P¨®cimas deportivas
Placenta de yegua, cresta de gallo, concentrados de plaquetas, hemat¨ªes de ternera... los deportistas pagan lo que sea por cualquier mejunje que les ayude a recuperarse
Si a m¨¢s de un lector del peri¨®dico le entraron escalofr¨ªos desayun¨¢ndose un d¨ªa con el titular de un famoso cocinero inflamado por la experiencia m¨ªstica que vivi¨® al comerse cruda la placenta que envolvi¨® en el ¨²tero a su hija reci¨¦n nacida, seguramente el relato de la experiencia antiinflamatoria de varios futbolistas tras ser tratados de sus m¨²sculos doloridos con infiltraciones subcut¨¢neas de placenta de yegua no les dejar¨¢ indiferentes. Los llaman los peregrinos de la placenta y se les puede ver arribar en desfile permanente al aeropuerto de Belgrado, camino de la consulta de Marijana Kovacevic, una farmac¨®loga serbia con lista de espera ante la avalancha de peticiones de jugadores de toda Europa en busca de recuperaci¨®n r¨¢pida de sus lesiones.
El ¨²ltimo remedio del arsenal terap¨¦utico son las interleuquinas, que se usan para tratar las articulaciones
La falta de estudios que avalen estos tratamientos alimenta el escepticismo de los especialistas, que aluden al efecto placebo
Si el uso subcut¨¢neo de la placenta -transformada en gel e introducida bajo la piel, en contacto con los tendones inflamados, mediante corrientes el¨¦ctricas- es nuevo, no lo es tanto el recurso a remedios tan estramb¨®ticos y con tan poca base cient¨ªfica, modas pasajeras creadas por el boca a oreja en los campos de entrenamiento. Aleta de tibur¨®n, cresta de gallo, extracto de sangre de ternera joven, no son parte de un men¨² de un restaurante chino, sino terapias en vigor, en manos de los m¨¢s famosos m¨¦dicos deportivos. Est¨¢ en la naturaleza humana probarlo todo antes de rendirse, y de ah¨ª nace el auge de curanderos que transforman la curaci¨®n m¨¢s en un asunto de hierbas salvajes, fe y misticismo que de mol¨¦culas qu¨ªmicas e investigaci¨®n de laboratorio. Y est¨¢ en la naturaleza de los futbolistas (de entre todos los deportistas los m¨¢s apremiados por dolores musculares, tirones, roturas, desgarros, tendinitis, recurrentes que las infiltraciones tradicionales con corticoides y antiinflamatorios no curan sino alargan) ponerse ciegamente en manos de quienes les prometen salud y bienestar, m¨ªnimo tiempo de recuperaci¨®n, nula posibilidad de reca¨ªda. Es el caso de Iv¨¢n de la Pe?a, el jugador del Espanyol, el ¨²ltimo peregrino de la placenta, a quien las recurrentes lesiones musculares en el tr¨ªceps sural han impedido alcanzar la plenitud y regularidad que auguraba su gran talento cuando juvenil. De la Pe?a sigui¨® los pasos de medio equipo del Liverpool de Rafa Ben¨ªtez, a quien la placenta no ha evitado la eliminaci¨®n de la champions, y de otros tantos jugadores de la Premier League. La falta de estudios cient¨ªficos que avalen estos tratamientos alimenta el escepticismo de los especialistas tradicionales, que aluden al efecto placebo -la fe en el tratamiento como ¨²nico ingrediente curativo-.
