Voluntarismos pol¨ªticos
En este a?o que comienza hay algunos apuntes que merecen destacarse, pues fueron los que cerraron el pasado a?o. Uno de ellos es que recientes encuestas colocan al PP en condiciones de ganar las pr¨®ximas elecciones a nivel local en Sevilla y que hay un empate t¨¦cnico en las auton¨®micas. Otro es el valor que, desde determinados posicionamientos, medi¨¢ticos y pol¨ªticos, se est¨¢n dando a estas encuestas. Uno m¨¢s, la nueva valoraci¨®n que estos mismos medios hacen de Javier Arenas. Le han transformado en pocos d¨ªas de un pol¨ªtico perdedor constante en su intento permanente de ganar las elecciones en Andaluc¨ªa -ha perdido en las tres ocasiones que se ha presentado- en un l¨ªder capaz de arrasar. No es cuesti¨®n, apuntes al margen, de realizar vaticinio alguno. La Pol¨ªtica -con may¨²sculas- es lo suficientemente compleja y est¨¢ sujeta a numerosos vaivenes, que hacen dif¨ªcil un pron¨®stico sobre los resultados a corto y, desde luego, a medio o plazo largo.
Falta m¨¢s de un a?o para las elecciones municipales y m¨¢s de dos para las auton¨®micas. El pron¨®stico no ser¨ªa fiable. Andar en apuestas y vaticinios faltando este tiempo es un ejercicio de imaginaci¨®n cuando no de voluntarismo. Dice Arist¨®teles que en cierto modo el alma es casi todas las cosas puesto que las piensa. En este "casi" dice Ortega que un m¨ªnimo rigor en su apreciaci¨®n tiene desastrosas consecuencias. Y entiendo que estas desastrosas consecuencias pueden alcanzar al PP y a sus votantes si creen a pies juntillas que la verdad de las encuestas son extrapolables a los resultados en las urnas. Un a?o, en pol¨ªtica, es un mundo. Dos a?os son una eternidad.
El PP deber¨ªa ser m¨¢s consciente de esta afirmaci¨®n. Unas elecciones, como las del 2004, que, seg¨²n otras encuestas, pensaba ganaba de corrido, tuvieron un resultado bien diferente y contrario a sus intereses. No cabe hacer conjeturas. Hay que basarse en la realidad y en los l¨ªderes pol¨ªticos. Esta realidad -el futuro est¨¢ por escribir- es que Javier Arenas, por muy bien que lo pinten las encuestas; por muy bien que, gracias a estas encuestas, se quiera trasformar, como si de m¨ªster Hyde se tratara, es un virtuoso en hacer su pol¨ªtica. No lo es, en cambio, en hacer pol¨ªtica a favor de los intereses generales o de su grupo en general m¨¢s all¨¢ de sus apoyos concretos a personas -Aznar, Esperanza y Mariano Rajoy los han disfrutado en cada uno de sus momentos-.
No es l¨®gico, pues, que ahora se transforme en una persona exitosa y que arrastre a la ciudadan¨ªa a votar en su favor, tal y como se est¨¢ pintando. En los resultados de estas encuestas no est¨¢ su protagonismo ni sus ideas para fomentar el crecimiento de su grupo en el ¨¢mbito andaluz. Son la actual crisis econ¨®mica y la elevada tasa de paro, entre otras, las que han realizado la labor de oposici¨®n y han determinado estos resultados. Unos resultados en los que no ha influido el hacer del PP en Andaluc¨ªa sino la coincidencia de un Gobierno con una crisis internacional. Con esta realidad es l¨®gico pensar que, a poco que se modifiquen los par¨¢metros causantes de la crisis y a poco que act¨²e el Gobierno actual para sus efectos, el l¨ªder del Partido Popular vuelva a situarse en su posici¨®n de siempre.
Dec¨ªa una abuela que conoc¨ª hace muchos a?os -desde luego refiri¨¦ndose a los hombres; las mujeres entonces ni pinchaban ni cortaban- que "el que a los veinte no es valiente; a los treinta no cas¨® y a los cuarenta no enriqueci¨® ese p¨¢jaro vol¨®". Tengo la impresi¨®n de que Javier Arenas, despu¨¦s de m¨¢s de diecis¨¦is a?os perdiendo elecciones y no haber alcanzado su meta -ser presidente de la Junta de Andaluc¨ªa-, puede haber volado en pol¨ªtica.
Sin duda, las encuestas reflejan un avance del PP y un retroceso del PSOE. No obstante, estos avances no son por Javier Arenas. No ha demostrado nada en Andaluc¨ªa. El voluntarismo, por mucho que se quiera vender como un ¨¦xito, no pasa de ser un deseo que hasta ahora s¨®lo le ha servido para vender humo y mantenerse en una pol¨ªtica desastrosa, teniendo como protagonista a un Javier Arenas que sabe como nadie vender sus derrotas como victorias.
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