El Solitario, sus robos y sus amantes
La autobiograf¨ªa de Gim¨¦nez Arbe revela cu¨¢ndo y por qu¨¦ se decidi¨® a asaltar bancos durante 13 a?os
E l retrato que El Solitario hace de s¨ª mismo bascula entre un donju¨¢n libertino y un delincuente libertario. En el libro autobiogr¨¢fico que acaba de publicar la editorial Txalaparta, Jaime Gim¨¦nez Arbe, el atracador de bancos que se burl¨® durante 13 a?os de las fuerzas de seguridad del Estado, dedica muchas p¨¢ginas a narrar la pl¨¦yade de amantes que cayeron rendidas entre sus brazos: desde la frutal Margarita, una adolescente "rubia y guapa que viv¨ªa en la calle Virgen del Casta?ar" de Madrid, hasta la carnal Iris Roberta Martins, la brasile?a a la que enamor¨® a trav¨¦s de un chat de Internet. Fue su ¨²ltima conquista antes de ser capturado, en julio de 2007, cuando iba a dar un nuevo golpe en Figueira da Foz (Portugal).
Se uni¨® a unos corsos para robar en Francia. Cuando sus socios fueron detenidos, ¨¦l empez¨® a atracar por su cuenta
Gim¨¦nez Arbe cree haberse beneficiado de la tradicional rivalidad entre la Guardia Civil y la polic¨ªa
El primer robo -la primera "expropiaci¨®n", dir¨ªa ¨¦l- lo cometi¨® en 1971, cuando s¨®lo era un quincea?ero. Junto con Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Gardoqui, que a?os despu¨¦s llegar¨ªa a ser bater¨ªa del famoso grupo rockero Burning, desvalij¨® una tienda de la calle de Jorge Juan, frente a la Casa de la Moneda, y se apoder¨® de cuatro guitarras y un equipo de altavoces. Eso le cost¨® varios meses de estancia en la prisi¨®n de Carabanchel.
Expulsado del Instituto Italiano de Madrid, Jaime se dedic¨® a corretear de un lado para otro, incluyendo viajes al extranjero. En uno de esos, en 1976, conoci¨® en Estocolmo a la finlandesa Arja Vi?sanen. "Era muy guapa y muy rubia, casi albina, y montaba una bicicleta de color verde", recuerda. Ella se convirti¨® en la primera y ¨²nica esposa de Jaime Gim¨¦nez Arbe, ya que jam¨¢s se cas¨® con Anita Sharrock, la profesora brit¨¢nica que con el correr de los tiempos le dar¨ªa dos hijos en Madrid y que acabar¨ªa abandon¨¢ndole tras su detenci¨®n.
"Un d¨ªa, Arja me anunci¨® que estaba embarazada. Iba a ser padre. Pero a?adi¨® que pertenec¨ªa a una familia finlandesa muy tradicional y que sus padres y hermanos no aceptar¨ªan de buen grado su condici¨®n de madre soltera, por lo que lo adecuado ser¨ªa que nos cas¨¢ramos. Me qued¨¦ anonadado. ?Casarme yo? Yo amaba a Arja, form¨¢bamos una pareja estable y a m¨ª no me disgustaba la idea de fundar una familia, pero el matrimonio no entraba dentro de mis planes inmediatos. Eso era entrar en el resbaladizo terreno de las responsabilidades. Finalmente, acept¨¦ su propuesta, y el 19 de junio de 1977 nos casamos en un juzgado de Estocolmo. (...) Tres meses despu¨¦s, ella empez¨® a sentirse mal. Una hemorragia repentina le hab¨ªa empapado la falda de sangre. Hab¨ªamos perdido a nuestro hijo".
Entre espor¨¢dicos trabajos de experto en aire acondicionado en Argelia, estancias en Estados Unidos y otros pa¨ªses, muchos a?os despu¨¦s se asoci¨® con unos corsos anarquistas con los que perpetr¨® numerosas "expropiaciones", hasta que varios de ellos fueron capturados. Eso oblig¨® a suspender tales actividades en territorio franc¨¦s. "Fue entonces", revela Gim¨¦nez Arbe, "cuando decid¨ª asaltar un banco yo solo y cuando naci¨® la leyenda de El Solitario. Expropi¨¦ aquel banco y luego otros, pero, salvo algunos hechos puntuales, no voy a dar detalles de las acciones, pues no quiero ayudar a la polic¨ªa en sus investigaciones. Cuando est¨¦ en libertad y a salvo, quiz¨¢ escriba otro libro en el que aclare esos y otros pormenores".
