Juzgado por 'mobbing' el presidente de la Asociaci¨®n de Propietarios
La fiscal¨ªa solicit¨® ayer dos a?os de c¨¢rcel para el presidente de la Asociaci¨®n de Propietarios de Catalu?a, Luis Miguel Pahissa, a quien acusa de hacer "la vida imposible" a dos inquilinas de 78 y 81 a?os que residen como arrendatarias desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas en un piso de la calle del Comte d'Urgell de Barcelona.
Durante el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal n¨²mero 9 de Barcelona, Pahissa neg¨® los cargos que pesan contra ¨¦l y defendi¨® la legalidad de todas sus actuaciones, con argumentos tan singulares como que su madre, enferma de Alzheimer, extravi¨® algunas cartas o que no cobr¨® durante un trimestre los recibos porque se cas¨®. Tambi¨¦n ech¨® mano de su esposa para recordar que tuvo un hijo con m¨¢s de 50 a?os y que se perdieron los correos electr¨®nicos con las quejas de las vecinas.Por este caso tambi¨¦n est¨¢ acusada la propietaria de la vivienda en la que habitan las ancianasos, Esther Guisasola Sagala, quien declar¨® que desconoc¨ªa la situaci¨®n y subray¨® que se limitaba a ser informada por Pahissa de las decisiones que ¨¦ste adoptaba.
Por el contrario, las denunciantes, Mar¨ªa Dolores Prados Mar¨ªn y Leonie Carretas Tubet, detallaron el calvario sufrido a ra¨ªz de la muerte de sus esposos y los problemas que han tenido que afrontar para subrogarse en el contrato de alquiler. Tambi¨¦n dijeron que el administrador las ha evitado siempre y, cuando han podido hablar con ¨¦l, las ha menospreciado.
Como ejemplo, Mar¨ªa Dolores Prados explic¨® que tan s¨®lo 16 d¨ªas despu¨¦s de la muerte de su esposo fue a la casa de Pahissa para comunicarle el deceso y pedirle que iniciara los tr¨¢mites para subarrendar el contrato. "Nos recibi¨® en su despacho, con las piernas encima de la mesa, no nos invit¨® a sentarnos y cuando le dije que mi marido hab¨ªa muerto nos dijo que cuando yo muriera echar¨ªa a la calle a mi hija", dijo la mujer entre sollozos. Tambi¨¦n record¨® la "angustia" que les supuso que el administrador no les cobrara el alquiler durante al menos tres meses seguidos en el ¨²ltimo trimestre de 2006 -lo que Pahissa justifica porque se cas¨®, se fue de viaje y tuvo una hija-, ya que tem¨ªan que las echaran de casa por falta de pago. Sobre todo, cuando el acusado, seg¨²n la versi¨®n de las mujeres, devolvi¨® los giros postales que le enviaban las inquilinas.
A diferencia de la otra denunciante, Leonie Carretas a¨²n recibe los recibos del alquiler a nombre de su esposo, fallecido hace casi 20 a?os. Otra de las quejas de las ancianas vecinas es que cuando se instal¨® un nuevo ascensor el administrador les prohibi¨® utilizarlo e incluso anul¨® durante dos a?os los botones para que no se detuviera en la tercera planta.
Pahissa dijo que tom¨® esa decisi¨®n asesorado por un bufete de abogados, pero el abogado de la acusada fue m¨¢s all¨¢ al decir que, aunque el ascensor estaba inutilizado, las mujeres pod¨ªan subir andando hasta la cuarta planta para tomarlo. Las v¨ªctimas de este supuesto caso de acoso inmobiliario tambi¨¦n explican que no se les permite el acceso a la toma de antena com¨²n y que a¨²n disponen de un contador compartido de agua.
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