A por otro
El a?o se nos cierra con una gran pol¨¦mica. ?Cu¨¢ntos espectadores tuvo la emisi¨®n del discurso del rey en ETB? Es todo un s¨ªntoma del desinfle y un exponente de la enconada lucha que mantiene el nacionalismo para salvaguardar la imagen del pa¨ªs que fue moldeando desde el mando. Nosotros no queremos al rey; tampoco queremos esto, sino lo otro; ni somos eso, sino lo de m¨¢s all¨¢. Pero del dicho al hecho va un trecho, y el nacionalismo en el poder configur¨® los dichos, no estoy tan convencido de que consiguiera lo mismo con los hechos. Durante a?os se fue elaborando una dogm¨¢tica, que muy pronto se vio que s¨®lo afectaba a las palabras. Ocurr¨ªa con todo como con la onom¨¢stica: no te llames Lolita, ll¨¢mate Nekane. Estaba clar¨ªsimo lo que hab¨ªa que decir, por si las moscas, pero la vida conduc¨ªa sus flujos por derroteros incontrolables. Nekane, al fin y al cabo, nunca le hizo ascos a triunfar en Madrid, incluso de tonadillera, y hab¨ªa que ver c¨®mo se relam¨ªan todos en las cercan¨ªas del rey cuando nos visit¨® en San Sebasti¨¢n hace unas semanas. Cuesti¨®n de cortes¨ªa, dir¨¢n, pero tambi¨¦n eso forma parte del orden de las palabras, y a lo que ¨¦stas nos remiten es al ser de cada cual, al ser aparente, esto es, s¨®lo se es si se aparece, y si el lenguaje, como dijo aqu¨¦l, es la casa del ser, tendremos que concluir que la casa del ser no es otra cosa que el pesebre.
Feliz pol¨¦mica, con todo, ¨¦sta con la que cerramos el a?o. Ha habido finales de a?o much¨ªsimo peores, y no est¨¢ mal que lo cerremos hablando del pa¨ªs como se habla de Tiger Woods: era un hip¨®crita. Pero concluyamos en positivo. ?ste iba a ser un a?o para el olvido, as¨ª nos lo anunciaban, un a?o para el que no se presagiaba nada bueno. No me atrevo a decir que no haya sido as¨ª, aunque concluya de forma m¨¢s esperanzadora que como empez¨®. Malo o peor, ¨¦ste ha sido, sin embargo, un a?o importante para nosotros, porque ha sido el a?o del cambio. ?Gobiernan mejor ¨¦stos que los anteriores? A¨²n es pronto para valorarlos, aunque ya es bueno que se limiten a gobernar sin enjuagues metaf¨ªsicos. Lo importante reside en el cambio mismo despu¨¦s de treinta a?os de monopolio del poder. Lo importante est¨¢ en el final de la fatalidad, de esa resignaci¨®n que nos llevaba a aceptar como si se tratara del orden natural, del orden vasco natural, el hecho de ser gobernados siempre por los mismos, y a asumir el destino de convertirnos todos en cortesanos de ese orden, sin otra alternativa que el ostracismo a perpetuidad. Lo importante est¨¢ en que pueda liberarse el orden de las palabras, que ¨¦stas respondan a los hechos sin la obligaci¨®n de traicionarlos. Lo importante est¨¢ tambi¨¦n, qu¨¦ duda cabe, en que los nuevos gobernantes desempe?en bien sus tareas, pero un mal gobierno tiene m¨¢s f¨¢cil remedio que una sociedad acobardada, que una sociedad acomodada a un poder inmutable. Liberen su verbo, es lo que les deseo para el a?o entrante. Y trabajo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.