Tres balas para el alcalde de Polop
El mun¨ªcipe encarcelado homenaje¨® al asesinado despu¨¦s de saber que estaba siendo investigado - Otro sospechoso se ha atrincherado en su casa
Ser alcalde en Espa?a tiene sus riesgos dados los episodios de Fago (Huesca) y Polop de la Marina (Alicante), donde dos regidores perdieron la vida a tiros. Pero, si en Fago todo resulta ser consecuencia de un presunto arrebato, en Polop la investigaci¨®n policial discurre hacia un punto novedoso: la vida de un alcalde tiene su precio. Trat¨¢ndose de dinero no hay mejor m¨®vil que el oscuro urbanismo de nuestros d¨ªas.
Un caso de recalificaci¨®n resuelto con balas de plomo. Si es as¨ª, es el epitafio adecuado al periodo de fertilidad rampante que ha sido el decenio del boom inmobiliario en Espa?a. Nadie ha escapado a la locura del ladrillo, ni siquiera las faldas del Le¨®n Dormido, como denomin¨® el escritor Gabriel Mir¨® al accidente monta?oso que domina el t¨¦rmino municipal de Polop de la Marina, una localidad del interior situada a una quincena de kil¨®metros al oeste de Benidorm. Las faldas del le¨®n (el monte Ponoig, como lo llaman sus 4.000 habitantes) ya no son tan frondosas como hace a?os: las urbanizaciones est¨¢n escalando el territorio y amenazan con rebasar la cota 400 si algunos de los planes del alcalde Juan Cano llegan a fructificar alg¨²n d¨ªa. Pero Cano est¨¢ hoy en la c¨¢rcel como presunto inductor del asesinato de su antecesor.
Ponsoda era el cabeza de cartel que ganaba elecciones; Cano era el jefe
El regidor detenido cambi¨® de m¨®vil cuando supo que era investigado
Montiel, concejal de Turismo, vive enclaustrado y espera ser detenido
F¨¢tima, hija del asesinado: "Todo el mundo se olvid¨® de mi padre"
Y con el alcalde en la c¨¢rcel por una sospecha de asesinato, las cosas cambian en un pueblo donde, hasta hace dos a?os, nunca pasaba nada. La calma de los vecinos se ha roto. Por un lado, se les interroga a modo de testigos por las relaciones entre el alcalde asesinado (Alejandro Ponsoda) y el alcalde sospechoso (Juan Cano) bajo la presunci¨®n de que en un pueblo peque?o se sabe todo. Por el otro, observan movimientos en la calle, todo sea que cada dos por tres patrullan uno o varios coches de la Guardia Civil o se mueven nerviosos grupos de periodistas con c¨¢mara incorporada. Todos preguntan, demasiadas preguntas en un pueblo donde no parec¨ªa pasar nada.
La rutina de Polop ha cambiado. Cada ma?ana, la alcaldesa en funciones despacha una rueda de prensa acompa?ada de algunos ediles. No dice gran cosa, pero lo repite todos los d¨ªas para evitarse a s¨ª misma y a sus compa?eros el acoso medi¨¢tico a lo largo de la jornada. No saben tratar con periodistas y se sienten m¨¢s tranquilos con esa f¨®rmula. El mensaje de Mar¨ªa Dolores Zaragoza es muy sencillo: no sabe nada, apreciaba a ambos alcaldes (el asesinado y el sospechoso) y la gente de Polop es tranquila y trabajadora.
Desde bien temprano hasta muy avanzada la noche, hay c¨¢maras apostadas frente al domicilio de Ximo Montiel, concejal de Turismo. Todo el pueblo sabe el motivo: esperan la llegada de la Guardia Civil para llevarse detenido al concejal, que decidi¨® no salir de su casa en cuanto algunas informaciones apuntaron a su inminente detenci¨®n. No sale y est¨¢ asustado, dicen. Toma tranquilizantes para aliviar la espera, a?aden sus allegados. Pasan las horas: no llega la Guardia Civil y no se van los c¨¢maras.
