El libro digital gana el primer asalto
Los libreros defienden el punto de venta tradicional ante el desembarco electr¨®nico - Dan Brown vende en Amazon 120 copias electr¨®nicas por cada 100 en papel
"Virgencita, Virgencita, / nuestra se?ora lectora, / l¨ªbranos de todo mal, / haznos llegar a la hora / con el libro digital". ?stos son cuatro de los versos con los que ha felicitado la Navidad la editorial Edhasa. Impresos al dorso de una Virgen kitsch con un libro en las manos, resumen el estado de ¨¢nimo de la industria espa?ola del libro respecto al futuro digital. En 2009 nadie quer¨ªa dar el primer paso. En 2010 nadie quiere llegar tarde. Las editoriales, muy cautas al principio, han pasado a la acci¨®n. Sus nervios los han heredado los libreros, que temen quedar al margen de un negocio que facilita la distribuci¨®n sin intermediarios. Los editores, no obstante, cuentan con ellos.
"La adaptaci¨®n de los libreros ser¨¢ casi una reconversi¨®n", dicen en su gremio
Alfredo Quir¨®s: "Los miedos de ahora ya los vivimos con el bolsillo"
Ignacio Latasa: "Sin textos en espa?ol no habr¨¢ boom del e-book"
La platforma de Planeta, Mondadori y Santillana lanzar¨¢ m¨¢s de 5.000 t¨ªtulos
Es dif¨ªcil que una mariposa desate desde Nueva York un cicl¨®n editorial en Madrid, pero hitos no faltan en Estados Unidos. Uno: por cada 100 ejemplares del ¨²ltimo libro de Dan Brown vendidos en papel en Amazon se han descargado 120 en versi¨®n electr¨®nica. Dos: el pasado d¨ªa 25, la misma empresa dijo haber vendido m¨¢s libros en versi¨®n electr¨®nica que en versi¨®n tradicional.
Hasta hoy, la realidad digital espa?ola ha sido una serpiente que se muerde la cola. En un coloquio, Ignacio Latasa, socio tecnol¨®gico de la agente Carmen Balcells en el portal Leer-e, lo resumi¨® as¨ª: "En Espa?a no habr¨¢ boom del libro digital mientras no haya textos en espa?ol para alimentar los e-books. Para vender un coche tienes que exponer 200". El a?o 2010 ser¨¢ un a?o clave. Entre abril y mayo, la plataforma digital creada conjuntamente por los tres gigantes de la edici¨®n espa?ola -Planeta, Random House Mondadori y Santillana- pondr¨¢ al alcance de los lectores entre 5.000 y 7.000 t¨ªtulos, cerca de un tercio de sus cat¨¢logos. Sellos como Anagrama o Tusquets tambi¨¦n han sido invitados a unirse a la traves¨ªa. "Daremos una respuesta ordenada pero masiva a los usuarios para evitar que tengan que recurrir a la pirater¨ªa", dice Francisco Cuadrado director de ediciones generales de Santillana. "Hay un mercado legal de contenidos de pago que funciona. Ah¨ª est¨¢ iTunes para la m¨²sica".
Cuenta Cuadrado que la plataforma reci¨¦n creada, todav¨ªa sin nombre, no vender¨¢ directamente sus libros. "Tampoco lo hacemos en la web de Santillana con nuestros libros de papel. Apostamos por los libreros. Les ofreceremos la tecnolog¨ªa necesaria para atender la secci¨®n on line de sus librer¨ªas. Ellos deben llevar a la Red el p¨²blico que tienen asegurado en la tienda". Contra lo que ocurre en Inglaterra o Francia, en Espa?a son raras las editoriales que venden sus libros de papel desde sus webs. Nadie quiere hipotecar un presente tangible a un futuro incierto.
Seg¨²n la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, en 2008 las librer¨ªas facturaron 3.000 millones de euros, el triple que cadenas como El Corte Ingl¨¦s, la Fnac o la Casa del Libro. La venta por Internet factur¨® s¨®lo 20 millones, cuatro menos a¨²n que en 2004. De ah¨ª que los libreros hagan valer su poder en la estad¨ªstica y traten de disuadir a cuantos editores se plantean vender sus libros en la Red o sumarse, en el caso de los sellos m¨¢s peque?os, a alguna de las plataformas digitales. Muchos echan el freno ante el temor de que los libros en papel, la parte grande de su negocio, paguen el pato digital si pierden el favor de las librer¨ªas.
