Terapia sonora en O Morrazo
Jacomina Kistemaker investiga el uso del sonido para el crecimiento personal
La holandesa Jacomina Kistemaker (Alkmaar, 1948) busc¨® cambiar el mundo de muchas maneras antes de descubrir que toda transformaci¨®n empieza por uno mismo. Entonces emprendi¨® un viaje para encontrarse, que acab¨® en Cangas do Morrazo (Pontevedra). All¨ª descubri¨® su eco interior. Es una de las pioneras en Espa?a en la investigaci¨®n del uso del sonido para el crecimiento personal y espiritual. En Punta Couso regenta un centro donde practica terapias de sonido con cuencos tibetanos y gongs chinos.
Desde su casa al borde del Atl¨¢ntico se divisa la Illa de Ons y la r¨ªa de Pontevedra. Jacomina disfruta all¨ª de la l¨ªnea del horizonte en el mar, la soledad y el silencio nocturno, como en su infancia. Naci¨® en una granja construida en un p¨®lder (superficie terrestre ganada al mar), cerca de Alkmaar, una localidad holandesa famosa por su mercado tradicional de quesos, de esos amarillos y grandes como ruedas.
Su centro ofrece tratamientos con cuencos tibetanos y gongs chinos
"La transformaci¨®n real es la interna", asegura esta psic¨®loga holandesa
Jacomina empez¨® la carrera de Veterinaria pero acab¨® licenci¨¢ndose en Psicolog¨ªa en Utrecht: "Siempre me ha fascinado entender a la gente", explica. A los 20, con la efervescencia del esp¨ªritu del a?o 68, empez¨® a desempe?arse en tareas de acci¨®n social. Trabaj¨®, con el apoyo del Gobierno, en la recuperaci¨®n de los cascos hist¨®ricos de las ciudades, apostando por la democratizaci¨®n de los barrios. "Hab¨ªa que implicar a los vecinos y evitar la tentaci¨®n de restaurar estas zonas para la gente rica; desde la izquierda pens¨¢bamos que los residentes ten¨ªan derecho a quedarse", explica. Tambi¨¦n se implic¨® con la gente mayor de estas ¨¢reas, tratando de implantar rutinas de cooperaci¨®n que evitaran o retrasaran el m¨¢ximo tiempo posible su institucionalizaci¨®n en residencias geri¨¢tricas.
Su otra causa fue el movimiento feminista. "Este es un mundo dise?ado por hombres blancos, maduros y de clase media, as¨ª que pienso que las mujeres deber¨ªamos trabajar por construir un mundo desde otro punto de vista". Asegura que la evidencia est¨¢ patente en la propia configuraci¨®n de las ciudades: "Se urbaniza pensando en un modelo de familia de pap¨¢, mam¨¢ e hijos, cuando hay una parte cada vez m¨¢s grande de la sociedad que no vive seg¨²n ese modelo, sino sola o en comunidad". Desde la fundaci¨®n de la que formaba parte, Jacomina y otras mujeres pretend¨ªan cambiar esta f¨®rmula. "Hac¨ªamos incluso cursos de dise?o, en los que viendo la distribuci¨®n de una casa ya se pod¨ªa saber el modelo social que implicaba, y casi siempre era de dominio masculino y uso de poder en el espacio familiar", afirma.
Despu¨¦s de dos d¨¦cadas de militancia en posiciones alternativas, dio un giro a su filosof¨ªa vital y apost¨® por el cambio personal. "Las transformaciones reales son las internas", sostiene. En 1990 se embarc¨® para cruzar el Atl¨¢ntico en un velero en compa?¨ªa de un amigo. La traves¨ªa acab¨® en el Caribe, donde estuvo un tiempo gan¨¢ndose el pan como marinera y ayudante en otros barcos. Luego su rumbo errante la llev¨® hasta Inglaterra y nuevamente a cruzar el charco para conocer, sola, EE UU.
Tras saltar de pa¨ªs en pa¨ªs, en la etapa final de su odisea lleg¨® a Espa?a y vino a conocer Galicia. Recorri¨® toda la costa, y al parar en Punta Couso se encontr¨® con ella misma. "En cuatro d¨ªas consegu¨ª casa, era como si la vivienda hubiera estado all¨ª, esper¨¢ndome", recuerda. Tambi¨¦n intent¨® curar a un oc¨¦ano herido. Cuando el Prestige vomit¨® su fuel pestilente por toda la costa, decidi¨® hacer una acci¨®n desde el amor y enviar sonidos al mar para luego recuperarlos: "El agua los percibe y se armoniza", asegura.
En 1996, Jacomina tuvo conocimiento de la terapia de sonido a trav¨¦s de una amiga. La t¨¦cnica la fascin¨®. "Existen tradiciones muy antiguas con el uso del sonido, y en los ¨²ltimos 50 a?os hemos empezado a redescubrir e integrar la sabidur¨ªa del sonido al mundo occidental y a aplicarlo al desarrollo personal, el autoconocimiento, la sanaci¨®n y la apertura espiritual", explica. Ve ejemplos del uso de estas t¨¦cnicas en nuestra cultura, y asegura que el canto gregoriano es una terapia de sonido para elevar la espiritualidad, "aunque no sea consciente".
Combina en su trabajo la armon¨ªa de la voz, y antiguos instrumentos tradicionales como el gong y los cuencos. "Las vibraciones est¨¢n en el cuerpo, y las ondas sonoras chocan contra ellas y las desbloquean los puntos conflictivos". As¨ª que Jacomina se viste de claro; dice que los tonos oscuros absorben el sonido, y ejerce su magia colocando a la persona de espaldas a un gong chino y deja que el sonido llegue hasta el interior.
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