Montiel ser¨ªa el octavo personaje de esta extra?a trama, si llega producirse su detenci¨®n. A primera vista, demasiada gente para un asesinato por encargo. Un inductor, presunto cerebro de la idea, una supuesta reuni¨®n que se celebra en el club Mesalina de Benidorm, un local enfoscado en rojo ingl¨¦s en la salida sur de la ciudad. All¨ª se decide el encargo. Parece que son testigos del acuerdo el propietario y el gerente del local (un uruguayo que tambi¨¦n representa a futbolistas). Est¨¢ involucrada otra persona que se encarga de adquirir un par de pistolas. Dos presuntos ejecutores, dos ciudadanos checos que trabajan como porteros de locales de alterne. Y quiz¨¢s alguna persona m¨¢s que tuvo conocimiento del escabroso negocio. Total, seis o siete personas. Y en el puzle todav¨ªa faltar¨ªa alguna pieza, porque all¨ª debi¨® fijarse un precio y se desconoce el origen del dinero pagado a los sicarios. Demasiada gente para meterle tres balas a Alejandro Ponsoda, alcalde de Polop, un hombre religioso y austero, dedicado al municipio desde los 16 a?os, cuando ingres¨® como funcionario en el registro, un pol¨ªtico heterodoxo que conoc¨ªa a todos los vecinos del lugar por su nombre y sus dos apellidos. Un candidato ganador, que sumaba mayor¨ªas una tras otra desde 1995.
Es posible que Montiel, el concejal a la espera de ser detenido, conociera algo de lo acordado.
Montiel tiene en su contra su proximidad con Cano. No s¨®lo fueron compa?eros de pupitre en la infancia, seg¨²n recuerdan algunas informaciones de estos d¨ªas; tambi¨¦n compartieron actividad pol¨ªtica. Vidas paralelas: Montiel y Cano siempre han coincidido, tanto como concejales como fuera del equipo de Gobierno cuando fueron apartados de las listas para las elecciones de 2003. Aquel fue un oscuro suceso nunca aclarado: hubo denuncias contra Cano por extorsionar a un constructor, hubo presuntas grabaciones que no terminaron por salir a la luz. La conclusi¨®n fue que el partido orden¨® alejarlos por alg¨²n tiempo. Pero volvieron para adue?arse de la agrupaci¨®n del PP en Polop. Lo hicieron a pesar de Ponsoda, que era reacio. Y se hicieron con el dominio del partido en la localidad, para imponer su regreso a las listas en las pasadas elecciones. Ambos tambi¨¦n han prosperado econ¨®micamente y viven en sendos chal¨¦s, separados 50 metros uno del otro.
Su enriquecimiento es notorio en los ¨²ltimos a?os: el actual alcalde es propietario de varios locales, dos viviendas, dos garajes, un chal¨¦ y varias parcelas tanto en Polop como en La Nucia; tiene m¨¢s de una sociedad a su nombre y una de sus dos hijas estudia en Estados Unidos, en Miami. Seg¨²n informaciones, ha suscrito hipotecas en los ¨²ltimos a?os por un valor total de 585.000 euros. Una carga excesiva para un sueldo de alcalde o de director de sucursal de la CAM, el puesto que ha desempe?ado fuera de sus actividades como edil. Cano fue siempre el responsable de las concejal¨ªas de Hacienda y Urbanismo en Polop. Donde se mueve el dinero.
Montiel no le andaba a la zaga. Tambi¨¦n tiene propiedades entre las que est¨¢, seg¨²n ¨¦l mismo manifiesta, un hotel en Marruecos y un negocio en ciernes en Costa de Marfil. Mucho para ser un concejal de Turismo en un peque?o pueblo, mucho para quien antes se dedicaba a vender pilas. El Ayuntamiento de Polop cuenta con seis asesores, tres de ellos relacionados con las ocupaciones de Cano y Montiel. Ambos, tambi¨¦n, disfrutan de dos prominentes barrigas.
