Berlusconi tiene oposici¨®n
Tal y como van las cosas en Italia, la ¨²nica oposici¨®n que parece resistir los embates de Silvio Berlusconi es la de su ex esposa Veronica Lario. Ateni¨¦ndose a las hemerotecas, parecer¨ªa que los primeros desacuerdos del matrimonio fueron pol¨ªticos antes que conyugales. Lario defendi¨® posturas contrarias a las de su marido en asuntos de bio¨¦tica y tambi¨¦n sobre la guerra de Irak, saliendo p¨²blicamente en defensa de los manifestantes contrarios a la invasi¨®n decidida entre abrazos y sonrisas en las Azores. Y cuando ya fueron desacuerdos conyugales, no dejaron de presentar un cierto ¨¢ngulo pol¨ªtico. No por voluntad de Lario, que siempre se mantuvo en segundo plano, sino por los peculiares criterios que Berlusconi emplea para elaborar las listas electorales y formar Gobierno. De lo que exige a los candidatos, poco se sabe aunque mucho se imagina. Pero por lo que respecta a las candidatas, la primera condici¨®n que les impone es que despierten su pasi¨®n de septuagenario fogoso. Y eso, como dej¨® dicho Lario en una carta abierta publicada en La Repubblica, ser¨¢n cosas de la pol¨ªtica, pero atenta contra su dignidad de esposa.
En tiempos de crisis, no puede haber pol¨ªtica que no sea econ¨®mica. El principio vale tambi¨¦n para los matrimonios que naufragan, al menos para matrimonios como el que forman todav¨ªa Silvio Berlusconi y Veronica Lario. El regateo sobre la pensi¨®n que el primer ministro deber¨¢ pasar a su ex esposa parece de otra galaxia sindical, donde el patr¨®n ofrece por resoluci¨®n de contrato 200.000 euros anuales y la otra parte exige un contrato blindado por valor de 43 millones, en c¨®modas mensualidades de tan s¨®lo 3,5 hasta el final de sus d¨ªas.
Pobre del juez que tenga que resolver sobre el asunto, y no s¨®lo por las presiones que presumiblemente recibir¨¢; tambi¨¦n porque no es seguro que Berlusconi no cambie las leyes de familia seg¨²n le vaya haciendo falta. Si Veronica Lario gana este combate, un rayo de esperanza iluminar¨¢ a muchos italianos. No porque haya triunfado una esposa humillada, que es un problema privado, sino porque su victoria demostrar¨ªa algo de lo que la Italia pol¨ªtica est¨¢ tan necesitada, como es la posibilidad de oponerse y ganar a Berlusconi.
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