El expolio del Cabanyal
Con penosa parsimonia, el Ministerio de Cultura ha dicho por fin esta misma semana que la prolongaci¨®n de la avenida Blasco Ib¨¢?ez por El Cabanyal es un expolio del patrimonio hist¨®rico de ese barrio valenciano y, en consecuencia, ha ordenado la paralizaci¨®n del plan urban¨ªstico que lo promueve. El vecindario afectado y sus dirigentes han recibido la noticia con prudente j¨²bilo despu¨¦s de una larga d¨¦cada de luchas en la calle y en los tribunales. Su primera reacci¨®n no ha sido celebrar una victoria que, si¨¦ndolo, es provisoria, sino instar una vez m¨¢s el di¨¢logo con el Ayuntamiento para atajar los derribos y considerar la rehabilitaci¨®n de esa zona, arteramente marginada por los responsables municipales.
Pero dos no hablan si uno se niega, y tal es el caso de la alcaldesa Rita Barber¨¢, que ha rugido como una leona herida contra lo que juzga una injerencia del gobierno socialista de Rodr¨ªguez Zapatero en el ¨¢mbito auton¨®mico y municipal. A ella le van a pisar las flores y, sobre todo, fastidiarle su gran proyecto urbano, el destinado a esculpir su memoria en los anales valencianos, siendo as¨ª que los socialistas, quiz¨¢ por mera oportunidad hist¨®rica, se le anticiparon en la concepci¨®n y patrocinio de los m¨¢s grandes hitos: el Jard¨ªn del Turia y la Ciudad de las Artes y de Ciencias, que el PP ¨²nicamente ha tenido la opci¨®n de rebautizar y desarrollar con acierto -todo hay que decirlo- y tambi¨¦n mediante alardes y despilfarros poco menos que delictivos, aunque, por obvios, no venga al caso glosarlos.
El aldabonazo del ministerio ha sido sin duda un contratiempo para los prop¨®sitos del ayuntamiento, pero una bendici¨®n para el Consell de la Generalitat, al que le ha propiciado la oportunidad de fustigar a Madrid -que es su discurso monocorde-, remover el arc¨®n de los agravios hist¨®ricos que la derecha ind¨ªgena siempre ignor¨® y, de cambiar a su antojo las leyes, esto es, modificar la declaraci¨®n de Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) del Cabanyal-Canyamelar para inhabilitar la mentada orden ministerial.
Nos avezamos as¨ª a nuevos episodios jur¨ªdicos y procesales, henchidos discursos -no obstante la indigencia ret¨®rica de los populares- e incluso a airadas colisiones de poderes si se llevan a cabo en el barrio marinero las demoliciones que anunci¨® en tono crispado el consejero Juan Cotino. Una traca de circunstancias y sucesos que, por lo pronto, diluir¨ªan -lo que es una bendici¨®n para el presidente Francisco Camps- el inter¨¦s por las renovadas pesquisas de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n en torno a la financiaci¨®n irregular del PP valenciano en relaci¨®n a la trama G¨¹rtel, as¨ª como los enredos judiciales del molt honorable por esos enojosos regalos, trajes y d¨¢divas que hieden a cohecho y pueden sentarlo en el banquillo, lo que le supondr¨ªa el m¨¢s desolador de los epitafios pol¨ªticos.
Pero volvamos al Cabanyal y a ese proyecto de necropsia que le amenaza. Por el momento y despu¨¦s de tanto acoso, derecho tienen sus defensores a este soplo de bonanza, en especial su tesonero l¨ªder, Faustino Villora, veterano de la guerrilla guatemalteca contra aquella dictadura, seg¨²n relata Sergi Tar¨ªn en el peri¨®dico digital L'Informatiu.com. Sin embargo, tendr¨¢n que rearmarse mejor para convencer a sus convecinos, obstinados una convocatoria tras otra en darle la mayor¨ªa electoral a la alcaldesa que les expolia el barrio. ?Masoquismo, c¨¢lculo, insolidaridad?
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