Salen las cuentas

El Gobierno ha conseguido aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2010. Con un inesperado y hasta cierto punto parad¨®jico a?adido: son los que m¨¢s apoyo parlamentario han recibido de los seis que ha presentado Rodr¨ªguez Zapatero desde su llegada a La Moncloa. Para alcanzar este resultado ha necesitado resolver a su favor alrededor de 700 votaciones, 500 en el Congreso y cerca de 200 en el Senado. Es decir, la geometr¨ªa variable en las alianzas parlamentarias por la que opt¨® el partido socialista al inicio de la actual legislatura ha funcionado. Y, adem¨¢s, lo ha hecho en unos momentos particularmente dif¨ªciles, por la severidad de la crisis y por el creciente desgaste del Ejecutivo y su presidente.

Probablemente la causa que mejor explica este resultado es que los aliados potenciales del Gobierno entendieron desde el principio que no dispon¨ªan de excesivo margen para plantear compensaciones a cambio de votos, seg¨²n hab¨ªa ocurrido en Presupuestos anteriores. Ni lo permit¨ªa la situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas, castigadas por el aumento del desempleo y la ca¨ªda de los ingresos provocada por la desaceleraci¨®n de la actividad econ¨®mica, ni hubiera sido una actitud compatible con el rigor y la austeridad que reclaman todas las fuerzas parlamentarias. Al moderarse las exigencias de sus potenciales aliados, el Gabinete ha tenido menos dificultades para alcanzar acuerdos y, al final, s¨®lo el Partido Popular ha votado en contra de las cuentas para 2010. CiU, por su parte, no ha podido traducir en un voto negativo su declarada oposici¨®n frontal.

La amplitud del apoyo a los pr¨®ximos Presupuestos acrecienta, sin duda, el margen de maniobra del Gobierno. Pero el principal desaf¨ªo al que se enfrenta no es la aritm¨¦tica parlamentaria, que hasta ahora siempre ha logrado cuadrar con mayores o menores dificultades, sino la evoluci¨®n de la econom¨ªa y, en particular, del empleo. Si se cumplen los pron¨®sticos m¨¢s pesimistas acerca del retraso con el que Espa?a dejar¨¢ atr¨¢s la crisis, el hecho de que estas cuentas para 2010 hayan salido de las C¨¢maras con un respaldo mayor que otros Presupuestos caer¨¢ pronto en el olvido. Con el agravante de que el derroche propagand¨ªstico en la Ley de Econom¨ªa Sostenible se puede volver contra la credibilidad del Ejecutivo si los ciudadanos no empiezan a percibir una mejora de la situaci¨®n.

El amplio respaldo a los Presupuestos de 2010 supone un refuerzo de la posici¨®n de Elena Salgado, que hasta este verano tuvo que transigir con los anuncios de improvisadas iniciativas fiscales realizados por otros miembros del Gabinete, actuando como espont¨¢neos con o sin el apoyo de Zapatero. Pero, adem¨¢s de aprobar unas cuentas p¨²blicas, hay que gestionarlas. Y es aqu¨ª donde la vicepresidenta econ¨®mica tiene que disponer de todos los resortes, sin las interferencias y los anuncios sorpresa que han sido moneda corriente para La Moncloa.