Cuando Espa?a pec¨® en el S¨¢hara

No es seguro que Aminetu Haidar logre su objetivo de volver a El Aai¨²n, pero es evidente que ha conseguido situar en el primer plano de la actualidad el conflicto del S¨¢hara Occidental. Se trata de un problema inc¨®modo para Espa?a desde que, en 1975, el ¨²ltimo Gobierno de Franco decidi¨® abdicar de sus compromisos en el territorio y abandonarlo en manos de Marruecos y Mauritania. A d¨ªa de hoy, el S¨¢hara Occidental es, seg¨²n Naciones Unidas, el ¨²ltimo territorio de ?frica por descolonizar. Y el Estado espa?ol mantiene en ¨¦l claras responsabilidades legales.

La relaci¨®n de Espa?a con el S¨¢hara se remonta nada menos que a 1884. Aquel a?o, Antonio C¨¢novas envi¨® una expedici¨®n que levant¨® el primer asentamiento espa?ol en Villa Cisneros (actual Dajla). El territorio estaba habitado por tribus n¨®madas, cuyas caravanas recorr¨ªan el desierto en busca de pastos para sus animales o comerciando con la sal que obten¨ªan en los yacimientos de Iyil (hoy en Mauritania). Los militares que en las d¨¦cadas sucesivas fueron destinados a aquel trozo de desierto propiciaron un proceso de sedentarizaci¨®n. En 1934 fundaron la ciudad de El Aai¨²n.

Tras 18 a?os, la ONU no ha celebrado el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n

La comunidad internacional no reconoce la soberan¨ªa marroqu¨ª

El territorio goz¨® de relativa paz hasta que Marruecos obtuvo la independencia. En 1957, bandas armadas inspiradas por el entonces pr¨ªncipe heredero, Mulay Hassan, que m¨¢s tarde reinar¨ªa como Hassan II, atacaron las fortificaciones espa?olas. Francia vio en aquellos guerrilleros un peligro para su colonia de Mauritania, y decidi¨® ayudar a Franco a exterminarlas. Fue el primer intento del Gobierno de Rabat para apoderarse del S¨¢hara.

El segundo -y, por ahora, definitivo- intento se produjo el 6 de noviembre de 1975. Hassan II lanz¨® a 350.000 civiles marroqu¨ªes sobre la frontera norte del territorio. Era la Marcha Verde. Franco agonizaba y su Gobierno, presidido por Carlos Arias Navarro, no supo afrontar el doble reto que le lanzaban el monarca alau¨ª y los independentistas saharauis del Frente Polisario, que desde hac¨ªa dos a?os hostigaban a las tropas espa?olas. Arias firm¨® con Marruecos y Mauritania los llamados Acuerdos de Madrid, por los que Espa?a abandonaba el territorio y lo dejaba en manos de estos dos pa¨ªses. El 28 de febrero de 1976 fue arriada la ¨²ltima bandera espa?ola en El Aai¨²n.

La ocupaci¨®n se produjo a sangre y fuego. Cientos de civiles saharauis fueron masacrados con bombas de napalm y f¨®sforo blanco mientras intentaban huir hacia Argelia. El Polisario se estableci¨® en Tinduf, al sur de este ¨²ltimo pa¨ªs, y durante 16 a?os combati¨® a los invasores. En 1979 logr¨® que Mauritania le devolviera la parte del territorio que ocupaba, pero Marruecos la invadi¨® inmediatamente. Bajo los auspicios de Naciones Unidas, ambos contendientes firmaron un alto el fuego en 1991.

El compromiso alcanzado con la ONU consist¨ªa en celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Con ese fin, Naciones Unidas envi¨® al territorio una fuerza de paz: la Minurso (Misi¨®n de Naciones Unidas para el Refer¨¦ndum del S¨¢hara Occidental). Desde el principio, Marruecos torpede¨® todos los intentos para llevar a buen puerto la consulta. Para ello cont¨® con el apoyo incondicional de Francia y con el consentimiento de Estados Unidos. Todos los enviados especiales del secretario general de la ONU se han estrellado contra la actitud inamovible de Rabat. A d¨ªa de hoy, tras 18 a?os de presencia ininterrumpida en el territorio que han costado cerca de 2.000 millones de d¨®lares, la Minurso no ha logrado celebrar el refer¨¦ndum. Ni siquiera ha obtenido competencias en materia de derechos humanos; s¨®lo se dedica a observar el mantenimiento del alto el fuego.

Las posturas est¨¢n claras: Marruecos ocupa el S¨¢hara Occidental, donde, junto a m¨¢s de 150.000 colonos marroqu¨ªes, habitan unas 70.000 personas de ascendencia saharaui. Desde los campamentos de refugiados de Tinduf, donde viven unos 100.000 saharauis, el Polisario dirige una campa?a diplom¨¢tica internacional para exigir el cumplimiento del refer¨¦ndum. Y varios miles de saharauis m¨¢s han engrosado una di¨¢spora que tiene en Espa?a y en Mauritania sus principales destinos.

El problema del S¨¢hara es, probablemente, la ¨²ltima herencia del franquismo no resuelta de la Transici¨®n espa?ola. En los 34 a?os transcurridos desde que Espa?a abandon¨® el territorio, los saharauis no han cesado de exigir a Espa?a que cumpla con las responsabilidades de las que abdic¨® en 1975. Sus reclamaciones tienen base, pues la ONU considera ilegales los Acuerdos de Madrid. El departamento jur¨ªdico de la organizaci¨®n dictamin¨® en 2002 que "los Acuerdos de Madrid no han transferido la soberan¨ªa del S¨¢hara Occidental ni han otorgado a ninguno de los firmantes el estatus de potencia administradora, estatus que Espa?a no puede transferir unilateralmente". Ello es as¨ª hasta el punto de que la responsabilidad de salvamento en aguas del S¨¢hara no corresponde a Marruecos, sino que sigue estando, de iure, en manos de Espa?a, seg¨²n establece la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional. ?stas son las bases del conflicto del S¨¢hara, que Aminetu Haidar ha situado en el primer plano de la actualidad.