La humanidad de Iverson
El insatisfecho Allen Iverson de todos conocido se retira, se lo vuelve a pensar y vuelve a firmar. El constantemente err¨¢tico Ron Artest aparece en un programa de televisi¨®n nocturno en calzoncillos, admite semanas despu¨¦s que sol¨ªa beber co?ac Hennessey durante los partidos y luego se pregunta a qu¨¦ se debe tanto esc¨¢ndalo. Los Nets de Nueva Jersey pierden 871 partidos para empezar la temporada.
Hay unos hilos comunes en estas tres historias: confusi¨®n, errores, futilidad. En otras palabras: humanidad. Creo que la NBA deber¨ªa estar entusiasmada con la fragilidad de su producto. Pero la Liga no lo quiere ni en pintura.
Me gusta que los deportistas que veo se humanicen. No quiero que sean personas sin defectos porque, a fin de cuentas, quiero creer que hasta las personas con defectos como yo podemos lograr momentos de perfecci¨®n. Pero mi opini¨®n es una excepci¨®n. A lo mejor la suya lo es tambi¨¦n. Odio seguir dando la matraca con la disparidad entre Europa y Estados Unidos, pero una vez m¨¢s creo que viene al caso.
Mi pa¨ªs es joven. Sus ciudadanos piensan que todo es posible. Se nos ense?a que cualquier ni?o puede ser de mayor un Rockefeller. Esto, sencillamente, no es verdad. Creo que los europeos entienden (entend¨¦is) mejor esta realidad. Es normal. Llevan (llev¨¢is) m¨¢s tiempo aqu¨ª. Su (vuestro) planteamiento es m¨¢s bien el siguiente: "Vamos a tranquilizarnos todos. Algunos de nosotros tendremos dinero y algunos otros no, pero lo m¨¢s probable es que las cosas acaben saliendo bien".
En Estados Unidos corremos de ac¨¢ para all¨¢, como los beb¨¦s hist¨®ricos que somos, pensando que nuestras aspiraciones deber¨ªan tender hacia la vida de un superh¨¦roe o la vida en un club de campo.
Lo que me lleva otra vez a la NBA. Cuando veo la NBA, estoy deseando ver humanidad. Quiero ver a los jugadores fallar y luego enfrentarse a las repercusiones de ese fracaso. Quiero que sean humanos. Pero yo no soy el p¨²blico al que la NBA se dirige. Esa gente quiere ver perfecci¨®n. Por eso, aunque a m¨ª me parezca (y puede que a ustedes se lo parezca tambi¨¦n) que la NBA deber¨ªa comprender la confusi¨®n de Allen Iverson y pintarla como otra de las formas en que Iverson es sencillamente como ustedes y como yo, no lo hace.
Desde mi punto de vista, es decepcionante. Puedo entender las 18 derrotas consecutivas de los Nets. Yo tambi¨¦n me he sentido abatido, como todo el mundo que conozco. Pero en el gran negocio del baloncesto profesional no hay cabida para el abatimiento. La gente quiere perfecci¨®n y la NBA se alegra de (intentar) ofrecerla.
As¨ª que, ahora que, por fin, me siento movido a preocuparme por la NBA a causa de sus fallos, sus subalternos de relaciones p¨²blicas se empe?an en hacer lo posible para ocultarlos. Y eso es una pena porque, verdaderamente, creo que a la NBA le vendr¨ªan bien m¨¢s seguidores como ustedes y como yo.
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