A cuatro bandas
La arquitectura y la construcci¨®n vivieron una d¨¦cada de idilio entre los grandes edificios institucionales llenos de formas quebradas -si la naturaleza y la vida son poli¨¦dricas, aducen, ?por qu¨¦ la arquitectura no ha de serlo?- y un inmobiliarismo est¨¢ndar que inund¨® Espa?a de viviendas, necesarias algunas y sobrantes muchas. En esta nueva etapa priman la sostenibilidad y la sustentabilidad, que son cosas distintas, seg¨²n Antonio Lamela. El coautor de la T4 acierta al decir que entre tanto movimiento y tendencia lo importante es que la arquitectura sea buena; mejor todav¨ªa, dir¨ªa yo, si cumple el principio griego: bella y buena.
Para los arquitectos que intentan hacer arquitectura y no solo construcci¨®n las administraciones p¨²blicas son, normalmente, clientes respetuosos con el proyecto, aunque con frecuencia se dejen obnubilar por las bajas en los concursos de obra que repercuten en detrimento de la calidad de la ejecuci¨®n. Por su parte, el promotor privado, que sabe lo que quiere el mercado, suele ser tan conservador como el comprador a la hora de innovar en la concepci¨®n del edificio y sostiene con el arquitecto una relaci¨®n dial¨¦ctica que a veces puede resultar provechosa.
La sede del Colegio de Arquitectos empieza a contagiar positivamente el centro de Vigo
Por otro lado, el constructor poco profesional busca desde la adjudicaci¨®n del encargo la recuperaci¨®n de la baja a trav¨¦s del reformado, y ello genera tensiones inevitables en el proceso. En cambio, la empresa competente, que las hay, pone a disposici¨®n sus estructuras t¨¦cnicas, muy ¨²tiles para la buena ejecuci¨®n de la obra.
Por ¨²ltimo, el usuario, que disfruta o sufre el edificio terminado, se constituye en la piedra de toque que o bien avala el proyecto o bien empieza a modificarlo, a trastocarlo, incluso a rehacerlo. Recuerdo una conversaci¨®n al respecto en la que ?lvaro Siza sosten¨ªa la inviolabilidad del dise?o arquitect¨®nico, mientras que Arata Isozaki admit¨ªa que el usuario pudiera manipularlo.
Tres ejemplos vigueses ilustran lo que puede dar de s¨ª la combinaci¨®n del arquitecto, el cliente, la empresa constructora y el usuario.
Una bella pieza urbana. La sede del Colegio de Arquitectos, de Irisarri y Pi?era, incrustada en una manzana casi olvidada, empieza a contagiar positivamente el peque?o downtown de Vigo con un inspirado espacio urbano, animado con materiales, vegetaci¨®n e iluminaci¨®n apropiados. El cliente ha reconducido la idea inicial en un segundo proyecto de ejecuci¨®n ajustado al presupuesto disponible. Las fachadas est¨¢n formadas por dos capas, que se reducen a una sola piel de policarbonato en aquellos puntos donde se abren grandes ¨®culos al cielo y a la calle. Un pasillo perimetral comunica unos espacios polifuncionales que, revisitados con los usuarios dentro, podr¨ªan resultar m¨¢s inteligibles que en la primera impresi¨®n. Tanto el edificio como la plaza est¨¢n muy bien construidos.
Unos s¨®lidos rotundos y elegantes. Dos bloques residenciales, curvil¨ªneos y casi tangentes, de Fraga, Quijada y Portol¨¦s, en el pol¨ªgono de San Paio de Navia, son un estimulante ejemplo de promoci¨®n p¨²blica de la Xunta. En planta las viviendas se organizan en torno a unos patios siguiendo las l¨ªneas ondulantes que suavizan unas piezas tan competentes; la gama crom¨¢tica en el intrad¨®s de los prefabricados que cercan los huecos estandarizados aporta movimiento. La desproporci¨®n del porche en la normativa del Plan se salva dejando caer la fachada para hacerlo m¨¢s ¨ªntimo. Desde las distintas perspectivas se advierte que la arquitectura resuelta silenciosamente crea ciudad, cerrando el barrio con un frente equilibrado desde el vial exterior.
Un proyecto non nato. Puesto que la ampliaci¨®n del muelle de trasatl¨¢nticos parec¨ªa ineludible, la Autoridad Portuaria de Vigo se propuso en su d¨ªa aprovecharla para crear nuevos lugares urbanos acariciando la intervenci¨®n de V¨¢zquez Consuegra en el frente mar¨ªtimo. Tras un concurso de ideas, el equipo ganador, Atelier Jean Nouvel con T¨¦cnicas Reunidas y XMD Arquitectura e Cidade, debati¨® a fondo la fachada urbana: la lonja, el puerto deportivo, las piscinas, la idea sugestiva de prolongar la calle Col¨®n, abriendo otra perspectiva a la sede de la Xunta, un buen trabajo, aunque incomprendido, de Esteve Bonell. El pol¨¦mico menhir era un punto de partida para aquilatar la idea al mercado y seguir luego trabajando, en su caso, en la conjunci¨®n de plan y proyecto, que es la f¨®rmula ¨®ptima. La operaci¨®n ha sido desechada.
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