"Dedicar¨¦ el dinero del Premio Cervantes a gastos de hospital"
Jos¨¦ Emilio Pacheco, que el viernes recibe el galard¨®n m¨¢s importante de la lengua espa?ola, repasa las claves de su obra en un encuentro con la ministra de Cultura
"Yo pensaba que esto s¨®lo les pasaba a los actores", dijo ayer por la ma?ana el mexicano Jos¨¦ Emilio Pacheco al ver la nube de fot¨®grafos que le recibi¨® en el auditorio del Ministerio de Cultura. Entr¨® acompa?ado de la titular de la casa, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, para participar en un encuentro en el que hubo preguntas de la prensa, lectura de poemas a cargo del ¨²ltimo Premio Cervantes y charla distendida y de altura entre el galardonado, la ministra y el presentador del acto, Ignacio Elguero, poeta y director de Radio Nacional. Pacheco empez¨® anunciando que no ten¨ªa mucho que decir pero termin¨® hablando de todo: de sus libros m¨¢s recientes -Tarde o temprano, que re¨²ne su poes¨ªa completa, y la novela corta Las batallas en el desierto (ambos en Tusquets)-, de su abuela, de su preocupaci¨®n por la violencia en M¨¦xico y por la salud de sus amigos Sergio Pitol y Carlos Monsiv¨¢is. Tambi¨¦n de su admiraci¨®n por Miguel Delibes: "La literatura sirve para imaginar las vidas que no vivimos. Admiro mucho a Delibes. S¨®lo una adversidad: ¨¦l era cazador y yo, anti-caza. Pero la belleza de su escritura hace que uno venza los prejuicios". As¨ª, poco a poco fue desgranando algunas de las claves de una obra que le vali¨® el premio m¨¢s importante de las letras en espa?ol. El pr¨®ximo viernes se le entregar¨¢n los Reyes en Alcal¨¢ de Henares.
Poeta no es una profesi¨®n. "Que alguien escriba poes¨ªa es un absoluto misterio porque todo est¨¢ en contra. Cuando uno tiene 14 a?os tiene tanta verg¨¹enza de escribir que no se atreve a dec¨ªrselo a sus compa?eros de clase. Luego tampoco puede. No parece serio. Una vez al hacerme un carnet dije que era escritor y la funcionaria me dijo: "?Eso no es profesi¨®n!" Y puso: "Trabaja por su cuenta".
Privilegios y esperanzas. "No quiero quejarme y decir que la situaci¨®n de la poes¨ªa es terrible porque miren todos estos privilegios que tengo ahora. Pero la verdad es que, usando un verbo tecnocr¨¢tico que detesto, esto no estaba contemplado. Cuando empec¨¦ a escribir no pensaba en publicar en Tusquets, ni en recibir el premio Reina Sof¨ªa, ni el Cervantes. Por eso actuaba con gran libertad, porque no ten¨ªa ninguna esperanza m¨¢s que la de seguir escribiendo".
Enemigo de s¨ª mismo. "Ya somos todo aquello / contra lo que luchamos a los 20 a?os". Mucha gente me ha recordado ahora, s¨ª, estos versos del poema Antiguos compa?eros se re¨²nen. Por suerte nunca satanic¨¦ los premios literarios".
Discurso secreto. "?Que qu¨¦ puedo avanzar del discurso del viernes? ?Nada! Llevo seis meses repitiendo las mismas cosas. Agradezco la atenci¨®n, pero si digo algo es que no lo voy a escribir. Nabokov dec¨ªa: "Si hablo soy un ni?o de siete a?o. Si escribo, soy un gran autor". Ten¨ªa raz¨®n. Yo necesito ver lo que escribo, para corregir. Y hablando no le puedes decir a la gente: "Borra eso, que te lo digo mejor".
Los 15 minutos de Andy Warhol. "Me temo que a la edad que tengo voy a tener que guardar el dinero del Cervantes para gastos de hospital. Veo enfermo a mi amigo Carlos Monsiv¨¢is y me doy cuenta de que ese es mi porvenir inmediato. Ojal¨¢ se recupere pronto. Sin Monsiv¨¢is no se entiende la cultura mexicana de los ¨²ltimos 50 a?os. A m¨ª, me llegaron los 15 minutos de fama de los que hablaba Andy Warhol, pero me llegaron a un cuarto para las 12. O sea, que tengo un cuarto de hora de provecho".
Versos para el tel¨¦fono m¨®vil. "Yo ya no pertenezco al mundo de ustedes, llego tarde, con la tecnolog¨ªa es como tratar de aprender un idioma de mayor: puedes hablarlo, pero siempre con acento. No obstante, los nuevos medios pueden ayudar a propagar un g¨¦nero breve como la poes¨ªa. Hasta el m¨®vil puede ser un instrumento de poes¨ªa. Pero no perdamos de vista la obsolescencia de los aparatos. Todav¨ªa recuerdo c¨®mo hace 20 a?os me qued¨¦ asombrado al ver salir un fax del tel¨¦fono. Hoy es tan antiguo como una locomotora de vapor".
Desastre de mundo. "?C¨®mo veo el mundo de hoy? ?Desastroso! Cuando a finales del a?o pasado publiqu¨¦ el libro de poemas Como la lluvia [editado en Espa?a por Visor] mucha gente me dijo que era muy pesimista, pero si uno mira todo lo que ha pasado en este trimestre -los terremotos de Hait¨ª y Chile, la violencia de M¨¦xico...- se da cuenta de que todo lo escrib¨ª parece de color de rosa, cosas de un optimista absoluto. Alguna vez dije que el siglo XX se pod¨ªa situar entre un t¨ªtulo de Dickens y otro de Balzac, entre grandes esperanzas y las ilusiones perdidas".
M¨¦xico: la eterna violencia. "La nube de ceniza que se cierne sobre Europa me tuvo sin saber si podr¨ªa venir, pero eso no es nada al lado de la violencia que sufre M¨¦xico. Lo terrible es que va ocupando hasta los oasis. Piensen en Cuernavaca, un lugar al que la gente iba a descansar. Siempre se dec¨ªa que era la ciudad de la eterna primavera. Hoy se dice que es la ciudad de la eterna balacera. Se ha vuelto tan terrible como Ciudad Ju¨¢rez".
Poes¨ªa para los sicarios. "No creo haber influido en la historia de la literatura mexicana. En la sociedad, seguro que no, aunque me hubiera gustado escribir un poema que sirviera para parar la violencia. La sensibilidad por la poes¨ªa, como por la m¨²sica, se tiene o no se tiene. Yo conozco a grandes intelectuales que no la tienen, pero cuando fui al festival de poes¨ªa se Medell¨ªn, en Colombia, me llevaron, primero a un estadio con 12.000 personas y luego, a una escuela secundaria en la que los chicos eran sicarios (deben de estar todos muertos), y ten¨ªan una gran sensibilidad po¨¦tica. ?Una definici¨®n de poes¨ªa? No tengo, lo siento. Yo escribo porque me pasa algo. Un epigrama griego dice que la poes¨ªa es pintura que habla y la pintura, poes¨ªa del silencio. Antes dec¨ªa yo que todo conspira contra ella, pero la poes¨ªa est¨¢ en el propio lenguaje. Basta pensar en lo que preguntan los ni?os. Cosas como: ?A d¨®nde van los d¨ªas que pasan?" La pregunta qued¨® ah¨ª, flotando, s¨®lo la ministra de cultura aventur¨® una respuesta: "A la poes¨ªa de Jos¨¦ Emilio Pacheco".
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