"Las matem¨¢ticas son como una droga"
En Stoke Newington, un barrio al norte de Londres donde Daniel Defoe imagin¨® a su Robinson Crusoe, los Tudor tuvieron alguna que otra propiedad y en el que ahora se mezclan jud¨ªos ortodoxos, turcos y una selecta clase media, vive Marcus du Sautoy. En su casa el sol entra a raudales en un d¨ªa oto?al. Un hall enano y en la sala dos sof¨¢s, naranja y rojo,y unas sillas violetas que delatan la presencia de ni?os. Al fondo se divisa otra habitaci¨®n repleta de libros amontonados que rodean un piano como si lo protegieran.
Este hombre de apellido franc¨¦s, piel transl¨²cida, ojos claros y una calvorota que, como las matem¨¢ticas que divulga, es una de sus se?as de identidad, ha alzado levemente el visillo de la puerta para entrever al visitante antes de franquearle el paso con una amplia sonrisa. Sautoy tiene adoptadas dos gemelas, Magaly e Ina, nacidas en Guatemala, donde vivi¨® seis meses tras la muerte de su segundo hijo, Yonathan, al que dedic¨® La m¨²sica de los n¨²meros primos (Acantilado), su primer libro. Afable, su aspecto es el del mago que ense?a el sendero en un bosque animado y representa menos de los 44 a?os ya cumplidos.
El se?or de los n¨²meros primos
Marcus du Sautoy (Londres, 1965) guarda excelentes recuerdos de su ni?ez en la casa de Henley-on-Thames (en la foto, a los 11 a?os de edad). Afirma que los dos polos de sus car¨¢cter, el anal¨ªtico y el art¨ªstico, le vienen de familia. Hijo de una funcionaria del Foreign Office, puesto que dej¨® para ocuparse de ¨¦l y de su hermana, su padre ten¨ªa un alto cargo ejecutivo en una industria de ordenadores. Su abuelo dirigi¨® la editorial Faber & Faber. ?ntimo amigo del compositor Benjamin Britten, trabaj¨® con el poeta T. S. Eliot y pele¨® por los derechos de autor de Joyce y Beckett.
Su obsesi¨®n por divulgar las matem¨¢ticas le ha llevado a dar charlas, conferencias y rodar documentales por medio mundo para explicar una materia con fama de ¨¢rida y que, seg¨²n este ingl¨¦s sin complejos, es la base de todo. Catedr¨¢tico en la Universidad de Oxford, ha recibido numerosos premios.
Cuando logras un avance matem¨¢tico, el subid¨®n es mejor que el sexo"
"el que haya pocas mujeres matem¨¢ticas es algo cultural, no biol¨®gico"
Algo exc¨¦ntrico, juega al f¨²tbol en un equipo de aficionados donde todos lucen en sus camisetas n¨²meros primos. Forofo del Arsenal, toca la trompeta y el piano. Cocina, le gusta viajar, el surf y el teatro. Sus documentales en la BBC donde explica La historia de las matem¨¢ticas son un ¨¦xito. Con su programa The Royal Institution Christmas Lectures logr¨® la proeza de congregar a un mill¨®n de espectadores hace un par de navidades. Su af¨¢n de divulgar la aridez de las matem¨¢ticas le lleva a poner ejemplos de c¨®mo los n¨²meros primos son omnipresentes en la vida cotidiana, desde la digitalizaci¨®n del sonido en un iPod hasta la encriptaci¨®n en el comercio electr¨®nico para hacerlo m¨¢s seguro. Su ¨²ltimo libro publicado en Espa?a, Simetr¨ªa. Un viaje por los patrones de la naturaleza (Acantilado), narra apasionantes historias de matem¨¢ticos que se meten en l¨ªos por demostrar sus teor¨ªas, reciben sablazos o mueren en duelos. Pura pasi¨®n hecha cifras. El joven Marcus quiso ser esp¨ªa, actor o montar su propio restaurante. Se volc¨® en las matem¨¢ticas casi por casualidad, aunque, eso s¨ª, a conciencia. Conoci¨® a su esposa, Shani, en Israel, donde hizo el doctorado. "Volv¨ª de aquella visita con un teorema y una mujer. Algunos todav¨ªa me hacen bromas sobre cu¨¢l de los dos durar¨¢ m¨¢s", bromea. En esta casa de dos plantas se habla ingl¨¦s, hebreo y espa?ol. "Somos una familia multicultural", asegura, mientras muestra con orgullo el colorido cuadro que preside su sal¨®n, una gran tela de dibujo plano pintada por una mujer colombiana.
