El PSC impone la disciplina de voto para frenar la abolici¨®n de los toros

El de la prohibici¨®n de las corridas de toros amenaza con convertirse en el debate m¨¢s enconado del final de la legislatura catalana, con permiso del Tribunal Constitucional. Y cojos en las encuestas, los socialistas han decidido acabar con la ambigua posici¨®n adoptada hasta ahora. El presidente de la Generalitat y, por extensi¨®n, el PSC no quieren aparecer en la foto final como los responsables de la prohibici¨®n de los festejos. La direcci¨®n del partido ha dado a sus diputados ¨®rdenes de intentar suavizar la prohibici¨®n en el tr¨¢mite parlamentario y, para dar imagen de unidad, retirar¨¢ a sus representantes la libertad de voto de que gozaron en el debate de la semana pasada.

Los socialistas presentar¨¢n enmiendas para rebajar los objetivos de la iniciativa legislativa popular que, avalada por 180.000 firmas, pide que se acabe con las corridas. Si las enmiendas no salen adelante, el PSC votar¨¢ en contra de la ILP. Ello dejar¨ªa la eventual prohibici¨®n de los festejos exclusivamente en manos de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Ha llegado la hora de que los partidos "se mojen", dijo ayer el viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta. En opini¨®n del dirigente socialista, la libertad de voto es factible cuando se trata de aceptar o rechazar la tramitaci¨®n de una iniciativa que no estaba en el progama electoral del partido, pero no para aceptar o rechazar las enmiendas que el partido decida presentar a partir de ahora.

Converg¨¨ncia dejar¨¢ que sus representantes voten con libertad

?Qu¨¦ busca el PSC? El partido todav¨ªa no ha redactado las enmiendas a la ILP -lo har¨¢ a partir de enero-, pero defiende que existe una posici¨®n intermedia entre prohibici¨®n y mantenimiento de las corridas. "Quiz¨¢ se podr¨ªa introducir alg¨²n tipo de gradualidad para no prohibir de entrada", explican fuentes de la direcci¨®n del partido, que a?aden que tambi¨¦n podr¨ªan hacerse corridas sin muerte del animal, como en Portugal.

Iceta insisti¨® ayer, tras la reuni¨®n de la ejecutiva del partido, en que abogar¨¢n por el "consenso". Tambi¨¦n dijo que velar¨¢n por que el debate, que comenzar¨¢ en enero en una comisi¨®n parlamentaria, no se haga en t¨¦rminos "identitarios", sino abordando los derechos de los animales.

La cuadratura del c¨ªrculo es complicada. Y es que la prohibici¨®n podr¨ªa salir adelante incluso con el voto contrario y en bloque de los diputados del PSC. Sus 37 representantes en el Parlament, junto a los 14 del PP y a los 3 de Ciutadans, resultar¨ªan insuficientes si ERC, con 21, e Iniciativa-Esquerra Unida, con 12, lograsen el apoyo en bloque de los 48 de CiU. En este caso, la prohibici¨®n ganar¨ªa por 81 votos a 54.

Las asociaciones pro taurinas trabajan ahora para convencer a l CiU de que, si acepta la prohibici¨®n de las corridas, se abrir¨ªa la puerta tambi¨¦n para abolici¨®n de los encierros en el Ebro, donde los nacionalistas tienen muchas alcald¨ªas. No es casualidad, pues, que de los diputados nacionalistas que la semana pasada votaron contra la prohibici¨®n, una decena procedan del Ebro. CiU les mantendr¨¢ la libertad de voto. Los nacionalistas aprovechar¨¢n el debate para desgastar al Gobierno por la divisi¨®n de sus socios en este asunto.

Pero adem¨¢s de la cuesti¨®n taurina, ayer afloraron nuevas tensiones en el tripartito. Por una parte, el PSC pidi¨® tiempo para aprobar la nueva ley de veguer¨ªas y del ¨¢rea metropolitana de Barcelona, despu¨¦s de que varios de sus alcaldes rechazaran la propuesta del consejero de Gobernaci¨®n, Jordi Aus¨¤s. ?ste mantiene que quiere aprobar la ley el 5 de enero, mientras que el PSC pide que no se apruebe hasta que tenga garantizados todos los apoyos. Fuentes de Presidencia dejaron claro ayer que el orden del d¨ªa de las reuniones del Gobierno lo decide el presidente. Esquerra tambi¨¦n tens¨® la cuerda al desmarcarse del consejero de Pol¨ªtica Territorial, Joaquim Nadal, sobre la gesti¨®n del aeropuerto de El Prat. Los republicanos exigir¨¢n que en el nuevo consorcio la Generalitat tenga una posici¨®n mayoritaria, y no s¨®lo "determinante" para decidir los asuntos m¨¢s importantes como defiende el Gobierno.