Aunque ¨¦l no lo aclara, ese primer golpe tuvo que ser el realizado el 2 de mayo de 1994 en el Banco Exterior de Espa?a en Viveiro (Lugo), donde se apoder¨® de 5.600.000 pesetas y se llev¨® consigo el carn¨¦ de identidad del cajero Ram¨®n Marino Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez. Durante el atraco, peg¨® un tir¨® intimidatorio, recogi¨® el casquillo y grit¨® a los atemorizados empleados: "Ya os dir¨¢ la polic¨ªa de qu¨¦ calibre es".
La polic¨ªa le imputa m¨¢s de una treintena de asaltos bancarios en Espa?a. Uno de los pocos de los que da detalles es el que cometi¨® el 10 de mayo de 1996 en la Caja de Ahorros de Badajoz en Zafra, donde, tras adue?arse de seis millones de pesetas, mantuvo con guardias civiles un tiroteo en el que result¨® herido de un balazo en un brazo.
Ese mismo a?o fue cuando compr¨® la famosa metralleta M-3, modelo A-1, del calibre 45ACP, "con la que ocho a?os m¨¢s tarde Paul Cortichiato matar¨ªa a los guardias civiles en la localidad navarra de Castej¨®n", seg¨²n asegura El Solitario. Se refiere al asesinato de los agentes Juan Antonio Palmero y Jos¨¦ Antonio Vidal, por los que ¨¦l mismo est¨¢ condenado por la Audiencia de Pamplona a 47 a?os de prisi¨®n al considerarle autor del doble crimen. Por eso, una vez m¨¢s arremete contra los jueces que no creyeron su versi¨®n de que ¨¦ste fue obra del tal Cortichiato. Hasta el punto de que jam¨¢s se ha hecho ninguna investigaci¨®n para aclarar si se trata del mismo Cortichiato que el 19 de mayo de 2006 muri¨® acribillado a tiros.
La autobiograf¨ªa, editada por I?aki Errazkin a partir de varios miles de folios manuscritos por El Solitario en su celda de la c¨¢rcel de Monsanto (Portugal), revela detalles sobre su personalidad. Por ejemplo, por qu¨¦ se decidi¨® a saquear bancos. "Una caracter¨ªstica de los bancos que me irritaba y me irrita era la prepotente chuler¨ªa con la que trataban y tratan a sus clientes. Como vampiros modernos, no se contentan con chupar la sangre de sus v¨ªctimas, dej¨¢ndolas luego recuperarse para volver a sangrarlas, no. Quieren vaciarlas. M¨¢s que par¨¢sitos, son depredadores. A mi juicio, esta situaci¨®n deb¨ªa ser combatida".
Y en otro pasaje, tras ensalzar al coronel libio Muammar el Gaddafi, se?ala: "La libertad no se mendiga ni se nos tiene que conceder. Es nuestra, nos pertenece, y cuando se nos priva de ella, estamos obligados a luchar para recuperarla como sea. Es una cuesti¨®n de dignidad. ?stos fueron, en l¨ªneas generales, los motivos ¨ªntimos y personales que me llevaron a ser un insurgente contra el capitalismo. No fue el dinero en s¨ª, como algunos adoradores del becerro de oro han querido hacer creer a la opini¨®n p¨²blica para desprestigiar mi lucha revolucionaria. A m¨ª no me ha interesado nunca el dinero".
Gim¨¦nez Arbe revela las claves de su ¨¦xito en su particular guerra contra el Estado: el minucioso estudio del terreno y la situaci¨®n del banco a asaltar, la preparaci¨®n de las rutas de escape a trav¨¦s de caminos rec¨®nditos, saber elegir la hora m¨¢s id¨®nea para el robo ("la hora pr¨®xima al cierre es la mejor") y actuar disfrazado con barba, peluca y chaleco antibalas... Y, adem¨¢s de eso, afirma que se vio beneficiado por la tradicional rivalidad entre la Guardia Civil y la polic¨ªa: "Los cuerpos policiales tienen la costumbre de no colaborar entre ellos".
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