Ese Du Sautoy en su apellido revela un origen franc¨¦s. Se remonta a 1745. Desciendo de una familia cat¨®lica francesa, de Pierre Fran?ois du Sautoy. Ayud¨® a los contrarrevolucionarios, pero los ingleses lo apresaron. De ah¨ª viene. Somos prisioneros de guerra [se r¨ªe].
?Qu¨¦ es lo m¨¢s dif¨ªcil de su trabajo? La soledad. Para ser matem¨¢tico debes estar predispuesto a estar contigo mismo siempre, a solas. Como en una isla desierta. S¨®lo con tu mente para explorarla. Por eso complemento mi parte de matem¨¢tico con la divulgaci¨®n. Es la parte social que completa mi otro yo.
?Y por eso viaja tanto? S¨ª. Me siento casi como un embajador de las matem¨¢ticas. Un explorador de una tierra que la gente encuentra extra?a, hostil, alien¨ªgena, y para m¨ª es un territorio bello, en el que me gustar¨ªa que la gente pasara m¨¢s tiempo. Mi ¨²ltimo libro, Simetr¨ªa, es un tour alrededor de las matem¨¢ticas; es como viajar a un lugar desconocido.
El libro tiene una parte de viaje inici¨¢tico, una peregrinaci¨®n con su hijo mayor, Tomer, por el mundo. Tomer es un tema clave y un experimento. Es un libro de no ficci¨®n hecho de forma at¨ªpica. Tomer son los ojos inocentes que miran las cosas sin el conocimiento t¨¦cnico, es como el libro de Julio Verne La vuelta al mundo en 80 d¨ªas, y yo soy Phileas Fogg y Tomer es Paspartout, su ayudante. No plane¨¦ as¨ª el libro, pero vi que funcionaba como enlace con el lector.
Un Phileas cuarent¨®n, preocupado por no quemarse. Su libro comienza as¨ª: "Mediod¨ªa, 26 de agosto, desierto del Sina¨ª. Hoy cumplo 40 a?os. Hace 40 grados. Me encuentro cubierto de protecci¨®n solar 40?". Al principio no calcul¨¦ cu¨¢nto contenido personal poner en el libro, no quer¨ªa exponer mi vida, pero la estructura fue cambiando a lo largo de la escritura. No sab¨ªa exactamente c¨®mo introducir lo personal y se me ocurri¨® lo del cumplea?os. Fue como escribir una demostraci¨®n matem¨¢tica, combinar el tiempo real con el pasado.
Porque usted dice que la simetr¨ªa lo impregna todo en la vida, en la naturaleza, en el lenguaje que usan flores e insectos para comunicarse. Las matem¨¢ticas son una ciencia abstracta. La simetr¨ªa est¨¢ en todo lo que miramos, en las conexiones en las que siempre buscamos una estructura, en la poes¨ªa, la m¨²sica y el medio ambiente, que a veces tambi¨¦n se rompe. Hay tantas cosas en la vida en las que la gente puede reflejarse sim¨¦tricamente, desde la m¨²sica hasta el arte o la psicolog¨ªa
El arte tiende cada vez m¨¢s a reflejar las matem¨¢ticas. Tengo mucha relaci¨®n con artistas, m¨²sicos? y hablamos sobre las mismas cosas, aunque el modo de mirarlas o percibirlas sea distinto. Yo tengo acceso a las estructuras mentales, que a lo mejor no se encuentran en el medio f¨ªsico, ¨¦sa es la ¨²nica diferencia.
