La hero¨ªna de Hollywood
A veces, muy pocas veces, a Hollywood le gusta llevarse la contraria. Lo que no cambia es que siempre hace de ello una excusa para echarse flores. Porque Precious es una historia peque?ita, independiente y demasiado cotidiana. Muy negra en una industria pr¨¢cticamente blanca. Y con m¨¢s de 200 kilos de humanidad por protagonista en un mundo anor¨¦xico. Pero esta historia, escrita por Sapphire, sobre una joven negra, analfabeta y con obesidad m¨®rbida, violada f¨ªsicamente por su padre y mentalmente por muchos m¨¢s en su entorno, es la gran pel¨ªcula del a?o. Una historia de superaci¨®n donde la victoria es seguir viviendo. Comenz¨® como un goteo, arrasando en el festival de Sundance. All¨ª, ya se sabe, son raritos. Pero para cuando se llev¨® el premio del p¨²blico en el Festival de Toronto, la mejor antesala de la temporada de los Oscar, Precious lleg¨® arropada por la todopoderosa Oprah Winfrey, que supo encontrar a su propia Precious en su interior y, como buena famosa, a?adir su nombre a una pel¨ªcula ya rodada. A partir de ah¨ª, el mundo empez¨® a parecer tan Precious como Slumdog millionaire parec¨ªa el pasado a?o. Los Globos de Oro y el Sindicato de Actores ya le han entregado sus candidaturas, y s¨®lo es de esperar que los Oscar coronen de alguna manera el largometraje de Lee Daniels.
Son muchos los secretos de su ¨¦xito. Push, la novela en la que est¨¢ basada, ya era un ¨¦xito que hab¨ªa hecho cosquillitas al ego de Madonna y de Brandy, que consideraron su adaptaci¨®n al cine. Daniels ser¨¢ un desconocido para el gran p¨²blico, pero est¨¢ bien conectado: no le cost¨® demasiado involucrar a Mariah Carey, Lenny Kravitz o Mo'Nique para que participaran en la cinta. Esta ¨²ltima, adem¨¢s de ser una popular presentadora de la televisi¨®n estadounidense, ha sorprendido con una gran interpretaci¨®n. Pero el mayor descubrimiento es Gabourey Gabby Sidibe. "Llevo a?os viviendo en este cuerpo y la gente quiere que me odie porque no respondo a la norma, pero no se dan cuenta de que son los palillos los que son minor¨ªa. No s¨®lo me gusta lo que veo, sino que lo amo", afirma esta neoyorquina de origen senegal¨¦s, 26 a?os y ni un pelo de tonta. Sin mayor experiencia en la interpretaci¨®n que alguna obra escolar o salir del mismo instituto que Woody Allen o Stanley Kubrick, Gabby se present¨® a las pruebas de reparto porque se lo dijo una amiga. ?Su audici¨®n? "Charlamos sobre gafas de sol, pasteles y Lenny Kravitz", recuerda la actriz. Su ¨²nica preocupaci¨®n eran sus ex¨¢menes, pero, como pasa siempre que uno se va con el no, se llev¨® el papel.
Cualquier otro lo podr¨ªa haber rechazado por deprimente; Precious es una historia que te lleva donde no quieres ir. Gabby no est¨¢ de acuerdo. "Yo no soy Precious", afirma tajante. Comparten el mismo cuerpo, pero su actitud vital no puede ser m¨¢s opuesta. "Eso es en lo que consiste actuar", apunta con desparpajo esta novata que -quiz¨¢ por serlo- se est¨¢ llevando todos los parabienes. "Precious no es triste. Te sientes triste por ella. Pero para ella su vida es un triunfo", insiste la actriz, que pierde su buen humor con los espont¨¢neos que al verla pretenden abrazarla, incluso adoptarla, confundi¨¦ndola con el personaje. La industria, en cualquier caso, ya la ha adoptado. Gabby ha rodado ya un episodio de The C word y Yelling to the sky. Y ha conocido a Mariah Carey, ¨ªdolo al que sol¨ªa imitar en el colegio. Eso s¨ª, se niega a dejar su trabajo de secretaria en una fundaci¨®n ben¨¦fica. "As¨ª, si esto acaba ma?ana, tendr¨¦ una mesa de despacho a la que poder volver", anuncia. ?sta s¨ª que entiende c¨®mo funciona Hollywood.
Precious se estrena el 5 de febrero.
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