprendiendo de los que patinan mejor", cuentan. Para ir mejorando, juegan al "s.k.a.t.e., con puntos entre las letras", explica Pablo: cada uno hace un truco con el monopat¨ªn y el resto debe imitarle; si alguno no lo consigue pierde y acumula una letra de la palabra. El que primero completa la palabra pierde.

"Es b¨¢sico practicar con continuidad", asume Aster Mart¨ªnez, de 26 a?os. "El cuerpo sufre mucho en este deporte y se nota cuando no entrenas". Aster tambi¨¦n piensa que la pista de Tetu¨¢n es de mucho nivel y "puede intimidar a los que est¨¢n aprendiendo". Adem¨¢s, explica, "al estar al lado de caminos de tierra ya tiene mucha arena y en cuanto llueva se llenar¨¢ de barro". La plaza, que ha costado 821.160 euros procedentes del Fondo Estatal de Inversi¨®n Local y es una de las m¨¢s grandes de Espa?a, tiene varios niveles. En el de arriba hay tramos de escaleras, bordillos y una plataforma central rectangular de 10 metros de largo, 7 de ancho y 40 cent¨ªmetros de altura. Abajo hay una ola de 10 metros de largo y 1,80 metros de altura.

"Los acabados y los materiales est¨¢n muy bien", apunta Dani Rico, que tambi¨¦n es presidente de la Asociaci¨®n Schooltura. Desde esta entidad juvenil y cultural proponen la construcci¨®n de un skatepark en el barrio de Alameda de Osuna. "Es diferente de la skate-plaza", explica Elsa Incia, de 30 a?os: "Tiene, sobre todo, m¨¢s rampas".

Al lado de Elsa, Eva, de 11 a?os, se desliza con sus patines en l¨ªnea. Empez¨® a practicar skate con ocho a?os, cuando era la ¨²nica chica en los cursos organizados por Schooltura. Despu¨¦s de alguna que otra ca¨ªda, decidi¨® cambiar la tabla por los patines. "Pero lo que m¨¢s me gusta es la bici", repite la ni?a. A su madre, sentada al lado, tambi¨¦n le deja m¨¢s tranquila que pasee con la bici y no se deslice sobre el monopat¨ªn. "Mi madre tambi¨¦n se preocupaba cuando empec¨¦ a patinar", cuenta Pablo. "Pero ya le expliqu¨¦ que el casco o las rodilleras son inc¨®modas para nuestros movimientos", explica muy serio. "Si te caes, pues te fastidias y te levantas", sentencia Miki. "Ya sabes que puede pasar".