O sea, se captan de una manera intuitiva. Estamos programados, evolutivamente, para comprender las matem¨¢ticas intuitivamente; todos estamos capacitados para estudiarlas. Es como el insecto capaz de identificar la flor con la simetr¨ªa adecuada porque ¨¦sa ser¨¢ la que le dar¨¢ mayor alimento. Los artistas ¨¢rabes que levantaron la Alhambra lo hicieron de forma espont¨¢nea, sin conocimientos cient¨ªficos. Fue luego, en el siglo XIX, cuando los matem¨¢ticos articularon una teor¨ªa sobre unas simetr¨ªas dif¨ªciles de clasificar y darles una estructura.
Y usted quer¨ªa encontrar esas 17 simetr¨ªas de las que hablaban los estudiosos de la Alhambra. Por supuesto. Ustedes tienen un gran tesoro. Es uno de los cap¨ªtulos m¨¢s interesantes de Simetr¨ªa, refleja lo que hago en la vida real, tratar de encontrar estructuras matem¨¢ticas.
Y habitualmente en la calle, ?tambi¨¦n cuenta las baldosas? ?Su cabeza no descansa nunca? Es muy interesante ser matem¨¢tico porque siempre est¨¢s pensando qu¨¦ vas a encontrar, y a veces voy mirando al suelo y veo c¨®mo el pavimento cambia sim¨¦tricamente. Y s¨ª, es dif¨ªcil parar porque es as¨ª como tu mente trabaja. Siempre voy buscando estructuras, formas. Hay gente que ya me ha dicho que despu¨¦s de leer Simetr¨ªa observa la Alhambra de forma distinta.
Usted cuenta c¨®mo algunos matem¨¢ticos necesitan tomar estimulantes para la mente y que m¨¢s de uno recurre a la marihuana. ?Usted necesita algo m¨¢s fuerte o con el caf¨¦ le basta? Una de las personas que gan¨® la Medalla Fields [similar al Nobel de Matem¨¢ticas] consigui¨® un tipo de ¨¢cido para poder pensar con m¨¢s claridad. Pero es muy salvaje trabajar as¨ª, es como meterte en la oscuridad, confiar s¨®lo en la intuici¨®n, y eso lo pueden provocar los estimulantes, pero hay otra parte en la que tienes que estar muy atento, sobrio, ser l¨®gico y preciso, y ah¨ª el uso de las drogas no ayuda.
Vamos, que le gusta el orden. No, en absoluto. En mi casa hay libros por todas partes, como ve? El caos estimula la creatividad. Tiene la contrapartida de que es dif¨ªcil para trabajar. Nunca encuentro nada, pero a veces hallo algo que no buscaba, y esa casualidad estimula un pensamiento que lleva a otro. Cuando ordeno mi estudio, la creatividad desaparece. El desorden y el caos desempe?an un papel muy importante en mi creatividad. Mi mujer lo odia.
Ya que cita a su mujer, Shami. Cuenta que la conoci¨® en Jerusal¨¦n, a los 26 a?os, cuando estudiaba su doctorado. Gracias a que usted sab¨ªa qu¨¦ eran los pal¨ªndromos [palabra, n¨²mero o frase que se lee igual hacia delante que hacia atr¨¢s] surgi¨® el flechazo, pero ?c¨®mo se declar¨®? ?Le recit¨® un logaritmo?Es algo muy personal. Hay un tipo de personas que responden a la pasi¨®n, y la m¨ªa son las matem¨¢ticas. Si intento explicarlas es para atraer a la gente a mi mundo, y as¨ª fue como empuj¨¦ a mi terreno a Shami. Fue mi manera de cortejarla. Quiero que ella comparta conmigo las cosas que hago, y Shami lo comprende.
Pero no da la impresi¨®n de ser un hombre solitario, sino la de un epic¨²reo que desprende gusto por la m¨²sica, la vida, la comida, los ni?os... Todo eso complementa las matem¨¢ticas. Cuando trabajo es como un rito budista. He de estar absolutamente solo, pero luego necesito contactar con el mundo real. Yo hac¨ªa teatro de estudiante. Cuando mis teor¨ªas matem¨¢ticas no funcionaban, me frustraba mucho y so?aba con apuntarme a una compa?¨ªa llamada Complicit¨¦. Y lo que es la casualidad, hace dos a?os contactaron conmigo: quer¨ªan hacer una obra relacionada con las matem¨¢ticas. "Probablemente no sabe qui¨¦nes somos, pero nos gustar¨ªa hablar con usted", dijeron. Y respond¨ª: "C¨®mo que no, si sois las personas con las que he fantaseado toda mi vida. Complicit¨¦ estuvo el a?o pasado en Espa?a representado A disappearing number, la obra que les escrib¨ª, la historia de la relaci¨®n entre dos matem¨¢ticos, uno de Oriente y otro de Occidente.
