Ciudadanos c¨®mplices
Amin Maalouf escribe en su ¨²ltimo libro que "el mundo padece un desajuste en varios ¨¢mbitos al mismo tiempo: desajuste intelectual, desajuste financiero, desajuste clim¨¢tico, desajuste geopol¨ªtico, desajuste ¨¦tico".
En El desajuste del mundo, el escritor liban¨¦s reflexiona sobre todo tipo de discordancias. De algunas se habla mucho estos d¨ªas: la financiera, la clim¨¢tica, la geopol¨ªtica e incluso la intelectual. Pero se habla menos de los desajustes ¨¦ticos.
Dos noticias recientes, aparentemente contradictorias, me han hecho reflexionar sobre las palabras de Maalouf.
Primera: los dirigentes del Partido de Almer¨ªa (PAL), con el apoyo de buena parte de los vecinos de El Ejido, presentar¨¢n de nuevo a su encarcelado alcalde, Juan Enciso (ex PP), acusado de malversaci¨®n, blanqueo, cohecho, tr¨¢fico de influencias y falsedad documental, como candidato a las pr¨®ximas elecciones municipales.
Segunda: el Gobierno andaluz ha aprobado dos leyes para dotar a los ayuntamientos de m¨¢s competencias y mejor financiaci¨®n. O sea, m¨¢s poder y m¨¢s dinero.
Los problemas de los municipios andaluces son en algunos casos dram¨¢ticos. El m¨¢s grave es el de Jerez. Su alcaldesa, Pilar S¨¢nchez, lo resum¨ªa aqu¨ª: o se pone en marcha un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) o hay "un despido masivo de trabajadores".
?C¨®mo se ha llegado a esa situaci¨®n? En el caso de Jerez, entre otras cosas, por una plantilla inflada por razones pol¨ªticas y electorales. De los 2.700 empleados, unos 2.000 (el 75%) consiguieron su puesto de trabajo sin concurso de m¨¦rito alguno. Fueron contratados a dedo. Igual que en muchos otros municipios.
El profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Gotemburgo (Suecia), V¨ªctor Lapuente, recordaba en este peri¨®dico que, mientras en las ciudades menos corruptas de Europa hay s¨®lo dos o tres personas cuyo sueldo depende del ¨¦xito electoral de un partido, en Espa?a ese n¨²mero sobrepasa el centenar. En esos casos, empleadores y empleados protagonizan el "desajuste ¨¦tico" que preocupa a Maalouf.
Tambi¨¦n se producen desajustes ¨¦ticos cuando, por ejemplo, 16 alcaldes de la Axarqu¨ªa malague?a piden que se legalicen 10.000 viviendas construidas irregularmente en zona rural, autorizadas por ellos a sabiendas de que comet¨ªan una ilegalidad. Esos ediles piden tambi¨¦n que no se les aplique el C¨®digo Penal por el presunto delito cometido.
Por fortuna, el Tribunal Supremo ha dictado una sentencia ejemplar que confirma las penas impuestas a los responsables del esc¨¢ndalo urban¨ªstico y corrupto de Andratx (Mallorca). El TS ordena que "ante la inoperancia de la disciplina administrativa, se acuda al derecho penal". El alcalde mallorqu¨ªn alegaba que construir en terreno agr¨ªcola podr¨ªa merecer una sanci¨®n administrativa, pero no una penal.
Imagino que miles de malague?os que levantaron sus viviendas violando la ley apoyan a sus alcaldes y estar¨ªan dispuestos a votarlos de nuevo. Como lo estar¨¢n los miles de andaluces que durante a?os han encontrado empleo en la construcci¨®n a la sombra de la burbuja inmobiliaria, inflada con licencias de obras ilegales por las que muchos alcaldes recib¨ªan sustanciosos sobornos.
Unos y otros, pol¨ªticos, propietarios, constructores, trabajadores, se mueven en un clar¨ªsimo "desajuste ¨¦tico". Por ese desajuste, el alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, Juan Mart¨ªn Ser¨®n (PP), en libertad bajo fianza, obtuvo en 2007, cuatro meses despu¨¦s de ser detenido, 5.545 votos m¨¢s que en las elecciones municipales de 2003.
El desajuste ¨¦tico, pues, no solo implica a pol¨ªticos y empresarios. Tambi¨¦n salpica a los ciudadanos que apoyan comportamientos corruptos y se convierten en sus c¨®mplices pol¨ªticos. Por ello, nos preguntamos con Maalouf "si nuestra especie no ha llegado al umbral de incompetencia ¨¦tica".
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