Sin embargo, el reparto de tareas entre estos tres personajes ha estado siempre claro. Ponsoda era el cabeza de cartel, el que ganaba las elecciones a fin de cuentas. Discreto y humilde. Pero ganaba. Y Cano era el jefe. El que mandaba, acompa?ado siempre por su fiel Montiel. Cano era extrovertido y d¨¦spota. No se privaba de insultar al alcalde en p¨²blico, como manifiesta F¨¢tima Ponsoda, una de las dos hijas del edil asesinado, que ha roto su silencio de dos a?os: "Le hac¨ªa la vida imposible. Le llamaba in¨²til en las reuniones y nadie defend¨ªa a mi padre porque todos le ten¨ªan miedo a Cano". F¨¢tima afirma que su padre era muy discreto y se callaba muchas cosas. "Antes de las ¨²ltimas elecciones pensaba en jubilarse y dejarlo. Estaba cansado. No quer¨ªa presentarse. Ya ve, toda la vida dedicado al Ayuntamiento y el Ayuntamiento le ha costado la vida".
A nadie le extra?a la diferente actitud que han tomado Cano y Montiel en el momento en el que las actuaciones policiales han salido a la luz. Cano ha sido fiel a su estilo: retador pero calculador. Extrovertido. Pidi¨® en p¨²blico que se detuviese a todos los implicados cuando, a partir del 3 de noviembre pasado, comenzaron los primeros arrestos. Cuando ha sido llamado, se ha negado a declarar. Lo contrario que Montiel quien, cuando su nombre apareci¨® entre los sospechosos, se encerr¨® en casa y no parece que vaya a salir si no es acompa?ado por la Guardia Civil.
Pero hay dos detalles que dan que pensar sobre Cano. Uno, que impulsara un homenaje a su antecesor cuando se cumpl¨ªan dos a?os de su muerte. El Ayuntamiento edit¨® una revista conmemorativa y organiz¨® un acto consistente en cinco minutos de silencio. Curioso que se organizara un acto a los dos a?os y ninguno cuando se cumpli¨® el primer aniversario, que pas¨® sin pena ni gloria. Y m¨¢s curioso es que Cano ordenara este homenaje unos meses despu¨¦s de haber sido llamado a declarar, privadamente y sin publicidad, al cuartel de la Guardia Civil. Cano sab¨ªa que estaba siendo investigado desde hace meses. Lleg¨® a cambiar su tel¨¦fono m¨®vil. Son detalles que no han trascendido: aparte de homenajear con un a?o de retraso a su antecesor, Cano se mostr¨® envalentonado en los ¨²ltimos d¨ªas.
Como si estuviera muy seguro de s¨ª mismo. O como una huida hacia adelante. La investigaci¨®n deja abiertas numerosas dudas a pesar de las detenciones. El sumario est¨¢ secreto y de los indicios o pruebas con los que cuente la Guardia Civil no se sabe nada. Porque nada se desprende incluso de los interrogatorios celebrados, seg¨²n confirman todos los abogados de los imputados, que muestran su desconcierto. "No conozco los hechos que le imputan a mi cliente. Todo lo que han preguntado son generalidades. As¨ª que no s¨¦ nada. S¨®lo que es sospechoso de un asesinato".
Los autos tampoco aclaran nada. Se deduce de ellos que hubo una conspiraci¨®n para asesinar al alcalde, pero nada m¨¢s. No se detalla el grado de participaci¨®n de cada imputado. Adem¨¢s, la cronolog¨ªa de las detenciones tampoco ha sido la habitual: entre el 3 de noviembre y el 26 del mismo mes. Algunas estaban cantadas. Ninguno de los afectados ha intentado fugarse ni ha abandonado su rutina de trabajo. Se habla de alg¨²n testigo protegido, que podr¨ªa ser un camarero o una prostituta del local donde supuestamente se celebr¨® la reuni¨®n que marc¨® el fin de la vida de Ponsoda. Y Montiel sigue esperando que llamen a su puerta la Guardia Civil.
