Llam¨¦mosle econom¨ªa productiva
Hay dos cosas en el proyecto de la ley para la econom¨ªa sostenible que me producen inquietud. Una es el nombre. Otra es el objetivo que parece perseguir.
Lo de "econom¨ªa sostenible" puede ser un buen nombre para un programa electoral o de gobierno, pero es un mal t¨ªtulo para una ley.
Pero mi incomodidad con el nombre no es por puro nominalismo, sino porque temo que la palabra "sostenible" se utilice como fetiche para alimentar una nueva burbuja.
La nueva ley identifica tres dimensiones de la sostenibilidad: la econ¨®mica (mejora del entorno econ¨®mico y la calidad de la regulaci¨®n), la social (mejora de la formaci¨®n y capital humano) y la medioambiental (uso sostenible de los recursos, con especial ¨¦nfasis en los energ¨¦ticos). Mucho me temo que las dos primeras acaben siendo buenas intenciones y las medidas orientadas a la tercera fomenten una nueva econom¨ªa especulativa.
La palabra "sostenible" se utiliza como fetiche para alimentar una nueva burbuja
Si se le llamase "ley de la econom¨ªa productiva", mejorar¨ªa a su paso por el Parlamento
De hecho, algo de eso ya est¨¢ ocurriendo. Si antes fue la pol¨ªtica de desgravaci¨®n a la vivienda la que contribuy¨® a alimentar la burbuja inmobiliaria, ahora podr¨ªa ocurrir que las generosas primas alimenten una nueva burbuja con las energ¨ªas renovables.
La opci¨®n por un uso m¨¢s intensivo de esas fuentes de energ¨ªa es deseable. Lo que no lo es tanto son las sustanciosas primas y el hecho de que el Gobierno nunca haya explicado a la sociedad cu¨¢l es el coste y la carga que representa durante d¨¦cadas. Si lo hace y la sociedad lo acepta, aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria.
Mi otra incomodidad procede del objetivo de la ley: "Implantar de la forma m¨¢s r¨¢pida, viable y consolidada un nuevo modelo productivo para Espa?a" (a falta de conocer el documento final cuando escribo estas l¨ªneas, cito el documento "l¨ªneas b¨¢sicas del anteproyecto de ley de econom¨ªa sostenible", del 8 de septiembre de 2009).
?Qu¨¦ se quiere decir cuando se habla de implantar de la forma m¨¢s r¨¢pida un nuevo modelo? No estoy seguro de que se sepa. Pero, en cualquier caso, es un mal enfoque del problema que tenemos delante.
Nuestro verdadero reto no es cambiar de modelo productivo, sino mejorar la productividad del que tenemos. No se trata de cambiar la industria de automoci¨®n por la de la aeron¨¢utica, ni la construcci¨®n por las energ¨ªas renovables. Nuestro desaf¨ªo es hacer que turismo, construcci¨®n, automoci¨®n y el resto de manufacturas y de servicios sean m¨¢s productivos. Si lo logramos, mejoraremos nuestras exportaciones y las ventas en el mercado dom¨¦stico, y la recuperaci¨®n ser¨¢ m¨¢s r¨¢pida y duradera.
La productividad es la base del bienestar. El manual de Introducci¨®n a la econom¨ªa de Gregory Mankiw, utilizado en la mayor¨ªa de universidades del mundo, se abre con un cap¨ªtulo titulado 'Los diez principios de la econom¨ªa', que bien podr¨ªan ser los diez mandamientos. El octavo dice as¨ª: "El nivel de vida de un pa¨ªs depende de su capacidad para producir bienes y servicios". Es decir, de la productividad, que es la cantidad de bienes y servicios por cada hora de trabajo.
Aunque la productividad ha crecido lentamente en los ¨²ltimos a?os, la econom¨ªa espa?ola dispone de una fuerte reserva de productividad durmiente. Si sabemos extraerla y repartirla las cosas mejorar¨¢n m¨¢s r¨¢pido de lo que hoy pensamos.
?C¨®mo se han formado esas reservas? Veamos. La productividad depende de tres factores. Del n¨²mero de trabajadores que se utilizan para producir (o del n¨²mero de horas). Del capital de las empresas. Y de la forma c¨®mo las empresas utilizan los recursos existentes. A este tercer factor se le llama productividad total de los factores (PTF) o progreso t¨¦cnico. Es la fuente m¨¢s deseable de la productividad. Un ejemplo claro es el aumento de la PTF del Barcelona con Guardiola, no tanto por un aumento de los recursos, sino por una mejor utilizaci¨®n.
En la ¨²ltima d¨¦cada la PTF espa?ola empeor¨®. Esto es sorprendente si pensamos que en esos a?os hubo una fuerte mejora de capital humano, de capital tecnol¨®gico y de capital p¨²blico productivo (infraestructuras). ?C¨®mo explicar que si han mejorado todos esos factores haya disminuido este componente esencial de la productividad?
Probablemente la respuesta es que en un escenario de dinero barato (costes financieros) y de aumento de las inversiones y la fuerza de trabajo, las empresas no ten¨ªan incentivos para utilizar mejor los recursos existentes. Las cosas iban bien y no hab¨ªa por qu¨¦ estrujarse el cerebro para ver c¨®mo hacerlas mejor.
Pero esa reserva de productividad durmiente est¨¢ ah¨ª. Ahora la presi¨®n de las circunstancias puede hacer que aparezcan incentivos para extraerla y hacer de ella la base del crecimiento econ¨®mico para el futuro.
Lo que tiene que hacer una ley que quiera fomentar una econom¨ªa capaz de mejorar a largo plazo los niveles de vida de la gente es fomentar la explotaci¨®n de esa reserva de productividad. El proyecto de ley dedica varios apartados finales a la productividad. Pero parece hacerlo con la boca peque?a.
Quiz¨¢, si en vez de llamarla ley de la econom¨ªa sostenible se le llamase "ley de la econom¨ªa productiva", mejorar¨ªa a su paso por el Parlamento. Porque, como he dicho, el nombre importa.
Ant¨®n Costas Comesa?a es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.