Francia busca su identidad frente al islam
Sarkozy reduce su gran debate nacional a una pol¨¦mica sobre la presencia social de los musulmanes - La oposici¨®n acusa al presidente de oportunismo electoral
La irrupci¨®n del presidente de la Rep¨²blica Francesa, Nicolas Sarkozy, en el debate sobre la identidad nacional a trav¨¦s de una larga tribuna publicada el martes en el peri¨®dico Le Monde, ha producido un brutal efecto inmediato y determinante: la reducci¨®n del gran debate nacional a una pol¨¦mica sobre el papel del islam y de los musulmanes en Francia. Era algo que se intuy¨® tras la votaci¨®n Suiza sobre los minaretes de las mezquitas, que en Francia tuvo un gran eco que no cesaba de multiplicarse. Pero el escrito de Sarkozy, con alusiones expl¨ªcitas a los "compatriotas musulmanes", lo ha remachado. As¨ª, el debate que comenz¨® con la pregunta ?en qu¨¦ consiste ser franc¨¦s? (¨¦se era el interrogante que el Ministerio de Inmigraci¨®n e Identidad Nacional lanz¨® en su p¨¢gina web para que los franceses contestaran) se ha convertido ya en otro m¨¢s concreto y, seg¨²n muchos, m¨¢s resbaladizo: ?en qu¨¦ consiste ser musulm¨¢n ahora bajo las leyes laicas de la Rep¨²blica Francesa?
"Sarkozy ha querido evitar desvar¨ªos tras el voto de Suiza", dice un dirigente isl¨¢mico
"Es hist¨®ricamente falso identificar islam y extranjero", advierte un experto
El escrito de Sarkozy, que tuvo ayer una repercusi¨®n medi¨¢tica enorme, daba alguna pista: "La civilizaci¨®n cristiana ha dejado una huella tan profunda (...) que todo lo que pueda ser considerado un desaf¨ªo a estos valores condenar¨ªa al fracaso la instauraci¨®n de un islam que (...) deber¨¢ encontrar sus v¨ªas para insertarse sin violencia en nuestro pacto c¨ªvico". Y a?ad¨ªa: "Cristiano, jud¨ªo o musulm¨¢n, hombre de fe, cualquiera que sea, todos deben evitar la ostentaci¨®n y la provocaci¨®n (...) y practicar su culto con humilde discreci¨®n".
En principio, la mayor¨ªa de los principales representantes del culto musulm¨¢n en Francia acogieron la tribuna con satisfacci¨®n. "El presidente Sarkozy ha querido reconducir las cosas y evitar los desvar¨ªos despu¨¦s de algunas reacciones tras el voto de los suizos prohibiendo los minaretes", asegur¨® Mohamed Moussaoui, presidente del Consejo franc¨¦s del Culto Musulm¨¢n. Moussaoui hac¨ªa referencia al aumento de frases y comentarios racistas que se registraron en la p¨¢gina web del Ministerio de Inmigraci¨®n dedicada al debate tras la votaci¨®n suiza. De hecho, hay varios dirigentes y diputados de la mayoritaria Uni¨®n por un Movimiento Popular, el partido de Sarkozy, que aseguran que el presidente se ha decidido a intervenir en el debate (y de hecho a apropi¨¢rselo) viendo que pod¨ªa escap¨¢rsele de las manos a tres meses y medio de los comicios regionales de marzo.
Pero no todos los representantes religiosos se muestran tan satisfechos. As¨ª, el im¨¢n de la mezquita de Lyon rechaza los consejos de Sarkozy sobre "discreci¨®n" de los creyentes a la hora de practicar su culto. "Me molesta, en cuanto musulm¨¢n, que se me pida que sea discreto cuando actualmente, en Francia, hay mucha gente que, con toda libertad, acusa a los musulmanes de muchas cosas. No creo que pidiendo discreci¨®n se arreglen las cosas: los musulmanes en Francia somos minor¨ªa, pero se nos tiene que considerar en igualdad de condiciones respecto de las otras religiones", aseguraba ayer en el diario Lib¨¦ration.
Hay otro elemento del escrito de Sarkozy que ha molestado a algunos musulmanes franceses. En varias partes de la tribuna, el presidente de la Rep¨²blica opone los derechos y los deberes "de los que llegan" y "de los que acogen". ?ric Geoffroy, islam¨®logo, asegur¨® ayer tambi¨¦n en Lib¨¦ration: "Sarkozy identifica islam y extranjero. Habla de 'aquellos que llegan' como si el islam fuera nuevo en nuestro pa¨ªs, algo que, sociol¨®gica e hist¨®ricamente, es falso".
Un dato que avala la teor¨ªa de Geoffroy: en Francia, los musulmanes son cerca de seis millones. La mitad tiene la nacionalidad francesa. Muchos, adem¨¢s, son nacidos en Francia, hijos o nietos de inmigrantes, esto es, tan hijos de la Rep¨²blica (en teor¨ªa) como cualquier otro ciudadano nacido en territorio franc¨¦s.
La tribuna de Sarkozy no se public¨® en un d¨ªa cualquiera. El martes, los parlamentarios discutieron, precisamente, sobre la identidad nacional. La izquierda volvi¨® a acusar a Sarkozy de agitar con oportunismo una cuesti¨®n que, a su juicio, le puede dar r¨¦ditos ante las elecciones regionales, rob¨¢ndole adeptos al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen a base de estrangular su reivindicaci¨®n favorita: la persecuci¨®n de la esencia francesa.
"Es un debate malsano, que el voto de los minaretes suizos ha vuelto catastr¨®fico", asegur¨® un diputado socialista en la Asamblea. El presidente del grupo parlamentario socialista, Jean-Marc Ayrault, defini¨® el escrito de Sarkozy como "algo que lleva en s¨ª la desconfianza sobre el otro, sobre el extranjero". Y concluy¨®: "El amor a una naci¨®n se consigue gracias a un deseo del coraz¨®n y no por un decreto del miedo".
?ric Besson, ministro de Inmigraci¨®n e Identidad Nacional, impulsor del debate, pidi¨®, abucheado por los militantes socialistas: "Escuchemos al pueblo, oig¨¢mosle. Por naturaleza, un republicano no tiene miedo del pueblo".
Tesis del presidente
- Deberes. "Corresponde al que acoge reconocer lo que el otro puede aportar; y corresponde al que llega el respeto del que tiene delante. Corresponde al que acoge compartir su herencia, su historia, su civilizaci¨®n y su arte de vivir. Corresponde al que llega tener voluntad para insertarse sin brutalidad en esa sociedad que va a contribuir a transformar".
- Laicidad. "No es el rechazo de todas las religiones, sino el respeto a todas las creencias".
- Islam. "La civilizaci¨®n cristiana ha dejado una huella tan profunda ligada a los valores de nuestra Rep¨²blica que todo (...) desaf¨ªo, condenar¨ªa al fracaso la instauraci¨®n del islam".
- Discreci¨®n. "Cristiano, jud¨ªo o musulm¨¢n (...), todos deben evitar la ostentaci¨®n y la provocaci¨®n".
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