Gaza pasa factura a Occidente
La guerra de hace un a?o aliment¨® la radicalizaci¨®n del agente doble jordano que atent¨® contra la CIA - Las secuelas del conflicto han aislado a Israel
S¨®lo un lustro atr¨¢s, la noticia de que una universidad, un sindicato o una empresa occidental promov¨ªan boicotear a Israel era un fen¨®meno espor¨¢dico que suscitaba poco m¨¢s que incomodidad en los l¨ªderes hebreos, aunque no falten sionistas de pro convencidos de que un boicoteo como el que desmoron¨® el Apartheid surafricano es la ¨²nica v¨ªa para que Israel frene y d¨¦ marcha atr¨¢s a la ocupaci¨®n de los territorios palestinos. Desde hace un a?o, nada m¨¢s concluir la agresi¨®n contra Gaza que caus¨® 1.400 muertes, la bola de nieve crece: las iniciativas de boicoteo florecen como hongos y los dirigentes de Israel comienzan a padecer incidentes del tipo de los que sufren los l¨ªderes m¨¢s denostados. Con un agravante: las sorpresas desagradables brotan en naciones aliadas. Que se lo digan al ex primer ministro y principal responsable de la masacre de Gaza, Ehud Olmert, quien tuvo que escuchar en oto?o gritos de "criminal" en su periplo por varias aulas magnas de universidades estadounidenses.
La onda expansiva del eterno conflicto ¨¢rabe-israel¨ª es hoy m¨¢s que patente
Turqu¨ªa paraliz¨® el pacto de cooperaci¨®n militar con el Estado sionista
La onda expansiva en el campo militar, econ¨®mico y diplom¨¢tico del eterno conflicto ¨¢rabe-israel¨ª es patente, y alcanza rincones insospechados. La devastaci¨®n causada en la franja fue uno de los detonantes que impuls¨® al jordano Humam Jalil Abu Mulal al Balaui a perpetrar el 30 de diciembre el ataque contra la base de Afganist¨¢n en la que perecieron siete agentes de la CIA. As¨ª lo explic¨® el mi¨¦rcoles su hermano a un diario ¨¢rabe. Esa onda expansiva de la guerra de Gaza provoca reacciones menos da?inas en otros lares, pero constituyen uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu en los ¨²ltimos meses. El Ejecutivo insiste en que se trata de una campa?a orquestada por organizaciones propalestinas para deslegitimar al Estado sionista.
Centros acad¨¦micos de Noruega y Norteam¨¦rica han propuesto romper v¨ªnculos con universidades israel¨ªes; Oslo retir¨® inversiones de empresas israel¨ªes vinculadas a la ocupaci¨®n. Sindicatos franceses y brit¨¢nicos se han sumado al boicoteo de productos producidos en las colonias jud¨ªas de Cisjordania; la Universidad de Ariel, tambi¨¦n en territorio ocupado, fue excluida de un concurso sobre energ¨ªa solar convocado en Espa?a; Turqu¨ªa, ¨²nico pa¨ªs musulm¨¢n que ha suscrito un acuerdo de cooperaci¨®n militar con el Estado sionista, decidi¨® suspender la participaci¨®n del Ej¨¦rcito israel¨ª en unas maniobras conjuntas; Londres acaba de recomendar a los comerciantes que etiqueten los productos para saber si proceden de asentamientos jud¨ªos. Y la tenista Sahar Peer ya est¨¢ acostumbrada a los abucheos que acompa?an sus salidas a la cancha.
Los ejemplos abundan. La tensi¨®n m¨¢s estridente enfrenta ahora a Israel con Reino Unido. A mediados de diciembre, Tzipi Livni, jefa de la oposici¨®n, suspendi¨® una visita a Londres por temor a ser detenida. Lo mismo decidieron d¨ªas atr¨¢s cuatro mandos castrenses. Gaza fue la espoleta de esta espiral de iniciativas que desacreditan al pa¨ªs. Desactivarla es una tarea ¨ªmproba. Y a¨²n queda por resolver en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas el espinoso asunto del informe Goldstone, el juez surafricano que acus¨® a Israel de cometer cr¨ªmenes de guerra. Pese a que el Gobierno de Olmert vet¨® a los periodistas informar desde Gaza, resulta imposible ocultar la destrucci¨®n masiva que provoc¨® la campa?a militar.
Son decenas los abogados que recaban informaci¨®n en Espa?a, B¨¦lgica, Reino Unido, Sur¨¢frica, Holanda y Noruega para presentar querellas por cr¨ªmenes de guerra contra los responsables de la guerra en pa¨ªses cuyas legislaciones contemplan la jurisdicci¨®n universal. Alguna informaci¨®n sobre los militares implicados se recaba en Facebook. "La Intifada electr¨®nica nos ha pillado con los pantalones bajados", escrib¨ªa recientemente el analista Doron Rosenblum. Y a?ad¨ªa: "Durante los mandatos de aquellos hombres brutales [en referencia a Sim¨®n Peres, Ehud Barak, Ariel Sharon y Olmert], que hablan ingl¨¦s con acento marcad¨ªsimo, Israel era recibido en todo el mundo con los brazos abiertos. Hoy, pese a la relativa calma, al acento americano de Netanyahu y a su talento ret¨®rico, Israel ha sido situada en el ostracismo y sufre ataques en cada foro internacional".
El resentimiento de Tel Aviv hacia varias capitales es palpable. ?Es Suecia un pa¨ªs responsable y razonable? No, a juicio del Gobierno de Netanyahu, que reaccion¨® airado ante la propuesta de la presidencia sueca de la UE para reconocer Jerusal¨¦n Oriental como capital del eventual Estado palestino. Las palabras de la nueva responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, tambi¨¦n levantan ronchas. "Jerusal¨¦n Este es territorio ocupado como el resto de Cisjordania", declar¨® el 30 de diciembre. Tampoco con Washington son d¨ªas de vino y rosas. Alg¨²n ministro de Netanyahu ha tildado de "terrible" a la Administraci¨®n de Barack Obama. Y de los organismos internacionales echan pestes.
"Un pa¨ªs que cree en la moralidad de sus acciones no deber¨ªa comportarse como un sospechoso permanente y boicotear las instituciones que aplican la ley internacional... Unirse al Tribunal Internacional de Justicia colocar¨¢ a Israel en el lado de las naciones progresistas...", editorializaba el mi¨¦rcoles el diario Haaretz. Porque Israel nunca ratific¨® el tratado de la corte internacional, ni el Tratado de No Proliferaci¨®n nuclear. Naciones Unidas tampoco goza de su favor. Ya Ben Guri¨®n se mofaba del organismo. "UN Shum" lo llamaba (Naciones Unidas no es nada).
Israel se engancha a la bandera del antisemitismo para rebatir el aluvi¨®n de recriminaciones, y ha decidido los nuevos campos de batalla. Adem¨¢s de que el Gobierno promover¨¢ una campa?a para que los turistas israel¨ªes ayuden a mejorar la imagen del pa¨ªs, el viceministro de Exteriores, Danny Ayalon, asegura: "Nuestros enemigos intentaron vencernos militarmente, econ¨®micamente a trav¨¦s de un boicoteo, utilizando el terrorismo, y ahora emplean estructuras internacionales para derrotarnos. Las trincheras est¨¢n hoy en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, en el Tribunal Internacional de La Haya, y en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York".
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