Demasiado Munch para Oslo
El proyecto del arquitecto espa?ol Juan Herreros para el nuevo museo del autor de 'El grito' suscita una fuerte controversia a causa de sus dimensiones
Los cr¨ªticos de arte aullaron en 1893 cuando vieron por primera vez El grito, la obra m¨¢s famosa de Edvard Munch. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, tambi¨¦n se han alzado voces contra el proyecto del nuevo museo que albergar¨¢ el legado art¨ªstico del pintor noruego. El debate, en esta ocasi¨®n, tiene que ver con el impacto urban¨ªstico del edificio proyectado por el arquitecto espa?ol Juan Herreros que, en 2013 seg¨²n los plazos previstos, se alzar¨¢ en el barrio de Bjorvika, en la bah¨ªa de Oslo. Es parte de un gran plan de remodelaci¨®n que pretende abrir la capital noruega al mar.
El director general de Patrimonio Nacional en Noruega, Jorn Holme, ha sido el ¨²ltimo en expresar sus reservas sobre el proyecto, que el pasado mes de abril se adjudic¨® Herreros tras ganar un concurso internacional al que tambi¨¦n se presentaron superestrellas como Zaha Hadid o Tadao Ando. El plan, llamado Lambda, abarca, adem¨¢s del Museo Munch, una playa, un barrio residencial y una biblioteca.
Para el director de la ?pera de Oslo, el nuevo museo ser¨¢ "desproporcionado"
Juan Herreros ya asume que quiz¨¢ tenga que desplazar y retocar su proyecto
Seg¨²n declaraciones de Holme, sus objeciones se refieren a la totalidad del proyecto urban¨ªstico de la capital noruega, que afecta a la zona en la que Oslo fue fundada en la Edad Media y que contiene un importante patrimonio cultural. "La intenci¨®n del director general nunca ha sido suscitar o participar en un debate arquitect¨®nico", puntualiza Margrethe Tviberg, directora general en funciones de Patrimonio Nacional. "Jorn Holme no tiene nada que decir respecto a Lambda, el proyecto para el Museo Munch, o la arquitectura del reconocido Juan Herreros como tal. Patrimonio Nacional ha expresado su objeci¨®n al emplazamiento del edificio, no al edificio en s¨ª mismo". Tviberg insiste en que esa preocupaci¨®n se encuadra en la discusi¨®n sobre la remodelaci¨®n urban¨ªstica de la capital noruega que tiene como interlocutor al Ayuntamiento de Oslo -que es quien lo ha promovido- y que "no se trata de un debate sobre el nuevo Museo Munch espec¨ªficamente".
El director de la ?pera de Oslo, Tom Remlov, plantea, sin embargo, unas quejas m¨¢s concretas. "No me opongo al proyecto en s¨ª, sino a sus dimensiones. Por lo que he tenido ocasi¨®n de ver, el edificio ser¨¢ desproporcionadamente alto, resaltar¨¢ enormemente y llamar¨¢ mucho la atenci¨®n", explica. Remlov no oculta su preocupaci¨®n por el "conflicto" que supondr¨¢ la proximidad del Museo Munch con el actual edificio de la ?pera y Ballet Nacional de Oslo, otro inmueble inconfundible, dise?ado por el estudio noruego Sn?hetta, que recibi¨® el a?o pasado el premio Mies van der Rohe y tiene la horizontalidad como nota de distinci¨®n: "Si se construye un edificio emblem¨¢tico al lado de otro ya notable, se anular¨¢n rec¨ªprocamente". Remlov insiste en que es necesario estudiar bien el impacto visual que el futuro museo tendr¨¢ y, para ello, propone que se construya un andamio del mismo tama?o que el proyecto de Herreros.
El arquitecto espa?ol asegura que este tipo de discusi¨®n en Noruega es normal en proyectos de esta envergadura y recuerda que el edificio de la ¨®pera tard¨® 10 a?os en construirse. "Es una forma de ejercer la pr¨¢ctica arquitect¨®nica en un contexto de gran transparencia y de alta participaci¨®n colectiva. En lugar de desarrollarse en una sala de reuniones, es bastante p¨²blico. Es otra forma de trabajar", dice Herreros, que en la actualidad trabaja en el proyecto y admite que quiz¨¢ haya modificaciones. "No me preocupa d¨®nde va a terminar el proyecto. Mi trabajo no consiste en defenderlo con u?as y dientes, sino que responde a unas exigencias y es adaptable con peque?os cambios a las situaciones. Posiblemente habr¨¢ que desplazar algo el edificio", se?ala. En alusi¨®n al impacto que tanto preocupa al director de la ?pera de Oslo, a?ade: "La altura o la anchura no es el problema, sino el perfil de vistas que plantea. Habr¨¢ que buscar la forma de encajar el edificio en ese perfil". Pero, por si queda alguna duda, Herreros recuerda que su plan fue aprobado por unanimidad por la ciudad de Oslo y es categ¨®rico: "Lo que no est¨¢ en cuesti¨®n es el proyecto. Habr¨¢ un Museo Munch, lo haremos nosotros y todas las partes interesadas tratar¨¢n de conseguir algo".
En ?msterdam, los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, ganadores del concurso para la remodelaci¨®n del Rijksmuseum, han vivido un debate p¨²blico similar al que ahora afronta Herreros. Su proyecto inicial fue rechazado en 2004 por la poderosa Federaci¨®n Ciclista de la ciudad porque supon¨ªa cerrar el paso de las bicicletas por la galer¨ªa central del edificio. A finales del pasado a?o, los arquitectos presentaron su tercera propuesta que, por fin, obtuvo el consenso de todos, ya que permitir¨¢ un uso mixto para peatones y bicicletas.
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