"La huella del trabajo est¨¢ hundida m¨¢s all¨¢ de la ropa, directamente bajo la piel"
El fot¨®grafo franc¨¦s explora en su nueva serie de retratos los rostros del mundo rural y minero del norte de Espa?a y Portugal. Personajes profundos y directos que adquieren un aura pict¨®rica
Pierre Gonnord (Cholet, 1963) se ha convertido, despu¨¦s de una intensa trayectoria, en uno de los principales exponentes de la pr¨¢ctica del retrato fotogr¨¢fico. Su propuesta se asienta fundamentalmente en la capacidad introspectiva con respecto a los sujetos que fotograf¨ªa, y aunque sus personajes siempre pertenecen a colectivos o grupos sociales perfectamente definidos e identificables, jam¨¢s pierden su esencia individual, su capacidad para representarse a s¨ª mismos. Es este delicado equilibrio entre lo psicol¨®gico y lo sociol¨®gico, entre representatividad y singularidad, el factor que define en buena medida el trabajo de Gonnord. En la nueva exposici¨®n que presenta ahora en Madrid ofrece un grupo de retratos realizados recientemente en el norte de Espa?a y Portugal cuyos protagonistas son mineros, marineros y habitantes de zonas rurales. Como novedad expone tambi¨¦n por primera vez algunos paisajes, en lo que supone su apertura hacia un nuevo g¨¦nero fotogr¨¢fico y otros territorios creativos.
PREGUNTA. En esta exposici¨®n presenta un conjunto de nuevos retratos realizados en el norte de Espa?a y Portugal. ?Qu¨¦ aspectos le interesaban de esta zona geogr¨¢fica?
RESPUESTA. El conjunto de im¨¢genes presentadas en esta exposici¨®n es la primera parte, el inicio de un proyecto de viaje m¨¢s amplio que seguir¨¢ a lo largo del pr¨®ximo a?o y posiblemente del siguiente. Un itinerario sin una configuraci¨®n geogr¨¢fica que responda a una realidad nacional o regional pero hacia individuos y comunidades rurales concretas, de trabajadores que viven de los recursos del suelo, del subsuelo y del mar. Regiones sujetas a la vez a fuertes flujos de inmigraci¨®n y emigraci¨®n. El norte de Espa?a (Galicia, Asturias) y de Portugal (Tras Os Montes) ha sido el primer eslab¨®n de mi andadura por responder a esas caracter¨ªsticas pero tambi¨¦n por sus condiciones climatol¨®gicas, topogr¨¢ficas y probablemente por su historia pol¨ªtica y social. Regiones largamente aisladas por el perfil de sus v¨ªas de comunicaci¨®n y un clima muy rudo.
P. Aunque casi siempre ha estado en la base de su proyecto, parece que aqu¨ª se explicita con mayor claridad la relaci¨®n que su trabajo mantiene con el viaje, quiz¨¢s podr¨ªa decirse que usted va a la b¨²squeda antes que al encuentro.
R. En mi proceso de trabajo coexisten tanto los conceptos de b¨²squeda como de encuentro. Quiero trabajar y me intereso por individuos pertenecientes a determinados grupos humanos, a colectivos definidos por razones sociales, pero a la vez con una visi¨®n m¨¢s universal. Salgo a la b¨²squeda de estas personas localizadas en territorios concretos. Esto supone una cierta experiencia vital con las personas. Pero en el mismo lugar surgen nuevos encuentros y reflexiones m¨¢s all¨¢ de lo que estoy buscando inicialmente. Se van abriendo otras v¨ªas que ensanchan el marco inicial como el g¨¦nero, la edad, el car¨¢cter... Hasta ahora todos los terrenos de trabajo hab¨ªan sido urbanos, sea la comunidad gitana, los yakuzas de Jap¨®n, la periferia urbana en Madrid o Par¨ªs. Trabajar con personas pertenecientes al mundo rural supone salir de este microcosmos urbano, un viaje m¨¢s largo y no s¨®lo en el sentido de distancia f¨ªsica. Existe en este nuevo trabajo la idea de itinerancia.
P. Los personajes de estas obras son mineros, marineros y habitantes de peque?as aldeas rurales. A diferencia de lo que ocurr¨ªa en sus fotograf¨ªas anteriores aparece ahora un "contexto" que fija a las personas; se observa, por ejemplo, en sus cuerpos y en sus ropas un rastro de actividad laboral, como si dejara aparecer un eco del trabajo que define y ocupa sus vidas.
R. Es la primera vez que trabajo en un "terreno" que podr¨ªamos llamar rural o natural. Estos retratos est¨¢n realizados al acabar la jornada laboral, tanto con los granjeros como con los mineros. La huella, el eco del trabajo, aparece en los propios rostros y ropa, pero ocurre lo mismo para los seres urbanos. Estamos tan acostumbrados a esta gran endogamia urbana, que no somos conscientes de hasta qu¨¦ punto la Gran Urbe nos malea, deforma, fabrica y clona con tanta intensidad como la Tierra. El trabajo en el ¨¢mbito rural o natural no deja las mismas huellas que la ciudad en los rostros y cuerpos. Probablemente est¨¢ m¨¢s en evidencia en estas nuevas im¨¢genes. Aunque una persona extra¨ªda del campo ver¨ªa claramente las secuelas del entorno en un retrato urbano. Hay en esta exposici¨®n retratos m¨¢s empapados de esas huellas, mientras otros, m¨¢s fr¨ªos, se alejan de todo indicio. Creo que la huella m¨¢s importante est¨¢ hundida m¨¢s all¨¢ de la ropa, directamente bajo la piel.
