"No soy una persona, soy un arma"
Un religioso fan¨¢tico y sus ac¨®litos lideran a los secuestradores de los tres cooperantes
La suerte de los tres cooperantes secuestrados en Mauritania por Al Qaeda del Magreb depende de un solo hombre: Abderram¨¢n, Ab¨² Hannas, conocido como el juez del desierto, un l¨ªder religioso iluminado y fan¨¢tico que termina sus soflamas pidiendo morir por la yihad. Decenas de sus ac¨®litos penan en la c¨¢rcel-fortaleza mauritana de Lahsar, donde mantienen vivo su fanatismo. "No soy una persona, soy un arma" dice uno de sus dirigentes encarcelados.
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