Cae uno de los 'narcos' m¨¢s buscados
El Ej¨¦rcito de M¨¦xico mata a tiros al jefe del cartel de Sinaloa y a seis sicarios - La pol¨ªtica del presidente Calder¨®n contra el crimen organizado se ve reforzada
Al capo Beltr¨¢n lo mat¨® una bala de oro. Y no s¨®lo porque entre M¨¦xico y EE UU ofrecieran una recompensa de m¨¢s de cinco millones de d¨®lares (3,5 millones de euros) por Arturo Beltr¨¢n Leyva, tambi¨¦n llamado El jefe de jefes, m¨¢ximo l¨ªder del cartel de Sinaloa y uno de los tres narcotraficantes m¨¢s buscados junto al Chapo Guzm¨¢n y al Mayo Zambada. Tambi¨¦n porque su ca¨ªda, despu¨¦s de un enfrentamiento a tiros con la Marina de M¨¦xico en la ciudad de Cuernavaca (Estado de Morelos), llega justo en el momento en que el presidente Felipe Calder¨®n m¨¢s lo necesitaba.
Su lucha contra el narcotr¨¢fico, principal basti¨®n de su mandato, estaba empezando a ser duramente cuestionada dentro y fuera del pa¨ªs. Por la aparente falta de resultados tras tres a?os de balaceras y m¨¢s de 15.000 muertos. Y tambi¨¦n por los m¨¦todos, a veces poco ortodoxos, que emplea el Ej¨¦rcito desplegado por toda la Rep¨²blica. Pero aquella bala, en el momento justo, result¨® providencial.
Beltr¨¢n Leyva era un maestro en el arte de corromper funcionarios
La noticia de que tal vez uno de los Beltr¨¢n Leyva estuviese siendo cercado en una urbanizaci¨®n de lujo de Cuernavaca lleg¨® al anochecer del mi¨¦rcoles (madrugada de ayer en Espa?a). Pero, tal como se hab¨ªan sucedido los acontecimientos en los ¨²ltimos d¨ªas, fue recibida con escepticismo. Al menos en dos ocasiones, El jefe de jefes, tambi¨¦n conocido como La Muerte, El Barbas o El Botas Blancas, hab¨ªa burlado el cerco al que le ten¨ªan sometido los militares en el Estado de Morelos. La huida m¨¢s sonada fue la del viernes. Aquel d¨ªa, los militares irrumpieron a tiros en una fiesta que se celebraba por todo lo alto en Tepoztl¨¢n, pero s¨®lo encontraron a un plantel muy nutrido de sexoservidoras -as¨ª les llaman aqu¨ª- y a lo m¨¢s granado de la m¨²sica norte?a, incluido el famoso cantante Ram¨®n Ayala y el grupo Los Bravos del Norte. Pero ni rastro de Beltr¨¢n Leyva ni del m¨¢s sanguinario de sus lugartenientes, un tipo llamado ?dgar Valdez y al que apodan La Barbie por la finura de sus facciones.
Aquello ten¨ªa mala pinta. Y no s¨®lo por la operaci¨®n frustrada, sino por el mensaje impl¨ªcito que llevaba escrito. Tras tres a?os de lucha contra el crimen organizado, los jefes del narcotr¨¢fico segu¨ªan movi¨¦ndose a su antojo por el pa¨ªs, organizando fiestas, contratando artistas y prostitutas, teniendo siempre a punto un veh¨ªculo de lujo y una cuadrilla de sicarios para sacarlos del apuro cuando un polic¨ªa corrupto les diera el pitazo de que los federales o el Ej¨¦rcito estaban tras sus huesos.
Porque, adem¨¢s, Arturo Beltr¨¢n Leyva significaba todo lo que el Gobierno de Calder¨®n hab¨ªa decidido poner en el punto de mira. No s¨®lo era un narcotraficante tan feroz que fue capaz de rebelarse contra el m¨ªtico -y a¨²n huido- Chapo Guzm¨¢n, sino que era un maestro en el arte de corromper funcionarios. El jefe de jefes ten¨ªa tantos polic¨ªas y altos funcionarios en n¨®mina que la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (equivalente a la Fiscal¨ªa General del Estado) tuvo que organizar una limpia de proporciones gigantescas.
Beltr¨¢n Leyva no s¨®lo pagaba bien, sino que ten¨ªa un m¨¦todo muy eficaz para avisar de que con ¨¦l no era conveniente meterse: el a?o pasado, sus sicarios mataron en su propia casa del Distrito Federal al oficial ?dgar Mill¨¢n, responsable de un operativo en su contra.
Arturo Beltr¨¢n Leyva hab¨ªa llegado pues a sus 47 a?os sin que nadie le tosiera cerca. Pero el mi¨¦rcoles, en Cuernavaca, la suerte se le torci¨®. El operativo que mont¨® la Marina estuvo a la altura del p¨¢jaro que quer¨ªan cazar. M¨¢s de cien infantes, apoyados por dos helic¨®pteros artillados, rodearon la urbanizaci¨®n de lujo Altitude, metieron a los vecinos en el gimnasio y se fueron acercando hasta el apartamento de El jefe de jefes. Y ah¨ª empez¨® la balacera. Las im¨¢genes difundidas ayer dan una idea de lo dura que vendi¨® el capo su captura. Cientos de impactos de bala, granadazos por doquier, siete criminales muertos -entre ellos el capo-, tres detenidos y otros tantos infantes de Marina heridos.
Uno de ellos muri¨® camino del hospital. En la habitaci¨®n que ocupaba espor¨¢dicamente Beltr¨¢n Leyva qued¨® desparramada la quincalla t¨ªpica de los de su estirpe: ropa de lujo, rifles de alto poder, muchas estampitas de santos y una Biblia en la mesilla de noche. Uno de sus sicarios, que seg¨²n la versi¨®n oficial se suicid¨®, llevaba un rosario anudado al cuello.
Desde Copenhague, el presidente Felipe Calder¨®n celebr¨® el golpe: "Es un logro muy importante". Aunque su procurador general de la Rep¨²blica, Arturo Ch¨¢vez Ch¨¢vez, se tent¨® la ropa: "Es muy posible que se produzca una ola de violencia entre los que aspiran al liderazgo vacante". Sabido es que en las poderosas monarqu¨ªas de la droga, s¨®lo la muerte o la c¨¢rcel aleja del trono. Y que la sucesi¨®n se resuelve a balazos.
![El cad¨¢ver de Beltr¨¢n Leyva, identificado por oficiales de la Marina mexicana, en su apartamento en Cuernavaca (Estado de Morelos).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EMNPSFEE3OODQLWAMJDW772YQY.jpg?auth=4e3b9d9c24ee026b45afcdcd77dd67ca687bc6cdc9c80022fc048be4d2765f38&width=414)
![Un hombre sin identificar es detenido en la operaci¨®n del Ej¨¦rcito contra el cartel de Sinaloa en Cuernavaca.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z7KNV45MBBSBATBA7KS3JPOVUI.jpg?auth=50bbba25dbd0207fbc0c2bf520f9551fe63de5d2b21f14865e70de8e9e81c06e&width=414)
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