Reordenar el mapa del conocimiento
Hace unos d¨ªas le¨ª en la prensa un escrito -a cuatro manos- de Imma Tubella, presidenta de la Asociaci¨®n Catalana de Universidades P¨²blicas, y Llu¨ªs Torner, presidente de la Asociaci¨®n Catalana de Entidades de Investigaci¨®n. Su lectura me impact¨® por el car¨¢cter entusiasta, voluntarioso y casi ¨¦pico de su contenido. En ¨¦l muestran su convencimiento de la oportunidad que se nos presenta para convertirnos como pa¨ªs en un referente global en el ¨¢rea del conocimiento, y piden la complicidad, la confianza y la determinaci¨®n colectivas de todos. La satisfacci¨®n que me produjo su lectura qued¨® solamente ensombrecida por echar en falta en el pie de una proclama de este tipo, la firma de alguien que represente al sector que debe convertir el conocimiento en bienestar, es decir, al sector empresarial y al de los servicios p¨²blicos.
Existe una excesiva "clonaci¨®n" de facultades en las nuevas universidades y una insuficiente "especializaci¨®n"
Quiero aportar mi peque?o grano de arena de complicidad. Consistir¨¢ en recordar algo que todav¨ªa no forma parte de un consenso general de nuestra sociedad -ni tan s¨®lo de algunos de los actores implicados- y en hacer una propuesta muy concreta.
El conocimiento es el sello distintivo de nuestra especie -homo sapiens- y en ¨¦l hemos basado nuestro progreso, pero este progreso no se ha fundamentado en el conocimiento, sino en sus aplicaciones. Es imprescindible generar conocimiento, pero tan necesario como ello es aplicarlo para mejorar nuestras vidas y aumentar nuestros niveles de salud, de libertad, de convivencia y de comodidad. Para ello es necesario que el conocimiento se difunda y que, a trav¨¦s de la innovaci¨®n, se convierta en bienestar. El objetivo final son las personas, no el conocimiento. Por ello, todo conocimiento es bueno en s¨ª mismo y debe ser estimulado, pero es probable que sea socialmente m¨¢s ¨²til aquel que se genera teniendo en cuenta los objetivos finales.
He le¨ªdo tambi¨¦n con inter¨¦s la intenci¨®n del consejero Huguet de reordenar el "mapa de la I+D" para concentrar, priorizar y territorializar. Creo que es una muy buena idea y, por ello, la aplaudo. Pienso que podr¨ªa a¨²n ser m¨¢s provechosa si incluyera dos medidas complementarias.
En primer lugar, reordenar el mapa de la docencia universitaria. Son muchos los que piensan que hay demasiadas universidades en Catalu?a y que ello hace dif¨ªcil la vida de algunas y pone l¨ªmites a su calidad. El mapa es probablemente intocable por razones de equilibrio territorial, pero el contenido de las ense?anzas que se imparten en cada una de ellas no deber¨ªa serlo. Con algunas excepciones, existe una excesiva "clonaci¨®n" de facultades o escuelas en todas las nuevas universidades y, por tanto, una insuficiente "especializaci¨®n" de cada una de ellas. La reordenaci¨®n del mapa de la I+D deber¨ªa intentar en paralelo una simplificaci¨®n del mapa de las ense?anzas y una concentraci¨®n de las mismas de forma que pudiera situar en cada Universidad alg¨²n centro de referencia no s¨®lo en investigaci¨®n, sino tambi¨¦n en docencia. Es posible que esto implicara la desaparici¨®n de algunas especialidades de reciente creaci¨®n que duplican excesivamente el mapa y, al mismo tiempo, alguna descentralizaci¨®n desde Barcelona hacia otras universidades. Catalu?a es demasiado peque?a para no verla como un todo. La Universidad de Stanford est¨¢ a la misma distancia de San Francisco, que Girona de Barcelona...
En segundo lugar, implicar muy directamente en la gesti¨®n de los centros a los que finalmente ser¨¢n los difusores y los utilizadores de los conocimientos que se generen. Hay que combinar al m¨¢ximo -casi confundir- investigaci¨®n, docencia e innovaci¨®n, o dicho en otros t¨¦rminos, centros de I+D, facultades y empresas o servicios. Siempre he pensado que el modelo de la medicina, que agrupa de forma casi indistinguible el hospital, la facultad y los centros de investigaci¨®n es muy eficiente para la calidad de la docencia, la excelencia de la investigaci¨®n y el ¨¦xito de las aplicaciones. No es un modelo directamente trasladable a cualquier otra ¨¢rea de conocimientos, pero s¨ª que deber¨ªa servir de referente. Iniciativas como situar laboratorios de empresas no s¨®lo cerca sino dentro de un campus, o exigir para la obtenci¨®n de seg¨²n qu¨¦ titulaciones un per¨ªodo previo de estancia en organismos o empresas de la especialidad ayudar¨ªan mucho a superar con ¨¦xito el reto que mis amigos Imma y Llu¨ªs nos plantean.
Joan Maj¨® es ingeniero y presidente del Cercle per al Coneixement
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