La ley antitabaco
No puede alegarse la libertad individual como raz¨®n para oponerse a la ley del tabaco, y esto es as¨ª porque la libertad del fumador est¨¢ anulada precisamente por el h¨¢bito de fumar. El fumador no es una persona libre frente al tabaco; si esto no fuera as¨ª le ser¨ªa f¨¢cil dejar de fumar cuando quisiera y ¨¦ste no es el caso.
La ley que va a impedir que se fume en lugares p¨²blicos cerrados persigue, sobre todo, proteger la salud de los sufridos fumadores pasivos, seg¨²n las encuestas m¨¢s fiables, el 70% de la poblaci¨®n. Tampoco puede esgrimirse que los bares y restaurantes vayan a perder clientela, con el argumento de que ese 30% dejar¨ªa de ir a ellos. ?Por qu¨¦ no les preguntan al 70% restante si, una vez limpios de humo estos locales, acudir¨ªan m¨¢s a menudo a ellos?- Eduardo Antonio S¨¢nchez Rodr¨ªguez. El Berr¨®n, Siero, Asturias.
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