Algunos abogados especulan con el comportamiento de la Guardia Civil. "No tienen pruebas y est¨¢n esperando que alg¨²n imputado se derrote", confiese, dice uno de ellos. Pero nadie se movi¨® de su sitio. Ahora bien, la jueza del caso no duda: todo aquel que es llamado a declarar al juzgado de Villajoyosa pasa a "prisi¨®n sin fianza". Hable o no hable. S¨®lo Montiel ha decidido no moverse de casa. Est¨¢ a la espera.
Mientras tanto, el futuro a corto plazo de Polop depende de las diligencias judiciales. El poder municipal est¨¢ en cuesti¨®n. Gobierna el PP con seis concejales por tres de Gent de Polop, una agrupaci¨®n independiente, y dos del PSOE. El alcalde est¨¢ en la c¨¢rcel y ha sido apartado de militancia por el PP. Un segundo concejal, Montiel, est¨¢ a la espera. Dos concejales menos desequilibrar¨ªan la mayor¨ªa del PP, pero hay mucha gente convencida de que Cano no entregar¨¢ su acta de concejal. No es su forma de actuar.
Tres balas que mataron a Ponsoda. Nadie se hab¨ªa acordado de ¨¦l hasta que Cano, el sospechoso, rememor¨® su figura semanas antes de ser detenido. "Todo el mundo se olvid¨® de mi padre", dice F¨¢tima: "Ni una llamada por Navidades ni una palabra de aliento de alguien del partido. Incluso su entierro lo pag¨® la familia, que no digan que fue el partido o el Ayuntamiento. Ni una placa ni una calle a su nombre para quien fue alcalde tantos a?os".
El caso sigue abierto, pero los investigadores se muestran muy seguros de lo que hacen. Saben qui¨¦n le puso precio a la vida del alcalde de Polop.
Salvador Ros
- Este empresario del calzado afincado en Polop desde hace dos d¨¦cadas fue detenido el domingo 15 de noviembre a la salida de un bar, horas antes de emprender un viaje a China. Sus empresas atravesaban dificultades econ¨®micas. La juez decret¨® su ingreso en prisi¨®n. Su abogado dice que no tiene nada que ver con el asunto y que no se relacionaba con Cano.
Ra¨²l Montero
- Fue detenido el d¨ªa 11 de noviembre. Se sospecha que facilit¨® las armas a los dos sicarios checos, tambi¨¦n detenidos y en prisi¨®n, que presuntamente dispararon a Ponsoda. Montero estaba en prisi¨®n por narcotr¨¢fico, aunque qued¨® en libertad provisional en marzo de 2007. Incumpli¨® el requisito de acudir peri¨®dicamente al juzgado, que dict¨® orden de detenci¨®n.
Juan Cano
- Accedi¨® a la alcald¨ªa tras el asesinato de Alejandro Ponsoda. Fue detenido esta semana en su casa. Era el delegado de Urbanismo y discrepaba con su antecesor por el desarrollo de la localidad. El regidor asesinado se opuso a un plan de 5.000 casas que impulsaba Cano, cuyo enriquecimiento ha sido notorio en los ¨²ltimos a?os, con la adquisici¨®n de m¨²ltiples propiedades.
Alejandro Ponsoda
- El alcalde de Polop fue asesinado el 19 de octubre de 2007. Era un hombre religioso y austero que llevaba ganando las elecciones desde 1995. Sus hijas aseguran que estaba cansado y quer¨ªa dejarlo. Ponsoda y Cano hab¨ªan discrepado sobre el desarrollo urban¨ªstico del municipio. El regidor asesinado se opuso a un plan de 5.000 casas que impulsaba Cano a principios del actual mandato.
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