Derechos de autor

Yo soy uno de esos digamos "productores de contenidos culturales" y no cobro derechos porque no creo en ellos. O mejor dicho, no creo en los se?ores que me obligan a gestionar mis derechos con ellos como intermediarios. Me niego a tener intermediarios que hacen y deshacen a su antojo. Quiero que me paguen mi trabajo cuando lo hago y punto, y que me lo paguen dignamente. No quiero cobrar el resto de mis d¨ªas por ese trabajo ni quiero que mis hijos vivan de ¨¦l cuando yo muera.

Tengo muy claro que el mercado cultural da para pagar a la gente dignamente por su trabajo, y al mismo tiempo tambi¨¦n da para que los precios de los productos sean baratos, es decir, da para que estemos todos contentos: el p¨²blico y los trabajadores de la cultura. Pero no da para cobrar 25 euros por una pel¨ªcula o por un disco y que luego ese dinero se lo repartan cuatro listos que se gastan en un vuelo en primera lo que una persona normal gasta en un a?o de su vida. Para eso no da. Y por eso est¨¢n las cosas como est¨¢n. Porque la gente no est¨¢ ya dispuesta a pagar el sobrecoste de una industria abusona y mal acostumbrada.

As¨ª que, se?ores de las discogr¨¢ficas, grandes productoras, esgaes varias, m¨²sicos de alcurnia y dem¨¢s supuestos damnificados por la llamada pirater¨ªa en Internet, acost¨²mbrense a vivir m¨¢s apreta¨ªtos, con menos lujos, y ya est¨¢, como tantos otros currantes. Asuman que las cosas han cambiado y que se ha acabado el chollo. Paguen a la gente dignamente por su trabajo, olv¨ªdense de una vez de los sueldos de estrella y cobren al p¨²blico un precio ajustado y razonable por los productos culturales.