Los errores que mejor suenan

El talentoso bater¨ªa Jonny Helm est¨¢ en la mesa de al lado del vest¨ªbulo de un hotel de Madrid para mochileros de dise?o. Venga a firmar con un rotulador negro. Le queda un centenar largo de p¨®sters de The Wave Pictures, el grupo en el que milita desde principios de la d¨¦cada. Un cartel autografiado por cada miembro del tr¨ªo brit¨¢nico es la recompensa a los compradores de un abono para asistir a las dos veladas de rock letrado (la de ayer y ¨¦sta) que la banda tiene previsto dar en Madrid (en la Sala Galileo). "A Jonathan Richman. ?A ¨¦se le ir¨ªa a ver dos noches seguidas!", exclama David Tattersall, cantante y guitarra. "A Bruce Springsteen y a Rolling Stones. Aunque, demonios, para eso necesitar¨ªa 300 libras". "?Y rara vez disponemos de 300 libras!" (330 euros), a?ade a su lado Franic Rozycki, bajista.

Hay tres cosas que conviene saber sobre The Wave Pictures: poseen uno de los directos m¨¢s divertidos y solventes del momento, raz¨®n por la que son asiduos de los escenarios espa?oles y de media Europa; acaban de publicar un disco estupendo de extra?a profundidad, aunque apariencia amateur (If you leave it alone); y sus canciones ?cuentan historias! de chicos que piensan en chicas, queman puentes y se arrepienten tanto de lo que hicieron como de lo que nunca har¨¢n.

"Es curioso que llamen la atenci¨®n nuestras letras", afirma Tattersall, letrista aficionado al novelista Elmore Leonard, un tipo de 26 a?os con pinta de ni?o y voz de ruptura sentimental, espabilado como el demonio. "Debe de ser porque el resto de las bandas hacen una mierda de versos. A m¨ª me gustan las canciones de Bob Dylan, de Willie Nelson, Billie Holiday o Sinatra. Eso eran historias. Si tienes que cantar cada noche una canci¨®n lo mejor ser¨¢ que no te aburra lo que dices, ?no crees?".

Tattersall es amigo desde la infancia de Rozycki. Son de Wymeswold, un pueblucho de cierta y pasada gloria a¨¦rea en la II Guerra Mundial en el condado de Leicestershire ("clava una chincheta en todo el medio del Reino Unido y partir¨¢s por la mitad nuestro pueblo", dicen). Bajista y bater¨ªa se conocieron en la escuela de arte. Mudarse a Londres, trabar relaci¨®n y girar como banda de acompa?amiento de Darren Hayman, ex Hefner y h¨¦roe de la naci¨®n lo fi (baja fidelidad), los convirti¨® en uno de esos grupos que hay que conocer y, sorpresa, merece la pena conocer.

La fama mundial, de momento, deber¨¢ esperar. "Pero no los clich¨¦s", repone Tattersall. "Odiamos ser considerados indies o una banda de antifolk. En mi pa¨ªs parece que tienes que vestirte como un payaso, ya sabes, cuero negro, gafas de sol y pinta de heroin¨®mano para que no te tilden de m¨²sico indie".

En su caso, la vocaci¨®n amateur no es s¨®lo una opci¨®n est¨¦tica o la raz¨®n por la que una fotocopia de la imagen de un edificio londinense en ruinas adorne la portada su ¨²ltimo ¨¢lbum. Por m¨¢s que ellos insistan, como les corresponde, que todo esto es s¨®lo rock and roll y por eso les gusta. "Lo nuestro son las canciones y los errores. Los fallos sobre el escenario y la ropa de mierda".