Prohibido quejarse
Una empresa de limpieza pide a sus trabajadores gratitud por no estar en el paro
A Consuelo Barea, empleada de limpieza, de 57 a?os, le han prohibido quejarse. La empresa municipal de Huelva para la que trabaja desde 1997, Emlicodemsa, junto con otras 150 personas -sobre todo mujeres-, sorprendi¨® hace un mes con un folleto que reparti¨® a la plantilla. El lema es muy claro: Prohibido quejarse. En letras may¨²sculas. Se trata de dos folios grapados en cuya portada figura un c¨ªrculo rojo que rodea el perfil de alguien con la boca abierta. "Mejor estar calladitas. Esto es lo que quieren", denunci¨® ayer Barea desde el colegio Quinto Centenario, donde realiza su trabajo.
Mientras pasan filas de ni?os de tres a?os, con peque?as mochilas a cuestas, la trabajadora asegura sentirse indignada por lo que define como "amenaza en toda regla". Barea pertenece al Sindicato Unitario, que representa a un 20% de la plantilla. "Nadie m¨¢s quiere protestar. Hay chicas que est¨¢n a media jornada o no tienen contrato fijo. Tienen miedo de levantar la voz", a?adi¨® enfundada en su uniforme violeta.
"Mejor estar calladitas. Esto es lo que quieren", dice una trabajadora
Su horario, cont¨®, es el normal: De 9.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00. Cobra unos 1.000 euros al mes. Su hijo de 26 a?os, en paro, o su marido, jubilado de 68, apoyan su cruzada en defensa de los derechos laborales. "No podr¨¢n conmigo. Llevan meses sin pagar anticipos, tan necesarios para algunas familias", acusa a la empresa. La situaci¨®n econ¨®mica de esta compa?¨ªa le hace temer por su futuro. "Tememos no cobrar a fin de mes".
El folleto del conflicto ofrece, en el segundo folio, las "tres herramientas para no quejarse". El primer ep¨ªgrafe es T¨¦cnica positiva. El segundo, m¨¢s largo, es un consejo: Conc¨¦ntrese en lo que puede hacer en lugar de en lo que tiene que hacer. La tercera herramienta supone la p¨®cima m¨¢gica: Transforme las quejas en soluciones. Barea arqueaba sus cejas mientras sosten¨ªa "esta verg¨¹enza" -como ella lo llama- que le "anima" a no protestar.
En el grueso del texto se encuentran otras recomendaciones, que dicen textualmente: "Deber¨¦ esforzarme cada d¨ªa y ayudar a mejorar la viabilidad y rentabilidad de la empresa para seguir teniendo trabajo digno que me permita mantener a mi familia", "con la queja sin fundamento, usted se concentra est¨²pidamente en los problemas". El documento tambi¨¦n incluye "consuelos": "Cambien su perspectiva y comprenda que no tiene que hacer algo, sino que puede hacerlo... Puede ir a trabajar mientras muchos est¨¢n en el paro".
Desde Emlicodemsa han reconocido la difusi¨®n de estos folletos. "Est¨¢n basados en un best seller y pretende crear actitud positiva en las trabajadoras", explic¨® Antonio Fern¨¢ndez, el gerente. Sa¨²l Fern¨¢ndez, presidente de la empresa, es primo de Antonio, seg¨²n Barea, y compatibiliza ese cargo con el de teniente de alcalde de R¨¦gimen Interior y de Gobernaci¨®n del Ayuntamiento de Huelva (PP).
El libro al que se refiere, Prohibido quejarse, del escritor Jon Gordon, se describe en Internet como "un m¨¦todo sencillo" destinado a cambiar la negatividad del entorno de trabajo. El encargado de llevar estas t¨¦cnicas a las dependencias municipales, Alfonso Barroso, asegur¨® que no quieren "molestar" a nadie. "En medio de esta crisis, hay que agradecer no estar en el paro", sostuvo.
Se pretende invertir lo negativo en positivo. Consuelo Barea ironizaba en este punto. "S¨ª, invirtamos. Yo cobro lo del presidente un mes y ¨¦l cobra lo m¨ªo", salt¨® sin asomo de risa. La empleada asegura que no lee superventas.
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