"Sin terrazas es la muerte"
Los restaurantes de Pinedo y El Saler abren el d¨ªa 1 tras la pr¨®rroga de Costas
La normalidad volvi¨® ayer a los chiringuitos de las playas de Pinedo y El Saler a pesar de que un temporal de viento convirti¨® las excursiones a la costa en un inc¨®modo paseo. Aunque no lo pareciera, porque permanecer sentado a la intemperie era una temeridad, las terrazas de los establecimientos eran todav¨ªa legales. Tras unas semanas en las que la prohibici¨®n de las mesas en el exterior se iba a aplicar a partir del 1 de enero, la pr¨®rroga otorgada el mi¨¦rcoles por el Ministerio de Medio Ambiente permiti¨® que este a?o arrancara como otros.
"Si no hay terrazas es la muerte de los restaurantes de la playa, la gente viene a comer en la terraza", aseguraba ayer Toni Puig, de 55 a?os, en el comedor de El Tropical, en Pinedo, cuyo propietario, Emilio V¨¢zquez, que tambi¨¦n lo es de los cercanos La Brisa y Ca'l Deu, es el presidente de los hosteleros de los establecimientos de la pedan¨ªa de Valencia. Tras d¨ªas de estr¨¦s, ayer estaba descansando y fue el veterano camarero quien explicaba que el local ha funcionado siempre con terraza desde que hace una d¨¦cada se construyeron todos los restaurantes de las playas de Pinedo y de El Saler, en total ocho, afectados por la disposici¨®n de la Ley de Costas que limita la superficie de estos locales a 150 metros cuadrados en total (entre superficie cubierta y terraza). Como todos los establecimientos afectados exceden esa superficie, el Ministerio de Medio Ambiente ofreci¨® en un principio como excepci¨®n terrazas de 50 metros cuadrados.
"El car¨¢cter de los valencianos es la paella al sol", dice una propietaria
Puig se mostraba tranquilo a pesar de que la pr¨®rroga para las terrazas es eventual hasta que se pacte una soluci¨®n definitiva. Otra sensaci¨®n era la del mi¨¦rcoles pasado. El d¨ªa 30, a las tres de la tarde todav¨ªa no sab¨ªa si en el arranque de 2010 su puesto de trabajo correr¨ªa peligro en un restaurante que a veces necesita 16 camareros extra para atender la terraza. Pero ayer a mediod¨ªa empezaba para ellos el mayor ajetreo en un d¨ªa festivo en el que mucha gente prefiere comer fuera de casa si la resaca lo permite. "Estamos completos; la crisis es para los pobres que no tienen trabajo", explicaba ayer Puig.
Y algo parecido suced¨ªa en el cercano El Velero (no en El Abi, ayer cerrado). Los tres restaurantes tienen una estructura calcada, desde que los antiguos chiringuitos fueron expropiados y se adjudicaron las nuevas concesiones.
A escasos 500 metros, Vicente Sanjuli¨¢n, de 64 a?os, propietario de Llar d'Empar, argumentaba que comer en un chiringuito est¨¢ impreso en los genes valencianos: "La terraza es algo natural, desde hace m¨¢s de 100 a?os", aseguraba, y recordaba que cuando ¨¦l era peque?o "la gente ven¨ªa en carros y hasta colgados de las puertas de los autobuses para comer una paella junto al mar". Ayer todo el mundo llegaba en coche y trabajo no le falt¨® al encargado de gestionar el aparcamiento, cuya gorra de franja verde permanec¨ªa milagrosamente sobre su cabeza. La ¨²nica ventaja del viento era que su huracanado sonido apagaba el ruido machac¨®n de la discoteca Face, que prosegu¨ªa su fiesta de a?o nuevo.
"Los perjudicados somos los due?os pero tambi¨¦n pierden los valencianos y el problema contin¨²a con los trabajadores". Sanjuli¨¢n tambi¨¦n conf¨ªa en una soluci¨®n pactada a un conflicto en el que ayer los senadores valencianos del PP anunciaron que pedir¨¢n a la ministra Elena Espinosa que explique la aplicaci¨®n de la Ley de Costas. El senador Pedro Agramunt hasta critic¨® "el agravio" de que el Gobierno haya transferido las competencias en Costas a Catalu?a y Andaluc¨ªa. Pero olvidaba el senador popular que esas autonom¨ªas incluyeron esa competencia en sus estatutos; no as¨ª la Comunidad Valenciana.
Desde otro punto de vista lo ven en el restaurante La Vi?a, y no porque est¨¦ integrado, casi camuflado, entre las dunas. "Somos el ¨²nico restaurante legal en la playa", aseguraba el encargado, Paco Navarro, de 41 a?os, que limita la terraza a solo 15 mesas en los m¨¢rgenes marcados por la concesi¨®n. "Todas las empresas tienen una regulaci¨®n", explicaba, "pero en esos negocios la din¨¢mica es la de hoy pongo 20 mesas, ma?ana 40 y pasado 100". Incluso apunta que no pagan por todas las instaladas. "En verano tenemos colas. Si pusi¨¦ramos 100 mesas las llenar¨ªamos", argumentaba, "pero no se trata de eso".
Como es l¨®gico, en El Saler opinan lo mismo que en Pinedo, aunque el contencioso con Costas solo afecta a dos establecimientos. Bego?a Castell¨®, una de los hermanos propietarios de La Dehesa Joaqu¨ªn Castell¨® -tambi¨¦n sin un sitio libre a mediod¨ªa-, agradec¨ªa tras d¨ªas de incertidumbre tanto el apoyo decidido de la alcaldesa, Rita Barber¨¢, como el trabajo sosegado de los socialistas valencianos, que con su l¨ªder Jorge Alarte a la cabeza han logrado que se reanude el proceso negociador con el ministerio. "Est¨¢bamos muy preocupados y todos se han portado estupendamente", reconoc¨ªa Bego?a, que conf¨ªa en una soluci¨®n satisfactoria: "El car¨¢cter de los valencianos es la paella al sol". Y como ejemplo a medias, unos valientes se tomaban unas cervezas al sol en el local de enfrente aprovechando la fachada sur, all¨ª donde sin viento habr¨ªa a esa hora decenas de mesas.
"Lo hemos pasado muy mal", resum¨ªa ayer Puig, "pero adem¨¢s es que la gente quiere venir a la playa y sentarse; prohibir las terrazas es una aberraci¨®n".
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