Pedro ya golea como Rivaldo

"Si fuera brasile?o, le llamar¨ªan Pedrinho y no tendr¨ªamos dinero para ficharle", dijo Pep Guardiola cuando a Pedro Rodr¨ªguez Ledesma a¨²n le llamaban Pedrito. La historia de Pedro sirve para poner cara a otra historia, la de un Bar?a que de la mano de Guardiola lo ha ganado todo en 2009. La historia de Pedro y Guardiola van de la mano porque juntos empezaron a andar en 2007 y nadie ha sido capaz de pararlos.

Nacido en Santa Cruz de Tenerife el 28 de julio de 1987, a Pedro se le recuerda llorando en la puerta de su casa, en la calle La Baja de Abades, porque su hermano, Jonatan, no le dejaba participar en sus partidos callejeros. "Ten¨ªa seis a?os y ellos casi 18. Me dec¨ªan que pod¨ªan hacerme da?o y yo me enfadaba", dice Pedro. As¨ª que se marchaba solito, con su pelota bajo al brazo, a ensayar controles, remates y regates en el polideportivo cercano mientras so?aba que era Rivaldo porque, de cr¨ªo, siempre fue del Bar?a. "La culpa es de mi hermano y de mi madre", explica Pedro, a quien en el verano de 2004 se le ilumin¨® el mundo cuando Josep Colomer, responsable de La Mas¨ªa entre 2003 y 2005 y despedido por Joan Laporta por su vinculaci¨®n a Sandro Rosell, le vio jugar en un torneo en Adejo y le ofreci¨® fichar por el Bar?a. "El tren pasa una vez en la vida. Si quieres ser futbolista, vete", le dijo la madre.

La intervenci¨®n del t¨¦cnico evit¨® que el Bar?a diera de baja al extremo

Tres a?os despu¨¦s, cuando Guardiola lleg¨® al Miniestadi para dirigir al filial, entre los informes que recibi¨® estaba el de un tal Pedrito al que el club pretend¨ªa dar de baja. "Si juega de extremo, quiero verle", pidi¨® Guardiola, convencido de que tipos h¨¢biles que jueguen por la banda no abundan. Y Pedro se qued¨®. Meses despu¨¦s, el viernes 13 de enero de 2008, a Guardiola le lleg¨® un mensaje de Frank Rijkaard. "Ezquerro est¨¢ lesionado. Necesitamos un punta". No se lo pens¨®: "Pedrito, coge las botas y el DNI y ma?ana a las cuatro, en el Camp Nou", le dijo al chaval, que al d¨ªa siguiente debut¨® en el primer equipo. Cuando le toc¨® ocupar el vestuario, Guardiola no se olvid¨® de Pedro, que jug¨® la previa de la Champions y fue titular ante el Numancia, en Soria, el d¨ªa que empez¨® una historia incre¨ªble.

Pedrito se pas¨® el curso 2008- 2009 subiendo y bajando del primer equipo (14 partidos, ning¨²n gol) al filial (36 goles). "Cada vez que le dejaba fuera de la lista me sent¨ªa mal porque me parec¨ªa injusto. Pero ¨¦l bajaba al filial, jugaba bien, met¨ªa un gol y el lunes volv¨ªa con la sonrisa en la cara", cuenta Guardiola sobre una de sus debilidades.

Pedro ha dejado de ser un jugador de complemento para convertirse en desequilibrante en la segunda mitad de 2009. Nadie dir¨ªa que le costaba meter goles tras ser el ¨²nico que ha marcado en las seis competiciones anuales. Ya lleva 12 tantos, los mismos que Ibrahimovic, y algunos tan decisivos como los que decidieron las Supercopas de Espa?a y Europa o ayudaron a ganar el Mundial de Clubes. A veces, los sue?os m¨¢s humildes se hacen realidad.