Una gloria literaria, un triunfo moral
La Feria de Guadalajara exhibe su orgullo por el reconocimiento al escritor mexicano
Los periodistas no aplauden. Cuando termina de hablar el pol¨ªtico, la estrella de cine o el escritor de turno, cierran las libretas y salen pitando como alma que lleva el diablo con su peque?o tesoro de frases redondas. Sin embargo, ayer, en Guadalajara, y a pesar de las urgencias propias del oficio, cuando el poeta Jos¨¦ Emilio Pacheco termin¨® de responder a las preguntas, los periodistas se pusieron de pie y dedicaron un aplauso largo y c¨¢lido como un abrazo al flamante premio Cervantes. Si este pa¨ªs golpeado por la crisis, la gripe, el narcotr¨¢fico o la corrupci¨®n end¨¦mica tiene alguien de quien estar orgulloso sin disimulo, ¨¦se es un sabio cercano, t¨ªmido y divertido de 70 a?os llamado Jos¨¦ Emilio Pacheco.
?C¨®mo se encuentra, maestro?, le preguntaron. "Zurimbo, patidifuso y turulato. Tengo que escoger tres palabras que ya ni se usan para describir el estado de irrealidad en el que me encuentro. Supongo que un premio es como un golpe: que no duele en el momento. Ya veremos despu¨¦s". La noticia le lleg¨® a Jos¨¦ Emilio Pacheco muy temprano, por tel¨¦fono. La ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, le anunci¨® que el jurado hab¨ªa querido premiar su "uso ling¨¹¨ªstico implacable", la "profundidad y libertad de sus pensamientos" y "el distanciamiento ir¨®nico de la realidad cuando es necesario". Pero tal vez quien mejor defini¨® la poes¨ªa de Pacheco fue el presidente del jurado, el acad¨¦mico Jos¨¦ Antonio Pascual, quien dijo: "Jos¨¦ Emilio Pacheco es un poeta excepcional de la vida cotidiana".
Y tal vez por eso, adem¨¢s de por su tremenda humanidad, es por lo que se le quiere tanto en M¨¦xico. Ayer, en Guadalajara, todos los escritores asistentes a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara -muchos, de muchas nacionalidades, de todas las edades- celebraban sin disimulo el galard¨®n. El escritor Xabier Velasco se paseaba por los pasillos del hotel Hilton feliz, como si el premio se lo hubieran dado a ¨¦l. Y el tambi¨¦n escritor mexicano Juan Villoro, que justo en ese momento llegaba a Guadalajara, cont¨® a este peri¨®dico una an¨¦cdota personal que refleja muy bien el grado de cercan¨ªa, de proximidad, de la poes¨ªa del nuevo premio Cervantes: "Un d¨ªa iba yo a casa de Jos¨¦ Emilio Pacheco y me di cuenta de que me hab¨ªa olvidado la direcci¨®n. Entonces, record¨¦ un poema en el que Pacheco habla del escritor Juan Garc¨ªa Ponce, que hab¨ªa padecido una larga y grave enfermedad, y lo compara con un ¨¢rbol que hay afuera de su casa. El poema cuenta que el ¨¢rbol ha sido humillado por las navajas de los novios, que le han cortado las ramas para colocar cables de electricidad y de tel¨¦fono, que ha sido sometido a toda clase de afrentas, pero que, sin embargo, el ¨¢rbol -como el escritor al que estaba dedicado- segu¨ªa en pie. Pens¨¦ que si encontraba aquel ¨¢rbol, dar¨ªa con su casa, y as¨ª fue. Eso explica el grado de cercan¨ªa que tiene la poes¨ªa de Jos¨¦ Emilio Pacheco, una poes¨ªa que es un mapa para encontrar su propia casa...". Otro ejemplo de lo que cuenta Villoro es un poema que dice: "Ven gato, ac¨¦rcate m¨¢s, eres mi oportunidad de acariciar al tigre".