El fil¨®sofo Bertrand Russell dec¨ªa que le ven¨ªa la inspiraci¨®n en su bicicleta. Usted habla de que su tesis doctoral fue un destello mientras iba en tren desde Reading, donde viv¨ªa, hasta Oxford. S¨ª. Los trenes para m¨ª son algo parecido a un espacio intermedio, agradable. Un trayecto mental. Con el est¨ªmulo visual de ver desfilar el paisaje ante tus ojos. Ahora trabajo con una compositora, Dorothy Ker, y un core¨®grafo sobre los relatos de Borges, The 19th step project. Borges tiene una forma muy matem¨¢tica de mirar el mundo. Y Dorothy encuentra el tema de los viajes muy estimulante.
Y conducir ?no le excita? S¨ª, es estimulante; pero si pienso algo, necesito escribirlo. Para m¨ª es importante manipular las palabras, no puedo hacerlo s¨®lo en la cabeza, necesito verlo escrito; por eso siempre llevo conmigo un cuaderno para ir escarbando en las matem¨¢ticas. He de ver evolucionar los signos, las palabras.
Siempre dice que su ¨²nica religi¨®n es el f¨²tbol, y su equipo, el Arsenal. S¨ª, aunque todos necesitamos un elemento espiritual en nuestras vidas. Un matem¨¢tico es como un mago que te ense?a c¨®mo funcionan sus trucos, pero soy capaz de valorarlos mejor porque s¨¦ c¨®mo funcionan. Por eso me gusta explorar el mundo de forma cient¨ªfica, mientras que la religi¨®n nunca te explica c¨®mo funcionan los trucos del mundo.
?Hay alguna f¨®rmula matem¨¢tica para explicar la existencia de Dios? Los periodistas siempre est¨¢n interesados en esta pregunta y en saber si voy a continuar con mi debate sobre el ate¨ªsmo. Hace a?os me hicieron una entrevista en una radio de Irlanda del Norte. Era domingo por la ma?ana; deb¨ª haberlo visto venir, pero no me di cuenta, y ah¨ª estaba la pregunta. Me dej¨¦ llevar y fue una charla agresiva, violenta. Una cosa que me gusta sobremanera de las matem¨¢ticas es que debes ser muy preciso en los t¨¦rminos que usas. Hago muchas cosas en matem¨¢ticas para probar si algo existe o no. Pero soy muy exacto sobre el elemento que hay que demostrar. Para probar la existencia de Dios necesito que me digan qu¨¦ es Dios, para poder demostrar de forma cient¨ªfica si existe o no. Dios es algo que trasciende nuestra capacidad para articular, y la ciencia no puede verse envuelta en este debate. La cuesti¨®n est¨¢ en la capacidad para definir qu¨¦ queremos decir con Dios.
A sus colegas los llama cari?osamente en sus libros "panda de desharrapados". Me gusta esta comunidad a la que pertenezco, y lo del aspecto f¨ªsico y c¨®mo vestimos es lo de menos; nos preocupa el aspecto interior. Los congresos de matem¨¢ticos est¨¢n llenos de gente muy interesante, rara, especial. Hay personalidades incluso con caracter¨ªsticas autistas, pero yo las valoro por sus ideas. Un grupo de outsiders. Es muy interesante formar parte, es muy ecl¨¦ctico. Los matem¨¢ticos son aut¨¦nticos personajes.
Da la sensaci¨®n de que para pertenecer al club es necesaria una personalidad muy obsesiva. Absolutamente. Hay que serlo; concentrarse en algo y meterse en ello profundamente. Por eso las personas con s¨ªntomas de Aspergen pueden sumergirse en las matem¨¢ticas, tienen ese rasgo de personalidad obsesiva.
