La ostentaci¨®n cotiza al alza
Stuart Vevers: "No hay por qu¨¦ avergonzarse del lujo"
R¨ªete del consumo emocional, con la que est¨¢ cayendo y sigue triunfando el consumo "aspiracional". Si es que son tiempos id¨®neos para la iron¨ªa. En el hotel Las Arenas de Valencia va y se monta, los pr¨®ximos 16 y 17 de diciembre, una feria del lujo. Less is not more. S¨ª, un festival del exceso, un Sonar de la exquisitez a golpe de talonario y de la ostentaci¨®n que tan bien cotiza al alza en las aspiraciones del personal local. Y eso tiene su miga. En esta cita se habla obsesivamente de dinero, pero no del que se tiene, sino del que habr¨ªa que tener para pagar ese reloj de Frank Muller que cuesta 860.000 euros. Glups. Se inicia el show. En este juego de apariencias, pr¨¢cticamente todo ya es artificio. Tambi¨¦n hay espacio para los coches, la muestra incluye veh¨ªculos de Porsche Carrera, Aston Martin, Ferrari o Maserati que quitan el hipo. Y algo de moda de la denominada "alta costura" para evitar el clich¨¦ de sastres y modistos.
Exquisitez conseguida a golpe de talonario
Por otro lado, con un lujo m¨¢s contenido, y una exuberancia m¨¢s sobria, se ha inaugurado en la (media) milla de oro valenciana la nueva tienda Loewe. Visita al epicentro del terremoto chic. La tienda, creada por el arquitecto king-size m¨¢s leatheron que ha dado el interiorismo, Peter Marino, supone la primera de las aperturas que Loewe quiere llevar a cabo. Con permiso de la recesi¨®n, claro. Marino asegura que se ha inspirado en la esencia de la firma. Bueno. Los materiales y formas de la firma tambi¨¦n est¨¢n presentes. Hilos de cobre en las ventanas asemejan las texturas y la composici¨®n de uno de los bolsos ense?a de la casa. A la inauguraci¨®n no ha podido faltar el nuevo hombre fuerte de la marca, Stuart Vevers. El dise?ador brit¨¢nico tom¨® las riendas de la firma hace casi dos a?os en uno de esos golpes de efecto (medi¨¢tico) tan dados en el grupo LVMH, al que pertenece Loewe. "No hay por qu¨¦ avergonzarse del lujo, sino m¨¢s bien estar orgulloso de ello". Vevers salt¨® de la cool Mulberry al aburguesado Loewe sin perder la sonrisa. "Son diferentes formas de trabajo, y diferentes concepciones de la moda. Lo que me atrajo de Loewe es su sensualidad espa?ola y opulencia". Stuart Vevers opta antes por el rigor de lo sustractivo que por la autoindulgencia. "Voy a centrarme en lo que Loewe sabe hacer bien, el cuero. Quiero que la marca sea conocida internacionalmente por este producto tan bien hecho". La colecci¨®n para Loewe se ajusta sin afanes de ruptura a las convenciones de la marca, pero se acent¨²a el equilibrio entre el profundo conocimiento de los archivos de la casa y las m¨¢s sofisticadas variantes contempor¨¢neas. "No he venido a hacer cambios radicales, sino a empujar un poco m¨¢s los l¨ªmites del dise?o de la marca".
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