A Marijana Kovacevic, una que tambi¨¦n alimenta el misterio como un ingrediente m¨¢s de su terapia -tiene nombres diferentes y varias pelucas, varias personalidades, y algunos dicen que sus sesiones, a mil euros la hora, se desarrollan a la luz de cirios en habitaciones a oscuras- s¨®lo se le conocen algunas publicaciones cient¨ªficas sobre cultivos hem¨¢ticos, pero nada sobre la placenta, que seguramente no ser¨¢ s¨®lo equina sino tambi¨¦n humana y cuyo mecanismo de acci¨®n es un misterio. "De la placenta, rica en col¨¢geno, se conoce su uso en cosm¨¦tica, donde da buen resultado en regeneraci¨®n celular", explica el doctor Alfredo C¨®rdova, catedr¨¢tico de la Universidad de Valladolid. "Y los tendones son fibras de col¨¢geno y de f¨¢cil acceso con pomadas ya que son bastante superficiales. Y quiz¨¢s su utilidad para acelerar la recuperaci¨®n de lesiones la descubri¨® de forma casual Kovacevic, de la misma manera en la que se descubri¨® el uso pl¨¢stico del botox, cuando un cirujano fue a curar una neuralgia ocular inyectando en la zona toxina botul¨ªnica y observ¨® que desaparec¨ªan las arrugas".
A Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal, el gran golfista de Hondarribia, le cur¨® en 1996 de una lesi¨®n reum¨¢tica que le tuvo un a?o tirado en la cama, sin apenas poder andar, un m¨¦dico alem¨¢n con un tratamiento de inyecciones repetidas de aleta de tibur¨®n y cresta de gallo combinadas con una estricta dieta y sesiones de hidroterapia y chorros de agua. El m¨¦dico, que se llama Hans-Wilhelm M¨¹ller-Wohlfahrt, se ocupa desde hace unos a?os de los futbolistas del Bayern de M¨²nich, lo que no le impide haber convertido su consulta en otro centro de peregrinaci¨®n mundial al que acuden atletas cojos, futbolistas australianos con dolores varios, por donde pas¨® hasta Ronaldo. Su tratamiento estrella actual parte de inyecciones repetidas en la columna lumbar y directamente en el m¨²sculo roto -17 diarias para un total de 102 en un tratamiento est¨¢ndar de seis d¨ªas- de Actovegin, un concentrado de sangre de terneras j¨®venes cuyo uso terap¨¦utico autorizado es el de oxigenaci¨®n de la sangre para pacientes con dificultades de riego por envejecimiento o por haber sufrido un accidente cerebral. El Actovegin ya vivi¨® su etapa de gloria hace diez a?os, cuando una b¨²squeda en un cubo de basura evidenci¨® que lo usaba el equipo de Lance Armstrong en el Tour. Considerado inocuo y poco efectivo por los m¨¦dicos deportivos, las autoridades antidopaje estudiaron su prohibici¨®n, decisi¨®n que nunca tomaron.
La mayor¨ªa de especialistas traumat¨®logos dicen que lo que de verdad funciona es aquello que, aun sonando a esot¨¦rico, ha podido ser experimentado y cuyo mecanismo de acci¨®n tiene cierta l¨®gica. Por ejemplo, los cultivos de factores de crecimiento de plaquetas, extra¨ªdos de la sangre del propio paciente al que se le reinyectan poco despu¨¦s en el tend¨®n cuyo tejido se quiera regenerar. O el ¨²ltimo remedio llegado al arsenal terap¨¦utico, las interleuquinas, con las que trabaja Luis Gonz¨¢lez Lago, el traumat¨®logo del Ciudad Real de balonmano. "Con ellas tratamos las articulaciones que degeneran por envejecimiento o excesivas lesiones", dice Gonz¨¢lez Lago. Lo curioso es la forma de acelerar y multiplicar la s¨ªntesis de la interleuquina buena, que se consigue al poner en contacto la sangre en una jeringuilla con 200 cuentas de vidrio de 2,5 mil¨ªmetros de di¨¢metro. As¨ª lo describe el doctor Meijer, de D¨¹sseldorf, que investig¨® el asunto, y a quien, probablemente, los futbolistas de medio mundo, due?os de tobillos deshechos, rodillas desarticuladas, acabar¨¢n edificando un santuario al que peregrinar¨¢n cargados de fe.
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