Lucro
Ya son bastantes los que suscriben la idea. Los peri¨®dicos, dicen, deben convertirse en entidades sin ¨¢nimo de lucro. Pablo Rosenberg, un profesor de Washington que se dedica a promover la transparencia, la justicia y la igualdad, proclamaba el viernes esto mismo en una entrevista de Abc. Opinaba que los due?os de la prensa son hoy "un pu?ado de gente avariciosa que s¨®lo quiere el retorno de su inversi¨®n" y que las exigencias de m¨¢ximo rendimiento impuestas por la Bolsa han mermado la calidad del producto period¨ªstico.
Los due?os, es cierto, tienen su parte de culpa. Se han entregado a un frenes¨ª financiero que ni son capaces de dominar ni ha sido beneficioso para una industria madura y de largo plazo como la prensa. Casi todos se han pillado los dedos.
Ahora bien: si hablamos de ¨¢nimo de lucro, algo tendr¨¢n que ver tambi¨¦n los periodistas. Porque, salvo raras excepciones, estamos en esto para lucrarnos. Poquito, como corresponde al asalariado, pero lucro. Eso nos induce a aceptar ¨®rdenes absurdas; a encogernos de hombros cuando estamos en desacuerdo con la l¨ªnea editorial; a no protestar, salvo entre colegas, cuando se publican falsedades o se utiliza la prensa con fines mercantiles ajenos al periodismo. Evidentemente, si no nos lucramos no podemos alimentar a los cr¨ªos o pagar la hipoteca. Vocaciones al margen, queremos pasta, cuanta m¨¢s mejor. Igual que los due?os.
En esta crisis sectorial aparecen continuamente culpables: los empresarios, los periodistas, las tecnolog¨ªas. Es curioso que nadie hable del p¨²blico.
En ¨²ltimo extremo, es el p¨²blico, o gran parte del p¨²blico, quien da por supuesto que la informaci¨®n ha de ser gratuita, amena y favorable a sus propios intereses y convicciones. Es el p¨²blico quien dice no tener tiempo para leer un peri¨®dico. Es el p¨²blico quien cree saber todo lo que necesita para ir tirando.
Si el grueso de la sociedad no quiere informarse, ?para qu¨¦ necesitamos entidades sin ¨¢nimo de lucro? La historia reciente ha hecho m¨¢s ricos a los ricos y, comparativamente, m¨¢s pobres a los pobres. Ahora, los listos, los que posean la informaci¨®n, se har¨¢n cada vez m¨¢s listos, y los tontos, m¨¢s tontos. ?Voluntad de la mayor¨ªa? As¨ª sea.
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