Con los nuestros en Afganist¨¢n

La ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, acaba de visitar a las tropas espa?olas que suman 1.068 efectivos, desplegados en Afganist¨¢n en el marco de la OTAN en Kabul, Herat y Qala-i-Naw dentro de una Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganist¨¢n (ISAF). La ministra les llev¨® a todos la felicitaci¨®n en estas fiestas que viven alejados de su pa¨ªs y de sus familias, les manifest¨® el reconocimiento, el respeto y el afecto de sus compatriotas y en particular de su majestad el Rey. Era una visita debida a quienes se encuentran all¨ª a las ¨®rdenes del Gobierno. Porque el ejercicio del mando debe ser especialmente cuidadoso sobre todo cuando quien lo ejerce sabe que va a ser obedecido. Por eso es b¨¢sico que los nuestros en Afganist¨¢n sientan el pleno respaldo de la ciudadan¨ªa al completo de su propio pa¨ªs, por mucho que sea leg¨ªtimo, como ha dicho la titular de Defensa, que los espa?oles se pregunten qu¨¦ hace Espa?a en Afganist¨¢n. De manera que la adopci¨®n de posiciones diversas por parte de los grupos parlamentarios de diferente coloraci¨®n en torno a ese despliegue, a la dimensi¨®n del contingente y al plazo en que deba mantenerse, para nada ha de mermar el pleno apoyo sin fisuras a quienes est¨¢n all¨ª en cumplimiento de ¨®rdenes recibidas del Gobierno que leg¨ªtimamente puede d¨¢rselas.

Afganist¨¢n es la misi¨®n que m¨¢s vidas ha costado, 88, adem¨¢s de la de un int¨¦rprete afgano

Tampoco cabe en absoluto que nos desentendamos de su suerte por el hecho de que el alistamiento en las Fuerzas Armadas haya dejado de ser obligatorio tras la supresi¨®n del servicio militar y ahora el reclutamiento de sus efectivos sea por completo voluntario, de forma que nuestros Ej¨¦rcitos son por completo profesionales. Carme Chac¨®n ha reiterado en su visita lo mismo que dijo al comparecer ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso de los Diputados el pasado 17 de diciembre: que la de Afganist¨¢n es la misi¨®n m¨¢s dura, m¨¢s compleja y m¨¢s arriesgada del medio centenar en las que han participado m¨¢s de 100.000 militares espa?oles a lo largo de estos 21 a?os de operaciones internacionales. Y la que m¨¢s vidas ha costado. Porque su n¨²mero, tras la muerte en un ataque terrorista del cabo Cristo Cabello Santana el pasado 8 de noviembre, se eleva ya a 88, cifra a la que debe a?adirse la p¨¦rdida de un int¨¦rprete afgano.

De nuestra presencia en Afganist¨¢n, iniciada hace ocho a?os con la autorizaci¨®n del Gobierno presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para que nuestras fuerzas armadas participaran en ISAF, puede trazarse un balance voluntarista de las contribuciones realizadas pero el contraste de las cifras es contundente: desde la Conferencia de Donantes de Londres de 2006 Espa?a ha comprometido hasta el a?o 2012 un total de 210 millones para la reconstrucci¨®n y el desarrollo, mientras que han sido m¨¢s de 1.550 millones de euros lo que suma el coste de nuestra participaci¨®n en ISAF, de ellos, unos 365 millones correspondientes a este ejercicio.

La situaci¨®n sobre el terreno ha registrado a lo largo del a?o que acaba un repunte de la violencia en forma de atentados terroristas y de acciones de hostigamiento. Pero ya desde mediados de 2008 la posici¨®n espa?ola era muy cr¨ªtica a prop¨®sito de la descoordinaci¨®n entre las dos misiones que coexisten en Afganist¨¢n: ISAF y la norteamericana de car¨¢cter ofensivo denominada Libertad Duradera. Ahora todas las esperanzas se concentran en la Nueva Estrategia de afganizaci¨®n formulada por el general McChrystal, comandante en jefe de las fuerzas all¨ª presentes, que solicita 40.000 efectivos m¨¢s para poder iniciar antes la retirada. El presidente Obama ya ha comprometido 30.000 y los otros 10.000 se asignar¨¢n en la Conferencia Internacional sobre Afganist¨¢n, a celebrar el 28 de enero en Londres. Cabe pronosticar que el aporte espa?ol ser¨¢ suficiente para quedar bien considerados en un momento tan relevante en que estaremos ejerciendo la presidencia de la UE y prepar¨¢ndonos para recibir a Obama en Madrid.

Otra cosa es que, como ha escrito Andrew J. Bacevich en la ¨²ltima edici¨®n de Harper's, esta sea the war we can't win. Que Afganist¨¢n, en absoluto posea nada que requiera Estados Unidos y que pueda justificar tan generosa atenci¨®n. Esta es una cuesti¨®n que nadie se plantea en Washington porque sencillamente la importancia de Afganist¨¢n es asumida sin m¨¢s, cuando un sentido de realismo y de proporci¨®n obligar¨ªa a una aproximaci¨®n minimalista. Porque sostiene Bacevich que el tiempo juega a nuestro favor y en contra de quienes quieren volver al siglo XV y que el ethos del consumo y de la autonom¨ªa individual, que privilegia el aqu¨ª y ahora sobre la eternidad, acabar¨¢ contagiando al mundo musulm¨¢n como lo est¨¢ haciendo con el este de Asia y lo hizo ya con la cristiandad.