Preguntas

Al final de esta semana se han producido ciertos acontecimientos pol¨ªticos que plantean inquietantes preguntas. Comenzar¨¦ por la nueva ley del Aborto, pues una vez superado su debate plenario de admisi¨®n, la ministra se ha mostrado dispuesta a negociar la capacidad de decidir de las mujeres de 16 y 17 a?os. Y al hilo de ese debate cabe preguntar: ?por qu¨¦ se insiste en escribir (incluso en este diario) la expresi¨®n "ni?as de 16 a?os" para referirse a personas fisiol¨®gicamente maduras, en plena capacidad f¨¦rtil, y con derecho a contraer matrimonio, a formar familia o a divorciarse? Una mujer de 17 a?os, casada, unida de forma estable a su pareja de hecho, y quiz¨¢ con alg¨²n otro hijo previo, ?tendr¨¢ que pedir permiso a su padre, ya que no a su pareja, para poder abortar? ?Por qu¨¦ se reivindica la "patria potestad" en vez de la corresponsabilidad progenitora, en estos tiempos de ausencia paterna y familia matrifocal, en que los padres rehuyen sus responsabilidades educativas descarg¨¢ndolas sobre sus parejas? ?Acaso se pretende que los pater familias sigan siendo propietarios de la honra decisoria de sus hijas, ya que no de su virginidad, como en los tiempos patriarcales del derecho romano y la patr¨ªstica eclesi¨¢stica?

?C¨®mo piensan gestionar las instituciones catalanas el esp¨ªritu de su editorial unitario?

Vamos ahora con el asunto m¨¢s vidrioso de la semana: el editorial unitario La dignidad de Catalunya que, a modo de admonici¨®n o advertencia preventiva dirigida contra el Tribunal Constitucional (TC), han consensuado por unanimidad todos los medios catalanes. Y cabe preguntarse: ?c¨®mo piensan gestionar las instituciones catalanas el esp¨ªritu de su editorial unitario, en el que amenazan con la desobediencia civil y la insumisi¨®n pol¨ªtica ante la temida sentencia de inconstitucionalidad? ?Qu¨¦ har¨¢n el d¨ªa despu¨¦s? ?Est¨¢n de verdad dispuestas a cumplir su amenaza de romper la baraja espa?ola y echarse al monte para desatar otra nueva carlistada iconoclasta? ?O se impondr¨¢ la sensatez del seny catal¨¢n, sabiendo hacer virtud de la necesidad para recoger velas con prudencia y responsabilidad? ?Es el oasis catal¨¢n un tigre de papel que ladra pero no muerde? ?O se convertir¨¢ de nuevo en otra rosa de fuego insurgente, dispuesta a incendiar el TC a sabiendas de que as¨ª arder¨¢ tambi¨¦n el pacto auton¨®mico de 1978? ?Es todo esto puro teatro barroco, como si fuera una truculenta comedia de capa y espada a la espa?ola? ?O hay alguien en el oasis catal¨¢n que piense con frialdad en el futuro colectivo, m¨¢s all¨¢ del horizonte electoral de los comicios auton¨®micos del a?o pr¨®ximo?

Pero tambi¨¦n hay preguntas que hacerse ante la porfiada par¨¢lisis de los magistrados del TC, endiosados como parecen por su ol¨ªmpica potestad de poner en jaque al sistema pol¨ªtico espa?ol. ?Son conscientes de que con su discrecional arbitrismo se desautorizan a s¨ª mismos, anulando la posible legitimidad del dictamen que se les encomend¨®? ?C¨®mo podr¨ªan declarar inconstitucional un nuevo estatuto como el catal¨¢n, que ha servido de modelo para aprobar los dem¨¢s estatutos reformados de segunda generaci¨®n, casi totalmente id¨¦nticos al precedente Estatut, pero que no han sido impugnados ante el TC? ?Por qu¨¦ se calibra la constitucionalidad del Estatut con una vara de medir aprobada en 1978, cuando todav¨ªa no se hab¨ªa iniciado el desarrollo del proceso auton¨®mico previsto por esa misma Constituci¨®n de forma abierta hacia el futuro? ?Acaso los sucesivos desarrollos estatutarios producidos desde entonces, que han sobrepasado muchas veces la letra de la CE de 1978, no deber¨ªan ser tenidos en cuanta como precedentes sobrevenidos para interpretar en consecuencia el esp¨ªritu de la CE a la altura del siglo XXI, 34 a?os despu¨¦s de su virginal nacimiento como una p¨¢gina en blanco? ?Por qu¨¦ no se atreve el TC a innovar en materia interpretativa, siguiendo el ejemplo que dio el Tribunal Supremo de Canad¨¢ ante an¨¢logo dilema jurisdiccional?

Finalmente, la semana se cerr¨® con la flamante Ley de Econom¨ªa Sostenible, sobre la que habr¨¢ que volver con mayor profundidad. Pero de momento cabe hacer algunas preguntas iniciales. ?Qu¨¦ hay de la sostenibilidad social de nuestro modelo? ?Qu¨¦ pasar¨¢ en 2020, cuando comiencen a jubilarse anticipadamente las primeras promociones de babyboomers? ?Se ha pensado en crear servicios sociales y geri¨¢tricos suficientes para ellos, as¨ª como en garantizar sus pensiones futuras, teniendo en cuenta las actuales ca¨ªdas de la inmigraci¨®n, el empleo y la poblaci¨®n activa? ?C¨®mo drenar el ingente desempleo estructural creado por el crack inmobiliario? ?Qu¨¦ futuro aguarda a la actual generaci¨®n juvenil, con tasa de paro del 40%? ?C¨®mo construir las necesarias pasarelas capaces de atravesar esa muralla china que separa el empleo temporal de los j¨®venes del empleo estable adulto?