Cuando la editorial andaluza El Olivo Azul decidi¨® abrir su tienda digital, le cay¨® todo un chaparr¨®n de quejas. Para los libreros, su "traspi¨¦s" fue la presentaci¨®n del nuevo servicio. Una forma de comprar sus libros "m¨¢s eficiente, m¨¢s f¨¢cil y de una forma totalmente segura para el comprador", dec¨ªa esa presentaci¨®n. Mich¨¨le Chevallier, directora de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios de Asociaciones de Libreros (CEGAL) es muy clara: "No nos parece fairplay que los editores se pongan a vender libros", explica. "Los grandes, porque ya tienen mucha presencia en las librer¨ªas. Los peque?os, porque si tienen visibilidad es por los libreros".
CEGAL acaba de enviar al Observatorio del Libro del Ministerio de Cultura un documento cuya conclusi¨®n resume la propia Chevallier: "Los libros, en las librer¨ªas. Sea en el formato que sea". En su opini¨®n, el librero es el que mejor puede orientar a lector en el oc¨¦ano digital que se le viene encima. Lejos de la democratizaci¨®n radical que muchos le suponen a la Red, seg¨²n Ignacio Latasa, "un portal grande de Internet puede discriminar a los m¨¢s d¨¦biles tanto como un hipermercado". Pese a todo, Mich¨¨le Chevallier es consciente de que los libreros tendr¨¢n que vivir "una adaptaci¨®n tecnol¨®gica que ser¨¢ casi una reconversi¨®n".
Algunos ya est¨¢n en ello. Es el caso de la librer¨ªa Cervantes de Oviedo. Con casi 90 a?os de antig¨¹edad, inaugur¨® en septiembre un apartado dentro de su web dedicado a la venta de textos digitales. "El nuestro es un sector muy tradicional. Los miedos de ahora ya los vivimos con el libro de bolsillo", cuenta Alfredo Quir¨®s, gerente de Cervantes, que aventura que el cambio no ser¨¢ s¨²bito sino "generacional". "El librero seguir¨¢ siendo clave para seleccionar. Se publican 70.000 t¨ªtulos al a?o y nadie se va a mirar 2.000 webs. Nuestras ganancias en ese apartado ser¨¢n menores, pero nuestros gastos, tambi¨¦n. Una librer¨ªa media tiene 200.000 euros en stock de libros de papel". Para Quir¨®s, el problema del libro digital en Espa?a es que "todav¨ªa hay poca oferta de novedades. Los t¨ªtulos que m¨¢s se venden en digital son tambi¨¦n los que m¨¢s se venden en papel". La revoluci¨®n, pues, en primavera. Aunque sea una revoluci¨®n de terciopelo.
El futuro empieza ma?ana
La historia lleva d¨¦cadas dejando en evidencia a la ciencia-ficci¨®n. Fechas m¨ªticas como 1984 o 2001 pasaron sin parecerse a lo imaginado por Orwell o la pareja Clarke-Kubrick.
Hace ocho a?os, un pope de la edici¨®n mundial y otro de las telecomunicaciones cruzaron una apuesta de mil d¨®lares. Jason Epstein, director de Random House durante 40 a?os, sosten¨ªa que en 2010 la mitad de los libros se vender¨ªan por la f¨®rmula de impresi¨®n bajo demanda. Por su parte, Vint Cerf, uno de los padres de Internet, apost¨® que en la misma fecha ese 50% no pasar¨ªa siquiera por el papel sino que se leer¨ªa a trav¨¦s de un aparato electr¨®nico m¨¢s ligero que un best seller y capaz de emitir imagen y sonido. Epstein y Cerf tienen, a partir de ma?ana, un a?o para hacer cuentas.
Aunque a d¨ªa de hoy los hechos est¨¢n m¨¢s del lado del segundo que del primero, ambos pecaron de optimismo. Sus dos propuestas para sustituir el libro tradicional siguen copando una parte residual del mercado. El futuro, aunque sea sin fecha fija, parece pasar por ellas. La Feria de Francfort anunci¨® hace dos a?os que en 2018 el libro digital superar¨ªa en ventas al de papel. Hoy en Espa?a no supone ni el 1% del mercado. ?Vienen a?os de v¨¦rtigo? Seg¨²n el editor brit¨¢nico Michael Bhaskar, no: "Esto es la revoluci¨®n industrial, no la revoluci¨®n rusa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.