En el libro se echa en falta la presencia de mujeres matem¨¢ticas o cient¨ªficas, como Hipatia, la hero¨ªna de la ¨²ltima pel¨ªcula de Amen¨¢bar, '?gora'. Cuando llegamos al final de la serie de Historia de las matem¨¢ticas para la BBC ca¨ªmos en que no sal¨ªan mujeres. Mencionamos a Hipatia, pero he de decir que no fue muy creativa. Hubo mujeres, pero no podr¨ªa ponerlas al nivel de Arist¨®teles o Plat¨®n. Ahora las cosas est¨¢n empezando a cambiar. Es llamativo ver c¨®mo esta ciencia est¨¢ dominada por hombres incluso en comparaci¨®n con otras. Me pregunto si tiene que ver con la cultura, con eso de que los n¨²meros son cosa de chicos? O puede estar relacionado con el car¨¢cter obsesivo del que habl¨¢bamos. Incluso hay m¨¢s autistas hombres. Quiz¨¢ con niveles de hormonas o testosterona. Creo que es algo cultural, no que haya diferencias biol¨®gicas, sino un prejuicio, cosa de ellos, y eso hace que no haya tantas mujeres matem¨¢ticas como debiera.
Pero hay muchas cient¨ªficas con esa personalidad obsesiva que relaciona? S¨ª. Se trata de influencias culturales. No s¨¦ si en Espa?a ocurre, pero en Francia e Italia hay m¨¢s mujeres matem¨¢ticas que en Inglaterra, donde es profesi¨®n dominada por hombres. En mis clases en Oxford, el 50% son mujeres, pero muchas, al acabar la carrera, lo dejan porque se preguntan si tienen alg¨²n sentido. Las matem¨¢ticas son muy abstractas, no sirven para resolver problemas como en otros campos de la ciencia. Hay que valorarlas por lo que son, no pretender encontrarles un sentido. Pero, eso s¨ª, hay que darse cuenta de que son necesarias para el progreso cient¨ªfico, aunque el problema en el que trabajes no parezca que vaya a servir para curar un c¨¢ncer o crear una tecnolog¨ªa. Si miramos a la historia, siempre est¨¢ ese instante de genialidad que permiti¨® progresar a otras ciencias.
?Hay ahora genios matem¨¢ticos? Hay gente que est¨¢ cambiando de forma fundamental la manera en que miramos al mundo. Es dif¨ªcil de reconocer el impacto del genio en este momento. Estamos en la frontera, en el l¨ªmite. Es muy dif¨ªcil, para quien no est¨¦ metido en este mundo, ver lo que se est¨¢ haciendo. Por eso escribo libros y hago televisi¨®n. Quiero demostrar que hay genios que est¨¢n cambiando las cosas. Haces un gran descubrimiento, pero s¨®lo hay 10 personas que se dan cuenta. Es una pena. El descubrimiento cient¨ªfico crece a medida que existe m¨¢s gente que puede conocerlo. Convertir las matem¨¢ticas en algo vivo es extensi¨®n de mi trabajo, y lo que hago con los libros tiene ese objetivo. Puedo llegar a 20 millones de personas y no s¨®lo a 10 millones de espectadores.
Rigor, divulgaci¨®n. Por eso da titulares acerca de que encontrar la soluci¨®n a un problema matem¨¢tico es como tener un orgasmo. ?No es banalizar un poco? Lo que digo es que un hallazgo matem¨¢tico es una sensaci¨®n f¨ªsica, de placer. En el instante en que descubres la soluci¨®n a un problema, tu cuerpo libera sustancias, energ¨ªa, y dices es esto, esto? Es como en el filme El indomable doctor Hunting. Al final, Hunting elige a la chica porque para ¨¦l las matem¨¢ticas son demasiado f¨¢ciles. Y eso es lo que deber¨ªamos decirles a los ni?os, que las matem¨¢ticas son dif¨ªciles, pero excitantes. Nada comparable al momento en que descubres algo, es una sensaci¨®n indescriptible, sensual, casi afrodisiaca. Si es demasiado f¨¢cil, no produce placer; pero si debes pensar y pensar y al final el tres encaja con lo dem¨¢s, ah¨ª hay placer.
