Sobre alminares

El resultado del refer¨¦ndum suizo que proh¨ªbe la construcci¨®n de alminares en las futuras mezquitas del pa¨ªs alpino ha sorprendido por lo contundente a propios y extra?os. Nadie esperaba un rechazo ciudadano, casi el 60%, 20 puntos por encima de lo previsto en los sondeos, hacia un elemento de visibilidad arquitect¨®nica pero de escasa relevancia religiosa.

Los datos representan un triunfo rotundo para el ultraderechista Partido Popular, su promotor, el m¨¢s fuerte del pa¨ªs desde hace dos a?os con su programa xen¨®fobo. Pero m¨¢s all¨¢ de este ¨¦xito, que sin duda ser¨¢ aprovechado por otras formaciones europeas similares, muestran un desaf¨ªo colectivo al establishment nacional, desde las iglesias al mundo de los negocios, el Gobierno, la prensa y la mayor¨ªa de los partidos. Semejante rechazo no ser¨ªa posible sin apoyo de parte de la izquierda, de los laicos o de las organizaciones femeninas, que consideran inaceptable el sometimiento de las mujeres musulmanas.

Es muy improbable que el refer¨¦ndum suizo, ejercicio de un peculiar sistema de democracia plebiscitaria en que pr¨¢cticamente cualquier tema puede ser llevado a consulta con el aval de las firmas necesarias, se repita en otro lugar. Y est¨¢ por verse si su resultado es un paso atr¨¢s en la razonable integraci¨®n de alrededor de 400.000 musulmanes, la mayor¨ªa procedente de pa¨ªses cercanos y poco practicantes. Pero como expresi¨®n de las preocupaciones que suscita el islamismo en Europa tiene una lectura que desborda Suiza y concierne a miedos y expectativas poco formulados.

Las relaciones entre Europa y sus al menos 15 millones de musulmanes, m¨¢s dif¨ªciles desde el punto de inflexi¨®n que representaron los atentados del 11-S de 2001, han ido cobrando complejidad con el aluvi¨®n inmigratorio de los ¨²ltimos a?os. Ilustran esta fricci¨®n episodios tan relevantes como las vi?etas de Mahoma en peri¨®dicos daneses, el asesinato en Holanda del cineasta Theo van Gogh o el tenso pulso en Francia por el uso del burka o el velo. El islamismo viene conect¨¢ndose con asuntos de gran calado social, que van desde el extremismo y la libertad de expresi¨®n hasta el papel de la mujer. El peligro hoy y ahora es dejar que los cauces de esa leg¨ªtima inquietud ciudadana sean monopolizados por partidos populistas o de extrema derecha. Su t¨®xico discurso tiene que ver poco con la integraci¨®n y mucho con el miedo.