La Biblioteca Nacional saca su fondo de armario
'Tesoros al descubierto' muestra la riqueza de sus colecciones
La Biblioteca Nacional ha realizado una interesante operaci¨®n de introspecci¨®n en sus archivos y, tras seleccionar entre sus fondos algunos de los m¨¢s variados y singulares, los expone a la vista del p¨²blico hasta el pr¨®ximo 21 de febrero en su sala hip¨®stila. Bajo el t¨ªtulo Tesoros al descubierto: adquisiciones patrimoniales, la muestra es un compendio de objetos de gran valor cultural, impresos, manuscritos, grabados, dibujos, carteles, cartograf¨ªas, audiovisuales y partituras musicales, que dan fe de la riqueza documental acopiada por la principal biblioteca del Estado.
Tal compilaci¨®n procede de adquisiciones, as¨ª como de donaciones de instituciones o bien de particulares. Por ello, recorrer las vitrinas que enmarcan este excelente y variopinto repertorio resulta ser para el visitante una cadena de sorpresas. Jerarquizar la calidad est¨¦tica, hist¨®rica o art¨ªstica de los objetos mostrados es pues una misi¨®n sobremanera dif¨ªcil. ?Por d¨®nde comenzar?
Quiz¨¢ lo m¨¢s eficaz sea referirse en primer lugar a un grabado que representa a Erasmo de Rotterdam, el humanista, cuyo amigo Alberto Durero lo inmortaliz¨® en la pieza que aqu¨ª se expone. Data de 1526. La exposici¨®n no sigue, empero, un gui¨®n cronol¨®gico, porque de as¨ª serlo, un incunable escrito con caracteres hebreos en H¨ªjar (Teruel), antes de 1500, debiera ocupar la posici¨®n de salida. De esta suerte, cerca de unos interesant¨ªsimos naipes toledanos de 1584, que ya entonces mostraban la misma disposici¨®n de iconos de la baraja actual, el visitante puede contemplar una postal mexicana enviada por el escritor Juan Rulfo a una dama amiga suya o bien un relato de la Vida de Cristo, del eximio editor renacentista Jacobo de Cromberger o la narraci¨®n de la llegada a Madrid en marzo de 1623 del pr¨ªncipe de Gales para su casamiento con la infanta Mar¨ªa, hija de Felipe IV.
Junto a esta cr¨®nica paleoperiod¨ªstica cabe ver una felicitaci¨®n navide?a dibujada por Rafael Alberti como socarr¨®n felicitador. De un amigo de Alberti, precisamente, se encuentra apenas a unos metros de distancia un testimonio de alto valor literario: el poema manuscrito Crucifixi¨®n, de Federico Garc¨ªa Lorca, enviado en 1929 a su amigo Miguel Ben¨ªtez y que, en principio, iba a ir incluido en la edici¨®n de Poeta en Nueva York del vate granadino. Pero no pudo ser. El texto, del que ¨²nicamente exist¨ªa el original enviado por Lorca a Ben¨ªtez, se extravi¨® y qued¨® oculto en un ejemplar del Romancero gitano. La Biblioteca Nacional ha rescatado el manuscrito y su contemplaci¨®n procura la satisfacci¨®n y la sorpresa de lo ins¨®lito recobrado.
Con la placentera sensaci¨®n de la transversalidad, lejos de los ejes cronol¨®gicos, la exposici¨®n prosigue mostrando joyas como dibujos de una belleza excelsa como una Cabeza del profeta Eliseo, de Francisco Bayeu, que data de 1781 u otra atribuida a Herrera el Viejo.
La exposici¨®n se completa con partituras musicales procedentes del fondo musical de la biblioteca, como un Tratado de viol¨ªn, de Lepoldo Mozart, padre de Wolfgang Amadeo, o una obra menor, pero surgida en 1816 por la mano de Ludwig van Beethoven dedicada al general Wellington y a su triunfo en la batalla de Vitoria contra las tropas de Napole¨®n Bonaparte.
Tesoros al descubierto: adquisiciones patrimoniales de la Biblioteca Nacional. Martes a s¨¢bados, de 10.00 a 21.00. Domingos y festivos de 10.00 a 14.00. Entrada gratuita. Biblioteca Nacional. Paseo de Recoletos, 20.
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