O sea, que los matem¨¢ticos acaban convertidos en yonquis del placer intelectual. Completamente. Es como una droga. Cuando consigues un avance matem¨¢tico, el subid¨®n de adrenalina es comparable a cualquier droga que hayas probado. Es mejor que el sexo. Has estado trabajando tanto tiempo que cuando lo consigues es extraordinario. Una vez que lo has probado quieres m¨¢s. Por esa raz¨®n la gente se aficiona a los sudokus. Las matem¨¢ticas son un gran sudoku. Ahora ya no est¨¢n tan de moda, la gente se ha dado cuenta de que puede hacerlos. El siguiente paso ser¨ªa que leyeran mi libro y comenzaran a buscar las hip¨®tesis del milenio, cosas complejas.
Vamos, que dominar las matem¨¢ticas es como alcanzar la cumbre del Everest. Algo as¨ª. Hay partes muy complejas, pero hay otras en que puedes sentir que progresas. Mi libro es como la Gu¨ªa Lonely de las matem¨¢ticas; hay sitios por donde vas pasando y te haces una idea de lo que puede haber ah¨ª, pero puedes ir a otros lugares m¨¢s arriesgados.
?Su pr¨®xima obra ser¨¢ de ficci¨®n? Acabo de terminar una que surge de las charlas de Navidad que doy para ni?os en la BBC. Un mill¨®n de personas vieron el programa, algo incre¨ªble. Es un libro hecho con peque?as historias. Tiene m¨¢s ficci¨®n que los dos anteriores. Las historias de los matem¨¢ticos son un material muy bueno para la narrativa. Mi primer libro no fue en absoluto narrativo; el segundo ha sido un proyecto m¨¢s experimental. Pero me gustar¨ªa hacer al final del camino una obra de teatro.
Dice que es t¨ªmido y encima quiso ser esp¨ªa, pero le gusta hablar y mucho. ?No es contradictorio? S¨ª, pero todav¨ªa odio hablar por tel¨¦fono, por ejemplo.
Cu¨¢l es su f¨®rmula matem¨¢tica favorita. Uff? Depende de mi humor, a veces me gusta la ecuaci¨®n que cre¨¦ para describir el grupo de simetr¨ªas, algo que no se hab¨ªa hecho antes; es la que me gustar¨ªa que figurara en mi tumba. Es la que dice G: etc. Tambi¨¦n hay otra en la que aparecen cinco n¨²meros distintos que muestra c¨®mo todo est¨¢ interconectado. Las matem¨¢ticas no s¨®lo son f¨®rmulas, hay otro tipo de cosas; el descubrimiento, por ejemplo, de que s¨®lo hay 17 tipos de simetr¨ªa es algo muy bonito.
?Y c¨®mo se relaja? Jugando al f¨²tbol, aunque haya que pensar la jugada. Con m¨²sica, tocando la trompeta o el piano, aunque sea mal. Con dos ni?as de seis a?os que quieren tocar contigo es dif¨ªcil, hay que jugar con ellas.
?Por qu¨¦ adopt¨® a las gemelas? Fue un desastre [su mirada se entristece]. Mi primer libro lo dediqu¨¦ al segundo de mis hijos, que muri¨®, En memoria de Yonathan du Sautoy. No pod¨ªamos tener m¨¢s hijos biol¨®gicos, y ansi¨¢bamos una gran familia. Decidimos adoptar. Mi familia es un caso interesante gen¨¦ticamente. Tengo un hijo biol¨®gico y dos gemelas gen¨¦ticamente id¨¦nticas, pero creo que el medio ambiente es m¨¢s importante que la gen¨¦tica. Esto tiene mucho que ver con las matem¨¢ticas, puede haber un peque?o componente f¨ªsico, pero es dominante el ambiente, donde creces. Por supuesto, un hombre como yo, obsesionado con la simetr¨ªa, querr¨ªa tener gemelos id¨¦nticos, pero juro que surgi¨® por casualidad, no fue algo planeado.
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