El domingo, nada m¨¢s llegar a la FIL, Pacheco coment¨® lo honrado que se hab¨ªa sentido con la reciente concesi¨®n del premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana. Cuando le preguntaron si aspiraba al Cervantes, respondi¨®: "Para nada. Hasta que me dieron el Reina Sof¨ªa, yo hab¨ªa sido el eterno finalista. Y en Norteam¨¦rica eso de ser finalista es un prestigio. Pero en M¨¦xico eso no es as¨ª. Aqu¨ª es un deshonor". El domingo tambi¨¦n dijo que ¨¦l odia las entrevistas porque como los periodistas suelen hacer casi siempre las mismas preguntas, teme aburrirles: "As¨ª que si se empe?an en seguir haci¨¦ndome entrevistas, no tendr¨¦ m¨¢s remedio que inventarme otra biograf¨ªa". Los periodistas se rieron entonces, pero ayer Pacheco volvi¨® a repetirse y a repetir la amenaza: "Ahora s¨ª que voy a tener que inventarme otra biograf¨ªa...".
El autor de Las batallas en el desierto siempre est¨¢ dispuesto a dar un consejo a los j¨®venes escritores, pero con una condici¨®n: "Que ellos me den otro consejo a m¨ª. Porque ellos ven cosas que yo ya no soy capaz de ver". Y, al hilo de lo que ayer le sucedi¨®, regala uno: "Cuando un joven me pregunta por el oficio de escritor, siempre le respondo: lo primero que tienes que hacer es elegir si quieres ser escritor o ser famoso; las dos cosas son incompatibles". Pacheco precisamente se quej¨® ayer de forma fingida de que ahora le va a ser muy dif¨ªcil sustraerse a los focos de las c¨¢maras y volver a su habitaci¨®n a escribir poemas. A mirar con su mirada de sabio cercano. A mirar al gato como la ¨²nica oportunidad de acariciar al tigre.
Poema incluido en el ¨²ltimo libro de Jos¨¦ Emilio Pacheco, Como la lluvia. Editorial Visor, colecci¨®n Palabra de honor, Madrid, 2009.
Literatura y realidad
El tremendismo de la realidad,
Su incurable tendencia
Al melodrama y a lo absurdo.
La realidad es psic¨®pata:
Jam¨¢s se compadece de sus v¨ªctimas.
Hace trampa al jugar con la esperanza.
Todo lo escribe mal con letras chuecas.
Llenas de errores de sintaxis.
Ignora el ritmo, el tono, la armon¨ªa.
Confunde los papeles asignados.
Olvida lo que dijo en la otra p¨¢gina.
Deber¨ªa entrar en un taller literario,
Aprender cuando menos rudimentos
De verosimilitud, coherencia y orden.
Sin embargo posee en alto grado
Una virtud art¨ªstica suprema:
No se repite nunca,
Siempre es nueva,
Siempre nos deja con la boca abierta.
Las claves de un autor al¨¦rgico a la ret¨®rica
- Jos¨¦ Emilio Pacheco incluy¨® en No me preguntes c¨®mo pasa el tiempo (Joaqu¨ªn Mortiz, 1969) el poema Alta traici¨®n, un cl¨¢sico que varias generaciones de mexicanos se saben de memoria.
- T¨ªtulos como Islas a la deriva (Siglo XXI, 1973), El silencio de la luna (Pre-Textos, 1996) y Como la lluvia (Visor, 2009), reci¨¦n publicado, recogen su estilo conversacional, claro y antirret¨®rico que reflexiona sobre el propio papel de la poes¨ªa. - Su novela Morir¨¢s lejos (1967) es una reflexi¨®n sobre el Holocausto. En 1973 firm¨® junto al director Arturo Ripstein el gui¨®n de El santo oficio, una pel¨ªcula sobre la persecuci¨®n de los jud¨ªos a manos de la Inquisici¨®n.
- Profesor durante a?os en Estados Unidos, Pacheco es uno de los grandes traductores de Cuatro cuartetos, de T. S. Eliot. Tambi¨¦n ha vertido al espa?ol autores como Samuel Beckett, Tennessee Williams y Oscar Wilde.
Babelia
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