Desverg¨¹enza del PP
La noche del pasado domingo, Javier Arenas y Crist¨®bal Montoro cenaron con Alberto N¨²?ez Feij¨®o y Pedro Sanz, presidentes de las comunidades aut¨®nomas de Galicia y de La Rioja. Objetivo declarado: preparar la intervenci¨®n de los presidentes auton¨®micos del PP en la Conferencia de Presidentes que se celebrar¨ªa al d¨ªa siguiente en el Senado. Objetivo inconfeso: dinamitar esa conferencia, por orden del jefe, Mariano Rajoy.
Los andaluces Arenas y Montoro, como vicesecretario de Pol¨ªtica Local y Auton¨®mica y coordinador de Econom¨ªa y Empleo del PP, respectivamente, tienen sobrada experiencia en boicotear este tipo de encuentros.
Montoro dice a todo que no. Arenas sostiene que todo lo que le proponen los socialistas es propaganda, que s¨®lo sirve para pavonearse en una foto. A estos dos dirigentes lo mismo les da un pacto entre presidentes auton¨®micos sobre algo tan urgente y dram¨¢tico como el paro, que el VII Acuerdo de Concertaci¨®n suscrito hace unos d¨ªas por el Gobierno andaluz con empresarios y sindicatos. Un acuerdo que aportar¨¢ 19.000 millones en cuatro a?os para dinamizar la econom¨ªa y combatir el desempleo.
Los presidentes regionales del PP cumplieron el lunes con lo pactado en la cena: rechazar cualquier propuesta de Zapatero. Adem¨¢s, tildaron de propagand¨ªstico el encuentro.
De nada sirvi¨® que Zapatero terminara aceptando nada menos que 16 de las 20 propuestas que llevaba el PP a la cumbre presidencial. Es decir, el PP rechaz¨® apoyar un texto que ellos hab¨ªan redactado nada menos que en un 80% de su contenido porque, dijeron, no tuvieron tiempo de estudiarlo.
Zapatero solo rehus¨® dos cosas: una rebaja del coste del despido y una bajada de impuestos. Todo lo dem¨¢s fue asumido por los socialistas.
Ha quedado claro que a los populares, y de manera muy especial a Rajoy y a Arenas, no les interesa acordar nada con los socialistas. La ¨²nica oportunidad que tienen ambos de seguir en la vida pol¨ªtica y continuar al frente de su partido es ganar las pr¨®ximas elecciones. Rajoy ha perdido ya dos veces, Arenas tres. Una nueva derrota los enviar¨ªa directamente a las listas del Inem o a la jubilaci¨®n.
?Qu¨¦ importa que cuatro millones de parados est¨¦n hoy m¨¢s deprimidos que hace 72 horas? Es posible que un acuerdo el pasado lunes no lograra reducir esa cifra de manera inmediata. Pero es cierto que habr¨ªa infundido esperanza a quienes buscan trabajo y confianza a quienes deben crear empleo, los empresarios.
Pero para estos desesperados l¨ªderes, que ven crecer sus expectativas electorales conforme avanza la crisis, lo que cuenta es su victoria personal en las elecciones pr¨®ximas. Quieren volver al poder a cualquier precio.
Esa voraz ambici¨®n de los populares tiene estos d¨ªas otro ejemplo palpable: Estepona.
Visto desde la perspectiva de la pol¨ªtica nacional, lo de Estepona parece un problema menor. Pero no lo es. No lo es porque estamos ante la quintaesencia del fullerismo pol¨ªtico.
El caso se resume as¨ª: el alcalde socialista David Valadez ha sido imputado por una juez de Estepona por prevaricaci¨®n urban¨ªstica en relaci¨®n con una casa que se construy¨® su ex jefe de gabinete Luciano S¨¢nchez. La denuncia la interpuso un edil que milit¨® en las filas del gilismo, aliado ahora del PP.
Pero hay sobrada documentaci¨®n oficial que prueba que fue precisamente Valadez quien mult¨® con 157.000 euros al infractor y orden¨® la demolici¨®n de la vivienda ilegal, casi cuatro meses antes de que la juez decidiera imputarlo.
Sorprende que esa juez no haya consultado esos documentos. No es ninguna sorpresa, sin embargo, que sobre lo que parece un error judicial el PP haya montado una indigna campa?a contra un alcalde inocente.
El af¨¢n por tomar el poder, en este caso en Estepona, a cualquier precio, produce estas desverg¨¹enzas.
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