"No se puede jugar a boxear"
El montaje 'Urtain' convierte el Arriaga en un cuadril¨¢tero - Roberto ?lamo protagoniza el ascenso y la ca¨ªda del p¨²gil de Zestoa
El escenario del Teatro Arriaga, convertido en un ring, acoge hasta ma?ana el ascenso y la ca¨ªda -literal- de Jos¨¦ Manuel Ibar, Urtain. A partir de la biograf¨ªa del p¨²gil de Zestoa, primero figura del boxeo y despu¨¦s juguete roto, la compa?¨ªa de teatro Animalario y el Centro Dram¨¢tico Nacional han construido un retrato sin concesiones de la Espa?a gris y casposa del franquismo. Roberto ?lamo (Madrid, 1970), metido, tras un duro entrenamiento f¨ªsico y mental, en la piel del morrosko de Zestoa dice haber encontrado a parte de Urtain s¨ª mismo: "Ibar era un ser humano con infinitos conflictos, como todos nosotros. En ¨¦l se acentuaron porque se le utiliz¨® como un s¨ªmbolo de algo".
Urtain, contin¨²a ?lamo, "era una bandera de lo que le interesaba en aquel momento al sistema: dureza, virilidad, una Espa?a con dos cojones...". Un harrijasotzaile, sacado del caser¨ªo familiar y lanzado al mundo del boxeo, la fama, el dinero y las mujeres. Lleg¨® a ser campe¨®n de Europa, pero, seg¨²n el relato que ?lamo se ha compuesto a partir de la documentaci¨®n y las entrevistas con personas que trataron a Urtain, "no tuvo nadie al lado que le dijera 'cuidado". Acab¨® de portero de discoteca y se dio a la bebida. "Cuando dej¨® de dar dinero y de interesar al r¨¦gimen, le dieron de lado".
"Se le convirti¨® en una bandera de lo que interesaba: una Espa?a con dos cojones"
"Urtain es un ejemplo de lo que no se debe hacer con un ser humano"
Por el escenario-ring desfilan, junto al boxeador, personajes reales como Gila, Raphael o el tambi¨¦n p¨²gil Pedro Carrasco. "Con muy pocas pinceladas, personajes de la ¨¦poca, m¨²sica, iluminaci¨®n... el espectador se mete en el aroma de la Espa?a de esa ¨¦poca.
Urtain es, en esencia, la historia recurrente del joven con talento utilizado y dejado despu¨¦s en la cuneta. En ese sentido, ?lamo le ve un trasfondo actual. "Hoy en d¨ªa sigue pasando; todos conocemos casos". Pero, al menos, los deportistas actuales est¨¢n mejor asesorados. "Nadal, Alonso, la selecci¨®n de f¨²tbol suponen algo parecido a lo que fue Urtain, pero est¨¢n rodeados de gente que trabaja para ellos. Eso, hace 30 a?os no exist¨ªa", explica el int¨¦rprete. La clave para digerir la fama, en su opini¨®n, es tener una base cultural. Y eso, a Urtain, le falt¨®.
La obra tambi¨¦n habla del miedo y de la violencia de una Espa?a rancia a la que muchos le ponen como fecha de defunci¨®n 1992. Ese mismo a?o, d¨ªas antes del comienzo de las olimpiadas de Barcelona, Urtain se suicid¨® saltando desde el d¨¦cimo piso donde viv¨ªa en Madrid. "Urtain es un homenaje al ser humano pero, sobre todo, un ejemplo de lo que no se debe hacer con un ser humano", concluye ?lamo.
Las historias de fracasos abundan en el boxeo, seg¨²n explica ?lamo. Eso es lo que convierte a este deporte en un material dram¨¢tico escepcional y "po¨¦tico", en casos como el de Urtain: "Se habla de jugar al f¨²tbol o al baloncesto, pero no se puede jugar a boxear".
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