P. El t¨ªtulo que ha elegido para esta muestra es
Terre de personne, una expresi¨®n que juega con cierta ambivalencia -tierra de nadie, tierra de alguien-, e incluso puede aludir en cierto sentido a la relaci¨®n entre la persona y la tierra. ?Podr¨ªa explicar el sentido que tiene esta expresi¨®n en relaci¨®n con su trabajo?
R. Es una alusi¨®n bastante directa al car¨¢cter m¨¢s universalista de mi aproximaci¨®n al retrato, m¨¢s all¨¢ del territorio, raza o comunidad que haya podido abordar en cada uno de los trabajos que he realizado hasta el momento. Tambi¨¦n sale de mi forma de vivir y trabajar, ese viaje constante a lugares concretos y a ninguna parte, en lugares de dif¨ªcil acceso, hecho de encuentros con personas y naturaleza, elementos que conviven, m¨¢s all¨¢ de las fronteras. Terre de personne es en franc¨¦s, no tanto por ser mi lengua materna, sino porque permite m¨¢s niveles de lectura. Personne significa persona y al mismo tiempo nadie. La ra¨ªz de la palabra es griega y significa m¨¢scara.
P. Pero en esta ocasi¨®n parece haber tambi¨¦n un deseo de reflexionar acerca de lo "concreto", de lo local, junto a ese impulso universalista de su trabajo.
R. El sentido de lo universal y de lo local depende y var¨ªa seg¨²n desde qu¨¦ ¨¢ngulo se mira y qui¨¦n lo mira. El Homo Urbens tender¨¢ a una percepci¨®n m¨¢s ex¨®tica, sentimental o espec¨ªfica al contemplar seres procedentes de otro "planeta". Hay una gran amnesia, cuando, en realidad gran parte de nuestra poblaci¨®n acaba de llegar de sus tierras de origen. Pero me gustar¨ªa que justo detr¨¢s de las apariencias, el p¨²blico de la ciudad se sepa identificar con una matriarca gitana, un yakuza o un granjero de Tras Os Montes, hasta con alguien de otro sexo o edad. Lo que m¨¢s me interesa es indagar en nuestra Part Commune d'Humanit¨¦.
P. Aunque siempre se ha incidido sobre el di¨¢logo que su obra mantiene con la pintura, tengo la sensaci¨®n de que la literatura, un referente mucho menos evidente, conforma una parte importante de sus referencias.
R. La literatura como proceso de creaci¨®n permite la ficci¨®n y dar a los personajes y lugares un peso diferente, una dimensi¨®n universal, una profundidad de campo m¨¢s enigm¨¢tica. Permite que el p¨²blico tenga una libertad de lectura m¨¢s amplia. Para m¨ª, ciertos retratos fotogr¨¢ficos se asimilan m¨¢s a un extracto de una novela de Dostoievski o a un cuento de Borges o Eudora Welty que a un retrato pintado.
P. En esta exposici¨®n usted da un paso importante en su trayectoria al incluir paisajes. Aunque sea la primera vez que los expone, ?llevaba tiempo trabajando en ellos?
R. Hace tiempo que pensaba ampliar mi mirada hacia otros territorios. El viaje ha sido pensado para desarrollar un discurso entre rostros y espacios, indagar en la posible simbiosis y mimetismo que existe entre los individuos y un marco de vida natural. En esta exposici¨®n aparecen los primeros paisajes de un recorrido muy corto, primeros apuntes de una serie que seguir¨¦ desarrollando en los pr¨®ximos meses.
P. Si su obra ha dialogado hasta ahora con el retrato como g¨¦nero fotogr¨¢fico, con sus reglas, con su tradici¨®n, ?mantienen sus paisajes un di¨¢logo similar con el genero del paisaje, con tanta tradici¨®n en historia como el retrato?
R. Cuando uno aborda un nuevo g¨¦nero no puede ignorar la historia, los discursos y lenguajes m¨¢s relevantes al respeto. Es m¨¢s importante a¨²n saber partir desde su propia obra, desde su visi¨®n del mundo que le rodea. Es fundamental tambi¨¦n poder darse la libertad necesaria para indagar con un cierto grado de divergencia. En mi primer viaje he atravesado lugares sin rastro humano y deshabitados, territorios naturales que he decidido "retratar" con la misma mirada m¨¢s contemplativa y distante que dirijo a las personas, sean rocas, mares, nubes, bosques, oc¨¦anos... Ciertos paisajes, al igual que los seres humanos, poseen superficie, forma, temperatura y de un modo alma. Por otra parte, he atravesado accidentes, alteraciones de la naturaleza como pueden ser tormentas de nieve o incendios que me han hecho reflexionar sobre este aspecto cambiante y violento de la vida.
P. ?Qu¨¦ le interesa o le atrae de un determinado paisaje o de un elemento natural?
R. Me interesa el grado de intimidad que pueda establecer con ese paisaje o elemento natural, como lo siento en el retrato. Pero tambi¨¦n me interesa la conexi¨®n, la similitud entre los elementos y energ¨ªas vivas, los ciclos de vida (y en eso la huella del paso del tiempo), la repetici¨®n y coincidencia entre lo infinitamente grande, lo infinitamente peque?o y los ¨®rdenes intermedios. En la incidencia de todo este equilibrio o desequilibrio natural sobre el individuo. Por ello veo l¨®gico indagar y llegar a desarrollar un trabajo a la par en ambos g¨¦neros.
Pierre Gonnord. Sala Alcal¨¢, 31. Madrid. Hasta el 28 de febrero de 2010.
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