La conferencia que dej¨® en la calle a la sociedad civil

En la Cumbre del Clima de Copenhague ya no queda gente disfrazada, hace dos d¨ªas que no se escuchan cantos y en la sala de observadores s¨®lo se ven mesas vac¨ªas. De las cerca de 21.000 personas acreditadas como parte de la sociedad civil, ayer viernes s¨®lo se hab¨ªa dejado entrar a 300. Al margen de lo que ocurra en la mesa de negociaciones en las pr¨®ximas horas, esta conferencia clim¨¢tica ha quedado marcada por ser aquella en la que Naciones Unidas dej¨® en la calle a miles de activistas y voluntarios de las organizaciones no gubernamentales.

"Me impacta mucho el silencio que hay en esta cumbre, falta la emoci¨®n que ponen las ONG", comenta Yolanda Kakabadse, nueva presidenta de WWF Internacional y responsable de la participaci¨®n civil en la hist¨®rica Cumbre de la Tierra de R¨ªo de Janeiro. "En 1992 establecimos los procedimientos para todo Naciones Unidas y en todas las conferencias se tiene que acreditar y dar espacio a la sociedad civil. Aqu¨ª la frustraci¨®n es que se ha dado la acreditaci¨®n a gente que despu¨¦s no se ha dejado entrar", lamenta la ecologista.

La frustraci¨®n fue acreditar a tanta gente que viaj¨® y no pudo entrar

Bov¨¦: "Dicen que es por seguridad, pero ha sido una decisi¨®n pol¨ªtica"

El director espa?ol de Greenpeace, ante el juez por colarse en la cena de gala

De Boer recuerda que el G-8 se re¨²ne en ciudades militarizadas

El centro de conferencias de Copenhague, el Bella Center, ha resultado demasiado peque?o para las cerca de 46.000 personas acreditadas, y la soluci¨®n adoptada por Naciones Unidas fue dejar fuera a los observadores. Los m¨¢s activos siguen protestando en la calle bajo la nieve o en las paradas de metro de camino hacia la cumbre. "Es injusto tener ah¨ª fuera a gente pasando fr¨ªo, de qu¨¦ ha valido su viaje hasta aqu¨ª", se pregunta Kakabadse, que dirige sus cr¨ªticas "tanto hacia Dinamarca, como hacia Naciones Unidas".

Desde hace dos d¨ªas, el sindicalista Joaqu¨ªn Nieto es el ¨²nico espa?ol que queda en la cumbre con una acreditaci¨®n del color amarillo de los observadores colgada del cuello. "Lo que ha sucedido en Copenhague es muy grave, porque ha significado la exclusi¨®n de la sociedad", asegura el presidente de honor de la Fundaci¨®n Sustainlabour y representante aqu¨ª de los sindicatos del pa¨ªs. "La agenda clim¨¢tica no habr¨ªa sido posible sin la sociedad civil, primero con las organizaciones ecologistas y despu¨¦s con grupos de ind¨ªgenas, sindicatos o mujeres".

Nieto ha seguido todas las cumbres del clima desde la primera de 1995 de Bonn hasta ¨¦sta de Copenhague, la n¨²mero 15. "Esto no se parece en casi nada a cualquiera de las otras cumbres cuando llegaban los ¨²ltimos d¨ªas de negociaci¨®n, la sociedad civil ha sido siempre un vector muy importante para presionar hacia el acuerdo", comenta el espa?ol. "Lo que necesitamos no es paternalismo, sino unas reglas de di¨¢logo claras; un reconocimiento de nuestra representatividad y que se escuchen nuestras demandas".

El director ejecutivo de Greenpeace Espa?a, Juan L¨®pez de Uralde, fue uno de los que tuvo que salir de esta Cumbre del Clima. Hab¨ªa venido hasta la capital danesa acreditado y se encontr¨® de pronto fuera de la conferencia. Seg¨²n inform¨® Greenpeace Internacional, ayer por la tarde iba a ser llevado ante un juez despu¨¦s de ser detenido por intentar colarse en la cena de gala ofrecida la noche del jueves a los jefes de Estado. El dirigente espa?ol fue detenido por los servicios de seguridad cuando mostraba una pancarta de Greenpeace con el lema Los pol¨ªticos hablan, los l¨ªderes act¨²an.

"Dicen que es por seguridad, pero la verdad es que se trata de una cuesti¨®n pol¨ªtica. No quieren que haya aqu¨ª gente que sepa de cambio clim¨¢tico", bramaba hace unos d¨ªas Jos¨¦ Bov¨¦, el eurodiputado y l¨ªder antiglobalizaci¨®n franc¨¦s, enfadado despu¨¦s de que se retuviera durante varias horas a un grupo de la organizaci¨®n Friends of the Earth (Amigos de la Tierra) a la que se hab¨ªa retirado la acreditaci¨®n sin dar explicaciones. "Mi idea es que esa exclusi¨®n no ha sido un fen¨®meno espont¨¢neo, sino que alguien est¨¢ pensando en cambiar las reglas porque no quieren encontrarse con esta presi¨®n de la sociedad civil en estas conferencias", comentaba tambi¨¦n Nieto.

Ha sido el propio Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convenci¨®n sobre Cambio Clim¨¢tico de Naciones Unidas, el que ha asumido la culpa del caos en las puertas de esta conferencia clim¨¢tica. No obstante, en una de sus comparecencias, el m¨¢ximo representante de la Convenci¨®n tambi¨¦n mostraba su disgusto con los activistas. "Hemos tenido un n¨²mero de incidentes dentro, la gente interrumpiendo negociaciones m¨¢s all¨¢ de lo que hemos visto nunca. No s¨¦ cu¨¢ntos han visto el G-8 o un Consejo Europeo, donde las ciudades enteras est¨¢n bloqueadas y tomadas por el Ej¨¦rcito. Los incidentes ponen a prueba mi voluntad de seguir as¨ª".

Otro que tambi¨¦n se mostraba cr¨ªtico con la salida de los observadores y de los pocos con acreditaci¨®n amarilla que quedan por aqu¨ª era Antonio Hill, experto en Cambio Clim¨¢tico de Interm¨®n Oxfam: "Si dependemos s¨®lo de los medios esto se va a convertir en un G-8 opaco".